lunes, diciembre 21, 2009

Me fui al re carajo

Llegando a fin de año se tiende a caer en la huevada del balance y yo no soy la excepción.
Este año fue muy duro para mí y creo que terminó demasiado bien, teniendo en cuenta lo mal que lo transité. Me pasaron muchas cosas que no supe manejar, quizá demasiadas. Ahora, con una holgada experiencia en choques y derrotas, me siento mucho más fuerte para enfrentar (y acá voy a caer en un lugar común) mi vida.
Antes que nada quiero decir que el anterior post fue un despropósito. Si no lo dijera no sería honesto conmigo mismo y eso es lo que intento hacer desde que volví del pasto en la última curva. Fue un despropósito porque no necesito validar mi nobleza, ni validarme como ser humano o como pareja, ni siquiera como ex novio. Los hechos hablan a favor o en contra mío y no puedo negar, negarlo sería de idiotas, que también fui muy feliz con quien ahora no puedo hablar sin pelearme.
El hoy marca un nuevo camino en mi vida. Un camino que quiero disfrutar, cosa que no podré hacer si no soy honesto con el pasado.
Para completar la imagen debería retratar la serie de entuertos que me llevaron a estar ahora, acá, lejos de aquella felicidad que lentamente se convirtió en una tortura. Pero no tengo ganas de hablar de eso, ya tuve suficiente con superarlo. Lo que sí quiero decir es que la única forma que tengo de amar a una persona es recordando que antes también fui capaz de amar, con la intensidad que lo hice, y sintiéndome como me sentí. Esa, después de probar no sé cuantas, fue la fórmula que usé para asomar la cabeza de toda la mierda en la que me hundí a principios de año. El post anterior fue sólo un triste recuerdo de esos meses oscuros.
Entonces, digo, hago un balance sobre lo que fue mi vida de ceniza. A esta altura, buscar razones o culpables de aquellos sinsabores es ridículo. Debo decir que perdí cosas durante el año, algunas me las sacaron otras las resigné y muchas las perdí. También dejé una parte de mí mismo en el camino, una parte que no va a volver y que quizá no quiero que vuelva. Eso no significa que sea menos yo, sino que el camino fue dolorosamente intenso.
No pido perdón. No creo que tenga que pedir perdón. Simplemente estoy cortando esta cadena de agresividad porque fue eso, precisamente, lo que me hizo cambiar de camino y alejarme irremediablemente de mi anterior presente.
Finalizando el balance, puedo decir que estoy descubriéndome otra vez, de a poco, sintiendo en la carne lo que nunca pensé que volvería a sentir. Eso me lleva a decir que demasiado bien termina este año, teniendo en cuenta cómo lo viví.
Hoy soy otro, el tipo que ocupó el lugar de quien empezó estas líneas, pero también soy parte de aquél que supe ser, y sé que con eso tengo suficiente para seguir empezando.

sábado, diciembre 19, 2009

Chau y gracias por el infierno

Me robaste.
Encima tenés el tupé de dejar notas en mi diario y mandarme cartas diciendo cosas que obviamente no sentís; a la hora de actuar fui mucho más noble que vos, a pesar de todos mis errores.
Acordate: Me pasaste un precio irrisorio por los muebles. No te hiciste cargo de la guita que nos prestó mi viejo para vivir. Te quedaste con todo lo que se te antojó y que era mío. Yo hasta te di plata y te conseguí laburo cuando ya no estábamos juntos. Incluso te regalé la heladera y hasta mis herramientas.
En este momento sólo me sale decirte que sos una ladrona y una grasa.
Ojalá disfrutes de mis cosas porque me costó mucho comprármelas. Lo importante para mí es que nunca más podrás disfrutarlas conmigo y eso, creo, es lo que vos esperabas.
Me robaste, sí, pero fue la última vez.

jueves, diciembre 10, 2009

Cuando Cochito era chiquito, y malito

Corrió reteniendo las carcajadas hasta doblar la esquina. Había tirado la piedra sin apuntar, al bulto, con tanta fortuna que el gato chilló cuando le rebotó en el cuero duro del lomo.
Para el pibe apedrear a ese gato era un ritual; todos los sábados lo acechaba entre los libustros, pacientemente. Y cuando lo veía descuidado liberaba el brazo y la piedra.
Esa vez la dueña del gato se había asomado por la ventana con la garganta hinchada de odio. Lo había reconocido y, gritando su nombre, había amenazado con apedrearlo igual que él al gato, justo antes de que soltara el cascote.
Se asustó y erró el tiro. Hubo un crash y el vidrio entró en la historia. Alguien, una mujer, gritó:
-Pero la puta madre...
Y él se escapó corriendo.

lunes, diciembre 07, 2009

Viejos que vuelven...

(publicado en viernes 17 de agosto de 2007)

Pequeño, dramático y mortal

[Se abre el telón]

[Una mujer sentada en un sillón lee, distraídamente, mientras bebe sorbos de agua de un vaso]
[Tocan la puerta y se levanta para atender]

-¿Quién es?
-Soy La Muerte.
-¿Marta? Dale, boluda...
-No... estee... Posta soy La Muerte.
-Ay Marta, que estúpida sos... perá que te abro.

[Se escucha ruido de llaves y puerta abriéndose. Grito de horror]

-Pero, Dios Santo... ¿Por qué a mí, ahora?
-¿Pero y cuándo sino?
-Y, más después, cuando sea vieja.
-Mirá, Luciana, te soy franca, yo tengo objetivos mensuales. Y cada vez que los alcanzo me ponen otros más altos. Tampoco es fácil para mí. ¿Viste?

[La mujer llora y se enjuga las lágrimas antes de abandonar el escenario de mano de La Muerte]
[Salen, ruido de puerta cerrándose]

[Se cierra el telón]

un 7 de diciembre...

Leí de Chejov: Saber escribir es saber tachar.
Entonces pensé que vivir debía, obligadamente, incluír la sapiencia del olvido.
Lo medité un rato entre cafés y mates y otros tentenpiés de gordifa que ya no entrena y llegué a la conclusión de que sí, pero no: Hay que saber olvidar, pero no pa' borrar sino para no tener tan presente, y además hay que aprender a construir desde ese olvido-recuerdo.
Es decir, la única forma que tengo de amar es desde la certeza-sensación que tuve-tengo de que supe-sabré vivir siendo amado.
¿Se entiende?

lunes, noviembre 23, 2009

Y dijo:

-Como que todo vuelve a su curso y uno no entiende bien la causa, ¿viste?
-Tal cual -respondí mientras pensaba que no, que las causas las sé bien pero si ella no las sabe yo no se las puedo mostrar.

viernes, noviembre 20, 2009

Cualquier cosa

Es en esta hora, tipo madrugada, cuando me quemo al agarrar la pava con la mano desnuda. Entonces salto y grito, casi como una mariposa trunca. Después, me río de mí mismo y le digo a Cochito:
-Menos mal que estamos solos, chango, que si no...
-Obvio -responde él-, es re de machos tomar café, solos, a las dos de la mañana.
Enseguida anoto y vuelvo a reír, sin puta idea pero con tanta gracia.

jueves, noviembre 05, 2009

Surrealismo

Ayer pasé frente al Ministerio de Derechos Humanos y lo vi custodiado por hombres con escudos de plástico y palos de madera.

miércoles, noviembre 04, 2009

Invasión de papel

-Estos son algunos libros.
Miró la pared y abrió grandes los ojos.
-Son bocha, mané, ni entran en la biblioteca.
Sonreí antes de decir:
-Pero son la mitad nomás.
El gesto de espanto de Cochito todavía me acompaña.

viernes, octubre 30, 2009

Algunas mañanas se tornan confusas

Me tomé un taxi porque era tarde y hacía calor.
En algún punto del viaje al lavoro me acordé: Paralepípedo. Y ahora pienso, ¿cómo es que me río tanto de una clase de, qué, cuarto o quinto grado?

jueves, octubre 29, 2009

Estimaciones erróneas

La noche, viejo, ¿donde carajo está? No puedo seguir sin dormir aunque ahora viva soñando.

martes, octubre 27, 2009

Sensibilidad (a)tormentada

Pensé en Schoenberg en el subte, cuando un tipo se hizo el dormido ni bien vio a una embaraza subirse al vagón.
Pensé en Schoenberg por eso de a-tonal, a lo que agregaría a-tontado, a-narco, a-morfo, a-feliz, a-normal, a-torrante, a-nestesiado, a-garchado y a-nimal.
Aunque de lo último, no sé...

viernes, octubre 23, 2009

Aguacero

Se largó el aguacero en mitad del partido.
Y me quedé colgado mirando el fugaz brillo de las gotas que pasaban al lado de la torre de iluminación; diamantes de luz que me hicieron errar el gol del triunfo.
Jugando bajo la lluvia, pensé, mientras mis compañeros me puteaban hasta en arameo.

miércoles, octubre 21, 2009

Gustavo también es de los míos

"Y los médanos, serán témpanos
En el vértigo de la eternidad.
Y los pájaros, serán árboles
En lo idéntico de la soledad."

jueves, octubre 08, 2009

Hoy me dieron ganas

Me acordé de lo que dijiste y puse uno de pun-ró' al palo.
Me caminé unas 10 cuadras (diez) haciendo morisquetas de guitarras y recordando mis años de skate-or-die.
Ahora resulta que viene el finde largo y no me voy a surfar. Pucha, con las ganas que tengo de entrarle al mar. Pero también tengo ganas de arreglar finalmente el depto y otras más, quizá muy-muy fuertes, de abrazarte.

martes, octubre 06, 2009

Tormentos en tormentas

-Aquella vez una lluvia fuerte hacia la veces de telón.
-Sí, mané, y casi nos ahogamos en una ola gorda...
-Furiosa...
-Larga...
-Terrible...
-Y hermosa -cerré.

jueves, octubre 01, 2009

La felicidad está en los detalles

-Quiero definir que voy a hacer con mi vida -dije.
Cochito suspiró y me pasó una taza.
-La vida es un proyecto grande, mané. Vos ya lo querés solucionado y ni siquiera supiste decirme cuántas de azúcar querés.
-Dos -dije, y me quedé mirando por la ventana con el café humeándome la mano.

martes, septiembre 29, 2009

Inexplicables

Septiembre está implantado y en el aire hay un afán de transparencia inédito hasta hace unas semanas.
Santiago Kovadloff

Algunas mañanas, días y, espero, meses son así y qué tanto...

domingo, septiembre 27, 2009

¿Pinta una limpieza?

-Pero yo no sé qué hacer conmigo...
Enseguida supe que estaba al horno igual que esa señora: Tampoco sé qué hacer conmigo, ni con vos, ni con esos autitos de playa rellenos de masilla que guardo en el placard desde hace tantos años.

sábado, septiembre 26, 2009

Cochito, el espejo y yo

-Hubiera sido mejor irse como el abuelo en vez de estar así, hecha mierda como yo -Dijo ella.
Apenas alcancé a soltar alguna frase estúpida antes de escaparme al baño.
Me lavé la cara varias veces, mientras me mordía los labios para esquivar el llanto. Pero de repente me vi en el espejo y me quedé ahí, un rato, hasta que, desde más atrás, lo escuché a Cochito decir:
-Después vamos a ir al parque con el termo bajo el brazo para dormir el sueño de los héroes en alguna barranca. Y vamos a rodar y rodar y rodar, cómo en las épocas en que patinábamos sobre un cartón soñándonos en la fórmula uno....
Asentí, entendí y salí del baño.
Y le respondí:
-Escuchame vieja loca, si vos decís que estás hecha mierda a los 86 ¿qué queda para mí en mis 32?

jueves, septiembre 24, 2009

Finales felices

Y ahora, yo, acá, derritiéndome como una bananita dolca en kiosco de verano.

miércoles, septiembre 23, 2009

El cálculo de Cochito

-A tus sueños le restas la realidad y ahí tenés tu felicidad. Eso sí, papay, si te da negativo estarás entrando en un mundo de dolor.

Primaveral

En mi recuerdo viven genios juveniles, años de calor, avalanchas de espuma y una tribu de gaviotas.
De eso que fuimos nos queda lo que somos, y la promesa de que lo llegaremos a ser.

martes, septiembre 22, 2009

Reflexiones

Me alegra saber que todas las oscuridades de mi vida no lograron empañarme el alma y que, también, si en algún momento y en algún lugar podía salvarme de la condenación eterna es ahora, acá.

lunes, septiembre 21, 2009

Conversaciones

-Vos no entendés nada -me dijo.
Sí entiendo, pensé, pero eso que entiendo no me gusta.

viernes, septiembre 18, 2009

Lluvia

El frío me despertó temprano.
Me despertó porque ya no estoy a la defensiva. En algún lugar olvidé la coraza de fracasos que me protegía me aislaba de todo.
Llueven gotas gordas que patinan pesadamente por la ventana, humedeciéndola.
Apoyo la mano en el vidrio y lo siento frío.
Algo me estremece. Es una certeza o una convicción. No sé. Quiero abrigarme y salir a sentir en la cara las picaduras de la tormenta.
Sé que estoy muy lejos en el tiempo, en el pasado o el futuro, lo mismo da, y que esto no es nostalgia ni tristeza. Estoy lejos, en un lugar donde sólo se me da reír.
Al rato me abrigo y salgo. Las gotas gordas me explotan en la cabeza y entonces percibo algo tremendamente gracioso y familiar en el chubasco. Algo que he vivido montones de veces.
-Si hubiera una rompiente por acá, sería Dios -dice Cochito.
Si hubiera una rompiente por acá, pienso justo antes de pisar una baldosa floja, la reputísima madre, estallaríamos desde la vereda.

No es debilidad sino sensación

Siento una fragilidad en mí, como un cristal agrietado a punto de romperse, y se me antoja tan placentera...

jueves, septiembre 17, 2009

Me descoloco entre nos

Te dije que prefiero ser solo. Y que lo aclaro porque no quiero herir a nadie. Estoy cansado de sacarle filo a mis besos.
Te dije que soy solo porque es más fácil lamerse las heridas en soledad.
-La soledad es sólo una palabra -respondiste mientras revolvías el café con la cuchara-. Una palabra más de esas que tanto te gusta manosear en tu agendita.
Me tomé mi café en silencio mientras pensaba en tragarme también mis palabras, esas con las que tanto me gusta jugar.

miércoles, septiembre 16, 2009

Decisiones y dudas

Subió al ascensor conmigo y me dijo que iba al sexto piso. Yo voy al tercero, respondí, y apreté el botón. Me sonrió y se miró al espejo, acomodándose el pelo. Le dije que era hermosa, le dije así:
-Ni te calientes, si sos hermosa.
El ascensor llegó a mi piso. Abrí la puerta y me bajé, pensando que ya nos encontraríamos en otra oportunidad y con otros tiempos.

martes, septiembre 15, 2009

Pensamiento morboso

Quisiera morir abrazado a mi tabla. Morir en un país lejano y caluroso. Ahogarme en la calidez de sus aguas, con el cuerpo sudoroso y cansado. O quizá ser asesinado, en el mismo país bajo el mismo calor, por una mujer hermosa de mirada penetrante.

lunes, septiembre 14, 2009

Cumple

Aparecieron casi todos.
Fue fiesta y tinto y risas. Fue alegría y encuentros y reencuentros. Fue baile y noche y estrellas.
Sonreí como nunca. No, es decir, sonreí como siempre, sólo que me había olvidado cuánto me divertía con mis amigos.
Gracias, putos y trolas, muchas gracias.

viernes, septiembre 11, 2009

Cochito resumió

-Tas aprendiendo, pequeño saltamontes: Por fin el estar mustio pasó de ser arma contra las minitas a doble-nelson a las pelotas.

jueves, septiembre 10, 2009

Madrugada

Ayer soñé con una mujer.
Una mujer sin boca, que no podía besar. Una mujer sin corazón, que no podía amar. Una mujer sin sexo, que no podía ser penetrada. Una mujer que dibujaba trazos en el aire, trazos que decían: Ilusión.
Ayer soñé con una mujer, y con el futuro.

lunes, septiembre 07, 2009

Al pasar

Tenía una sonrisa graciosa, de esas que juntan la alegría del aire y se la chantan en la cara.

domingo, septiembre 06, 2009

¡Qué ganas!

Revisando, revisando y revisando encontré la pata del motor de uno de los veleros de mi viejo. De pronto me surgió así como un envión, y Cochito dijo:

-Changoy, buscate un velero o serás loco, quiero decir, más todavía.

[Jue perra, con lo que cuestan ahora]

Plaza

Corre un airecito que me hace acordar a vos y a esa Colombia que nunca visité.

viernes, septiembre 04, 2009

Ocaso verde-amarelho

[Cerré la última bolsa y me escapé del depto]

Me fui saturado de tanto cambio en mi vida, de tanto embole, de tantas lágrimas secas. Me fui sin llanto, hace tiempo se me secó el tanque de tristeza.

[Llevaba un par de libros, el mate, un cuadernito y nada más]

Me fui sabiendo que, con la mitad de estos kilombos, en otros tiempos me hubiese desarmado como un castillito de cartas.
A lo sumo me da por agarrar el termo y perseguir al Sol hasta que se esconde en el río. Y es porque na'a de eso molesta ya, total que mañana, como siempre, el cabezón dorado va a asomarse por el horizonte y yo voy a volver a salir a buscar, lo que sea que esté buscando ahora, una y otra vez.

[Entre mate y mate anoté esto, mientras el horizonte se oscurecía y un velerito le apuntaba a Colonia en la tranquilidad de la tarde]

miércoles, septiembre 02, 2009

Memoria futura

Escribiré sobre dos cuerpos acariciándose. Dos cuerpos que seremos nosotros, desnudos.
Escribiré sobre la dulce sensación de mi mano sobre tus muslos, tan suaves.
Nada diré de lo poco que me gustaste en nuestra primera salida, ni del feo gusto que le encontré a tus labios fumadores.
En algún momento reconoceré, también, que tengo miedo de chocar contra las estrellas-que-tienes-por-ojos porque aún no he logrado matar el recuerdo de mis fracasos.
Al final, trataré de recordar fielmente tus carcajadas al decirme: Vos pensás en caricias y yo en hombres desnudos.
Y entonces me reiré de en serio, al escribir todo esto sin haberte conocido.

jueves, agosto 27, 2009

Un grande (en)serio

Nos movemos en nuestro ambiente diario sin entender casi nada del mundo. Por suerte hay niños, yo he conocido alguno, que quieren saber, entre otras cosas, por qué recordamos el pasado y no el futuro.
Stephen Hawking.

-¿No suena a locura eso, digo, vivir sin recordar? Imaginame sabiendo todo lo que me va a pasar sin recordar nada de lo que viví. Así no se puede, viejo, si la vida es, en definitiva, el pasado que recordamos embellecido por la nostalgia de querer vivirlo otra vez.

Esas ñoches

Luna pálida en el cielo.
Y en mi mano un reflejo,
Que apenas dura un suspiro.

lunes, agosto 24, 2009

Oscarcito y Cochito vuelven a la carga...

Reconocer que el alma humana es desconocida es la suprema realización de la sabiduría. El misterio final reside en uno mismo. Cuando se haya pesado el sol en la balanza, medido los paso de la luna y dibujado el mapa de los siete cielos, estrella por estrella, todavía quedará nuestro propio ser.
Oscar Wilde.

-Su putosidad sensible y su agudeza filosófica me llenaron bien los huevos -dijo Cochito.
Yo, aunque estaba de acuerdo con Oscar, me llamé a silencio para no pasar filósofo.
Y menos por puto, claro.

jueves, agosto 20, 2009

Punto límite

Las cosas, por más bellas e increíbles que sean, tienen un final y ya.

miércoles, agosto 19, 2009

Nomade

Me resumo a entrar y salir de hoteles, firmando papeles y más papeles. Mi vida parece una llegada inconclusa, con la promesa de una partida siempre presente.
En cierto sentido, es bueno no terminar de llegar y ya irse sin dejar nada atrás.

viernes, agosto 14, 2009

Noches sin luces ni sombras

Dice Santiago que el insomne vive a deshora porque no puede despertar quien no ha dormido y que, quien no ha soñado, en realidad jamás ha vivido. Acoto que a ese, que bien podría ser yo, ahora, le espera un lento y embolante camino hacia el silencio. Un amargo perdurar. Una cagada.

viernes, agosto 07, 2009

Narbona no era ningún gil

Ciertas mentiras son necesarias para no hundirse en la locura. Si aceptáramos la inestabilidad constitutiva de todo lo que es, jamás podríamos hablar desde una perspectiva capaz de interesarnos en el mundo.

jueves, agosto 06, 2009

Olfato

En el aire planea un olor... me acercaré al mar para comprobarlo; parece que se viene una zaranda brava.

miércoles, agosto 05, 2009

Suave, muy suave

El sol pegaba sobre una ola livianita, como para practicar. Yo miraba desde la rambla, y la baba se me hacía agua.

martes, agosto 04, 2009

La rasca

Caminé con las manos en los bolsillos por la rambla, sintiendo el olor a viejo del mar. Y también mi vida, escondida en el viento, en el frío, en la sal que volaba entre la arena.
Y entonces sonreí, una vez más.

jueves, julio 30, 2009

Escritos de surferos

Mito circular
(Ecuador, 2002)
Me estiro después de la última brazada. El mar está tranquilo mientras el Sol arde en lo alto, inundándome de sed.
Siento que se me consume el alma en esta espera.
Otros se mueven a mi alrededor, deseando también la ola que está por llegar. Son mis hermanos pero los veo como una amenaza: Montones de brazos dispuestos a remar sobre los míos.
La vida es soledad si se la mira desde el corazón de una ola. Soledad pura que va convirtiéndose en tobogán mientras nos acercamos a la arena, que es su muerte. Apenas palpada a través del neoprene, esa vida, esa agonía, nos estremece con cada gota.
Miro el horizonte mientras el agua se arremolina entre los pilares del muelle. Arriba de los tablones, un hombre conversa con su mujer y yo, anónimamente, escucho todo lo que se dicen.
Las aguas brillan y susurran, ahogando las voces que llegan desde la playa. El fuego que consume mi espalda se enciende con cada ola que se curva para romper. Pero entonces se achanchan, como promesas truncas de una diversión que nunca llega.
Es el Sol, mezclado con el mar y mi búsqueda. Me arde desde abajo. Puedo sentirlo como una enredadera de fuego que trepa y me acalambra el estómago, dejándome sin aire. Es el vértigo, ese frenesí que me invade cuando enfrento el abismo que me separa de ese estado de gracia que alcanzo con mi tabla.
Equilibrio en cuerpo y alma. Eso es lo que busco.
Me estiro sobre la tabla y sonrío; las olas vienen cortando el horizonte. Y aunque no soy el de antes, las sé fieles: Vienen por mí. Los pibes que me rodean pueden ser más rápidos pero yo todavía tengo la fuerza necesaria.
Esos picos, que están allá, con la distancia, sacuden la mitad dormida de mi alma obligándome a bracear hasta la cima en un lento andar hacia el abismo, donde, durante un instante, ése en el que me descubro sobrevolando el mundo, me rodean la duda y la oscuridad. Después llegará otra vez la luz y la caída, el miedo y el amor, percibiendo tanta vida en tantos lados con la certeza de que no me derramo inútilmente.
Llega una ola tranquila que nadie me discute; me la dejan porque hace mucho que la estoy esperando y, al menos en esta playa, se respetan mis canas. Me paro y la bajo. Es un movimiento simple y silencioso. El envión me manda hasta la base y por un instante alcanzo a ver el labio cristalino doblándose sobre mi cabeza.
Pero me caigo y el agua me envuelve.
Cansado de los revolcones, salgo de la espuma y me recuesto sobre la tabla. Con una sonrisa remo hacia el punto blancuzco donde las olas comienzan a morir. Me siento en la tabla y pienso en Sísifo y su piedra: Yo también he vuelto a mi comienzo.

Cuenticos a pedido

(Mujer pez)
El bote rolaba sobre las olas de la última lancha, anclado en un pequeño canal del Vinculación. Eran finales del otoño y la soledad, el frío y los mosquitos reinaban en El Tigre.
Los hombres pescaban en silencio, esperando enganchar algo para la cena. Osvaldo usaba línea de fondo porque decía que le gustaba sentir en las manos el tironeo de los bagres. Marcos apretaba una caña con línea de flote buscando pejerreyes.
Marcos rompió el silencio.
—¿Viste lo de Adrián?
—Ése empina mucho, a veces se pierde.
—No sé, igual no creo que existan por acá.
—¿Qué cosa?
—Las minas pescado.
—¿Y entonces para qué jodés?
Marcos quiso responder pero su caña se curvó y la boya picó a fondo. Aflojó el carretel pensando que había enganchado un dorado. El siguiente tirón lo arrancó del bote.
Osvaldo reaccionó enseguida y agarró el cinturón de su amigo, que terminó con medio cuerpo bajo el agua. El dorado debía ser muy grande, tal vez un surubí, porque sentía la fuerza que hacía. El tironeo cesó de repente y Osvaldo vio la caña hundiéndose rápidamente. A mitad del Vinculación emergió una mujer, le sonrió y volvió a sumergirse mostrando una gran cola de pez.
Marcos resurgió del agua, excitado por la anécdota que le contaría a los muchachos.
Osvaldo puso en marcha el motor mientras miraba nerviosamente el río; recordaba los rasgos afilados, el pelo cobrizo, la boca carnosa. Cuando entró el cambio sus manos dejaron de temblar y el bote se alejó del Vinculación dando estornudos.
Marcos dijo:
—¿Lo viste? Era enorme, me arrancó la caña de las manos.
—Sí, era grande, che. Hermoso bicho.
Y una sonrisa cómplice le ganó al miedo.

miércoles, julio 29, 2009

Otras crónicas

Estaba escuchando Radiohead y le dije:
-¿Querés que te preste un auricular así nos suicidamos juntos?
-No, no, gracias, yo quiero vivir...

martes, julio 28, 2009

Falta de espacio

Hoy tengo los sueños de Osaka pero no tengo tiempo ni espacio pa' anotarlos.

Cuestión de gustos según Cochito

-El problema de estos caramelitos, mané, es que a vos te gustan los media-hora y a mí los sugus.

lunes, julio 27, 2009

Y dijo el mar

-Vení a nadar conmigo. ¿No te gustaría sentir mi piel rozando la tuya?

No hace falta ser hombre para tener huevos

Instinto de conservación tengo entendido que llaman a eso que yo sentí en ese momento en estado puro. Algo me explotó en la sangre, algo que subió por el cuerpo desde los talones, algo como la rabia o el amor, algo que pareció empezar en el vientre pero que también repercutió en los tobillos y en las caderas, un vómito, un suspiro, un grito, algo que participaba de los tres, algo que hizo tambalear el mundo mientras yo me mantenía quieta, lo único firme en un universo que crujía y se descascaraba. Todo vacilaba dentro de esa pieza mezquina en la que yo me había estado muriendo. Me había estado muriendo porque quería pero hoy era otro día y no era igual al anterior y yo ya no quería morirme y por lo tanto no me moría. Mierda si me moría. Hijos de remilputas ya iban a ver si me moría. Ni una lágrima, ¿oís?, ni una. Se terminó la compasión, chau.
Angélica Gorodischer.

¿Entendés? Es eso mismo, una patada en las bolas que no termina de aplastártelas nunca. Y que la recibis sin llorar porque, aplastadas y todo, bien puestas las tuviste siempre.
Carajo, mierda.

Mañanas de Sol

Ayer fue increíble, me descompuse de la risa con los Lelu, Natu, Gio y Diega.
Hoy me desperté a las seis de la mañana para ir al trabajo y vi cómo los dedos rosados del sol iban alcanzando la ciudad, lentamente. Y también fue increíble.
Mientras viajaba en un 29 silencioso, quizá porque era lunes, o muy temprano, o hacía frío, descubrí que me vienen girando manijas que no puedo frenar, desde hace un rato.
El 3 de agosto juego el primer partido de la copa con El Coyote y a la noche me las tomo para MDQ. No tengo las tablas ni el traje pero, de alguna manera, me voy a meter al mar.
Y también, seguro, va a estar increíble.

viernes, julio 24, 2009

Pasatiempo

El tipo iba escupiendo por la ventana, tratando de acertarle a los peatones, hasta que el bondi-man le dijo:
-Nene, ¿querés que frene así apuntás mejor?

jueves, julio 23, 2009

Recuerdos desde el río

Ese día soplaba el pampero.
Soplaba y soplaba y nuestro velero se sacudía de banda a banda. Me acuerdo como si fuera hoy porque el miedo me atenazaba las manos. Me acuerdo porque me las descascaré casando las drisas del spinaker para que la vela puta no nos diera vuelta. Me acuerdo porque yo lo puteaba a mi viejo y él no paraba de repetirme:
-Escuchame, flaco, sino hicieras estas cosas conmigo, ¿qué anécdotas vas a contarle a tus hijos?
Íbamos en un cohete disparado por el río Capitán, una flecha azul y blanca que se recostaba sobre la banda derecha, con todo el trapo puesto y toda la fuerza en los obenques.
Me acuerdo que la proa le arrancaba quejidos al río, mientras el Cecil cabeceaba como nene loco y nos alejábamos cada vez más del caudal del Plata. Nunca me voy a olvidar de ese día encapotado y frío, de mis brazos rígidos y de los gritos sobre el viento.
Pero Old Panizza nos entrenó bien: 3 semanas después ganamos la Colón '98 casi caminando, con Vika como adrisante, Esteban como trimmer y yo de timonel. Y mi viejo, claro, que fue cortando salamín todo el viaje, mientras decía:
-Debería hacerle unas remeras a la tripulación, ¿no?

Sobredosis

Así quedó Michael Jackson después de Gianola y su desafío de la blancura.

miércoles, julio 22, 2009

Daria ataca de nuevo

-¿Qué es eso de que va a nevar?
-¿Ahora sos vidente?
-Claro -dije yo.
-Nunca un trabajo decente, vos. Nunca una pala y una bolsa.

¡Qué boludo!

Recién ahora entiendo que cuando los viejos le decían tornillo al frío se referían a que te deja todo remachado.

martes, julio 21, 2009

Mi diario XI (o mañanas urbanas)

A las 8 de la matina de un martes uno no se cuestiona si es correcto bajarse de un bondi porque se tienen ganas de escribir: Uno lo sabe, porque el escribir es (casi-casi) como el caminar. Uno, y digo uno por no decir yo, sabe que la inspiración es como los fantasmas (Javier Cercas dixit): Todos hablan de ella pero nadie la ha visto. Cuando pinta la muy zorra, hay que agarrarla con dedos de acero.
Hoy estoy como extraño, o extrañado, o extrañando. Y si es que extraño algo, no sé bien qué será. Pero percibo como un vacío en mí, tamaño large, de origen indefinido, que me hace caer mal las facturas y me amarga el café con leche.
Será el malhumor de haber dormido acurrucado en un sillón, medio en bolas, mientras una luz de mierda no me dejaba dormir. O será esto de ser un homeless y no tener domicilio fijo, que puede que empiece a afectarme a mi edad.
Entonces… ya me perdí.
Decía que estoy en un bar, reventándome el cerebro con AC-DC en las postrimerías del día del amigo, pensando en toda la gente que tenía que ver y que no ví. Decía que tengo sueño o malhumor y que no saboreaba un café con leche aunque, esto último, no es del todo cierto: Un café con leche, por más malo que sea, siempre es un alivio a las 8 de la matina.
Decía o quería decir muchas cosas pero mejor me callo: Es martes, y es muy temprano para ahondar en si Nicholas Blake tenía razón al decir:
Como casi todas las personas que llevan una vida aislada –aislada espiritualmente, quise decir-, soy extraordinariamente sensible a la opinión que los demás tienen de mí. Odio la idea de ser un tipo popular, bien recibido en todas partes; sin embargo, la idea de ser impopular me produce un sentimiento de profunda intranquilidad. No es un rasgo muy simpático querer comerse la torta y al mismo tiempo guardársela.
Como que ya sé la respuesta: Fue la puta timidez, Nicky-boy. Una cosa era hablar (o escribir) en joda, y otra cosa es hacerlo sobre cosas que realmente te importan. Y con respecto a las tortas, qué sé yo… Si dicen que nadie vuelve por algo será.

De lobitos y romanas

Hoy, es de noche.
Y el lobo que hay en mí anda por ahí, de par en par, sabiendo que todavía le quedan muchas noches como ésta para aullar.
Y hoy, el mundo da vueltas y vueltas.
Siento su vértigo penetrar mi pelaje mientras miro la luna, tan llena, tan blanca, tan mágica.
Soy nocturno y soy lobo, pero no soy feroz. También tengo una parte blanda, sumisa y temerosa, que me hincha las pelotas con sus dudas mientras corro entre las sombras de mi bosque. Y no reniego de ella, porque necesito dudar para salir a cazar, necesito ser perseguido para esconderme en mi cubil, necesito ser débil para recuperar la fortaleza del animal osado que supe ser.
Hoy, el mundo se oscurece.
Y su oscuridad no me da miedo, sólo incomodidad. Sé, o adivino, a través del instinto animal que me domina, que estos senderos que hoy recorro serían mucho más pulentas si los viera a través de la luz del Sol.
Pero hoy, que es de noche, sólo la luna ilumina mi andar.

lunes, julio 20, 2009

Cochito afirma

-Antes que una canción de cuna prefiero buena vista en La Chacarita, con aire y levanta-nichos eléctrico.

Soliloquios de altura

¿Y qué sabe el miedo de mí, montaña, si sólo ha saboreado pedazos de mi carne?

Día mojado

El sábado me recibe mal: La llovizna me salpica la cara, obligándome a pestañear.
Encima casi no dormí y todavía me duele el cuerpo por el palo-snowboard. Todo me invita a pensar que voy a jugar como el culo, hoy. Pero me deja tranquilo saber que estoy otra vez tiritando en la cornisa.
Y es que el equilibrio, papay, es mi mayor fortaleza.

viernes, julio 17, 2009

Genio, precursor y figura

Tengo una caja de cartón a la que llamo La caja de los tesoros. Seguramente a nadie le podrían pa­recer tesoros más que a mí. Hay un soldado de plomo del ejército napoleónico al que le falta un brazo, un yo­yo profesional Russell, un cortaplumas roto, una brú­jula con el cristal astillado, una figurita de El Zorro (la única que me quedó de las miles que junté cuando era chico) y una postal que me envió una novia desde algu­na playa. En la postal solamente se ve una ola, y nada más, y en el reverso ella me escribió: ¿Viste alguna vez una postal más estúpida que ésta? Si cualquier persona se asomara a esa caja (desde luego, ese acto se­ría castigado con la pena de muerte) no podría advertir cuál es el objeto más extraño de todos, y quizás el más precioso: un pedacito de papel viejo, quebradizo, casi quemado, encerrado en un sobre. En el papel no puede leerse casi nada. Es apenas una huella.
Pablo de Santis.


También tengo una caja de esas, llena hasta el tope de monigotadas que a nadie más le dicen nada. No sé si mataría a quien se atreva a meter la cara, algunos ya lo han hecho y no los maté, pero estoy seguro de que nunca, jamás, me desharé de esas porquerías. Y entre ellas también hay un papel amarillo, viejo y arrugado que es apenas una huella de mis primeras letras.

Noches de boliche

-Pasa que yo tengo miedo, che.
-¿Miedo de qué?
-Esto 'stá lleno de panteras, mané, y tengo miedo de salir arañado.

Reencuentro fulbero

El Coyote* estaba llegando tarde, así que me senté en un banco de suplentes vacío para ver un partido cualquiera; un equipo jugaba lindo, el otro no.
De repente me di cuenta de que el 11 de los que jugaban lindo no dejaba de mirarme confirmando mi sensación de que, últimamente, doy perfil de futbolista puto. Después de un rato se me acercó y me dijo:
-¿Vos jugaste en la USAL alguna vez, no?
Y cómo jugaba entonces, pensé. Lo miré extrañado sin acordarme de su cara hasta que, después, sí, lo retuve bien; ése era parte del equipo que peor me goleó en la historia de MI fútbol: nos ganaron 9 a 1.
-¿Te acordás que una vez jugaste para nosotros porque nos faltaba gente?
Y claro que me acuerdo, con 8 tipos le hicimos partido a los subcampeones.
-¡Qué partido! ¿Te acordás?
Como si fuera hoy, pensé. Como si estuviera por empezar ahora mismo: Esa horrible camiseta amarilla y verde; Juanma, sin jugar por pecho frío; El gol que metí desde afuera del área.
-Nos vemos en la cancha, un gusto verte después de tanto tiempo...
Lo saludé sonriendo y pensé que si lo cruzo de vuelta por la derecha voy a apuñalarlo con mis botines, como hice cada vez en aquellos años. Pero como es amigo de la casa, lo haré con sumo respeto.


*Coyote Moon, mi equipo de los domingos.

Cochito explicó

-Adelantás un pie y listo.
Repetí sus palabras en silencio, como si las estuviera masticando.
-Sólo un paso -dijo.
Un paso, pensé, y además el infinito.

jueves, julio 16, 2009

Yo xoy la cornixa

Quiero recuperar la llama que alguna vez compartí con vos, pero no sé cómo.
La extraño, muy adentro. O quizás extraño la fuerza que me daba su ardor, que era el calor que impulsaba mi vida.
Vivo tiempos de ceniza.
Sí.
Tiempos en los que busco una dirección para mis pasos mientras todo parece deslucido y estúpido.
O falso, barato, sintético.
Vivo tiempos en los que me canso de bracear y bracear hacia islas sin nombre. Islas en las que no reconozco belleza alguna porque estoy ciego.
Y entre tanto aburrimiento, bajo olas y montañas con la música al taco, partiéndome los brazos y las piernas. Pero no me confundo.
He aceptado mi naturaleza: No busco el borde para caerme.
No.
El límite ha sido el filo con el que corté la vida.
Siempre.

El último descenso

Estaba allá arriba y pensé en vos.
Pensé en vos y en el año 2002, y en el palo que te afanó la vida allá en Australia, lejos de mí y de las costas que te vieron surfear.
Toda una vida dedicada a la tabla y te dan miedo dos golpes de nada. Toda una vida dedicada a la tabla y te cagás por dos moretones de mierda mientras a otros jamás les tembló el pulso, me dije.
Entre las nubes vi otra vez tu cara, la cara triste que tenías el día que te fuiste. Y también la otra, la que te vi el año que fuimos a Máncora, cuando pegaba re feo, cuando vos me preguntaste si tenía miedo y yo te contesté que sí. Quedate tranquilo, me acuerdo que dijiste, que mientras tengas miedo tenés el control.
Pero hoy tengo miedo y no controlo nada.
Y también tengo bronca: Porque siempre fui de esos guerreritos lanudos de poca consciencia que llamábamos cabeza de fósforo. Si hasta me prendía fuego de sólo pensar en tablas y olas y nieves. Y ahora resulta que una montañita de mierda…
Allá arriba pensé y pensé, hasta que el-que-vive-adentro-mío se puso de pie, me sonrió con una sonrisa de perro rabioso y se largó. Y hubo un instante en el que dudé en volver porque tuve miedo, pero metro a metro fui perdiendo la duda y él se hizo más fuerte, hasta que en una curva salimos de la pista, muy fuerte, y me clavé de cabeza.
Me clavé tan mal…
Pero el-que-vive-adentro-mío se sacudió la nieve, se paró y se dejó llevar. Yo me dejé llevar con él porque en el fondo sabía que tenía razón. Y en un momento íbamos tan rápido, mané, que pensé que el tiempo no nos podría alcanzar.
Cuando llegué a la base él ya no estaba conmigo, en alguna parte del descenso me había dejado solo pero ni cuenta me di.
Me saqué las fijaciones despacito porque quería saborear ese momento, así como saboreo este otro en el que te escribo estas líneas mientras todos están dormidos.
Es increíble, sin darme cuenta lo tuve congelado adentro mío esperando el momento para sacarme otra vez del fuego y llevarme hacia la playa, la base, la seguridad de un chocolate caliente. Y ya estando casi en el auto me acordé por qué le dije a esa tarada, en Máncora: Nosotros no queremos matarnos. Todo lo contrario, queremos saber si estamos vivos.
Todavía arde, mané, y aunque está muy escondido su fuego tiene una furia…

miércoles, julio 15, 2009

Volver

Con la frente asoleada y ese dolor de hombro que no para con nada.

martes, julio 14, 2009

Voces silenciosas

Alcé la vista y lo vi entre remolinos de nieve: El viento venía bajando, y gritaba:
-Esto es la libertad.

martes, julio 07, 2009

Exabruptos nocturnos

Nos terminábamos de clavar una picada vitivinícola en la terracita del depto cuando Luigi tiró:
-Tengo más ganas de coger que de vivir.
Y la risa nos duró más de media hora.

lunes, julio 06, 2009

Signo de estos tiempos

Era domingo e íbamos a jugar al fútbol y nos agarró un semáforo en costanera. Entonces lo vimos: Un tipo vendía alcohol en gel, suelto.

viernes, julio 03, 2009

Extreme ways

Ayer llegué tarde a un partido de chincue. Y antes de empezar ya estaba caliente por eso de llegar tarde y por varias cosas más que no vienen al caso.
La primera pelota que toqué la salvé de nuestro arco; la segunda la metí en el arco contrario; en la tercera me partieron una pierna. Ahí me calenté en serio: Clavé una de zurda, en el ángulo. Me gambeteé a un par y metí tres o cuatro más. Y me di el tiempo de putearlo al Diega porque estaba quejoso. Después como que me jui aflojando, sobre todo cuando llegué a la conclusión de que no juego mejor por la línea sino por los bordes, justo ahí, donde me caigo al carajo.
Para mejor, el partido lo ganamos caminando.

Cochito solía decir

-Si me llevan antes, papay, van a tener que ponerle una furia...

miércoles, julio 01, 2009

Poroto de James Bond

Después de la trilogía Bourne pensé que nada me sorprendería hasta que vi los nuevos mapas de Google.

lunes, junio 29, 2009

Carpo, vos y yo

Me acuerdo de la primera ola que nos regaló Valeria; de esa pared que hicimos por la izquierda, en el primer partido que jugamos juntos, que terminó en un gol tuyo, terrible; de la etílica Noche del Arponero; de la espina que vos tenés clavada en el alma; de mi andar gracioso y errático; del día en que nos mudamos a la inmensidad azul de Montes de Oca y nos pedimos 6 empanadas + 14 cervezas; de la vez en que te tacleó un ombú en las calles de Munro; de cuando me dormí abajo de una parrilla, en tu cumpleaños; de nuestras noches de escabio en Palermo, vos y yo solos, escapándonos de los travestis; de otras noches, mucho más largas, de diseño, chat, web y caloventores explosivos; de tus anécdotas y mis anécdotas, que despertaban sonrisas fuéramos a donde fuéramos.
¿Cuántas cosas pasamos en estos tiempos, mané? Negocio tras negocio, página tras página, gambeta y pared tras golazo y golazo. Si hasta un día yo formé mi casa y vos la tuya. Y soñamos con tantas cosas en el camino. Si hasta a los dos se nos jue a la mierda el sueño más o menos al mismo tiempo y nos volvimos a juntar en Pueyrredón, con más anécdotas y más gracias.
Hace unos años aseguraste que yo te iba a abandonar pero, mirá que loco es todo, ahora sos vos el que viaja a las 'Uropas.
Y sin embargo, mané, lo bueno de esto es que (todavía) vamos juntos, a la par.

viernes, junio 26, 2009

Pequeñas alegrías (choreo a Hesse)

Me entró una piedra en la zapatilla mientras volvía de cortarme el pelo. Como no tenía ganas de frenar, caminé hasta que se hizo insoportable. Entonces me senté en la puerta de un edificio, me saqué la zapatilla y tiré la piedr(it)a muy lejos.
Desde entonces soy tan feliz.

¡Salud muchachos, por el buen fútbol!

Hoy me acordé, no sé por qué, de lo que me gustaba jugar en Hipólito Bouchard, ese equipo que armó Pocho para ganar el (lejano) torneo de la USAL. Me acordé también de lo que me divertía con Juanma, Juani (el defensor más expulsado del campeonato), Ñata, El Tata, Pocho, Chispita, las ocasionales apariciones de Guido y nuestro increíble arquero ciego (El Gordo).
Ahora, les aviso queridos compañeros que este empeine tiene memoria* y que todavía, aunque perdí la velocidad, los putos que me marcan no me pueden sacar la globa.


*Bruñol dixit.

PudreCabezas

Por alguna razón que desconozco medicina alternativa se ha convertido en sinónimo de natural, saludable y económica. No jodamos con la salud, muchachos, que Oriente fue alguna vez la cuna de la sabiduría pero ahora sólo es una pizzería, además del nido de líneas de montaje baratas.

jueves, junio 25, 2009

Inner Tucumán

Sopla una brisa suave, tan leve que a veces ni la noto. Sin embargo su debilidad alcanza a despeinarme.
Los demás duermen. La ciudad entera parece dormida.
Hoy me desperté temprano porque quería dar una vuelta y conocer, pero cuándo me planteé qué quería conocer quedé quietito en esta plaza. El tema es que no sè cuando repetiré el viaje, así que tomé un último envión y decidí sacar fotos pero no supe a qué apuntarle.
Entonces volví a esta serenidad.
Pienso; será que necesito esto, digo, porque hace rato que no estoy sereno. Sin embargo hoy no quiero escribir sobre mí, sino sobre las sensaciones que me despiertan estos viajes, estos descubrimientos, estos desencuentros. Y, a pesar de que sigo en tiempos de ceniza, sé que por algún lado encendí una llamita muy leve, como la brisa que me despeina. Lao sé porque la siento arder, invisible y silenciosa.
Hay un tiempo para vivir y otro para estar muerto, dice Kurt Wallander. Ignoro si alguna vez midió la veracidad de sus palabras. Ignoro si le importa o si escribió algo de todo lo que escribió pensando en que sus verdades le llegarían a alguien.
No importa.
Sucede que hace tiempo vivo como un zombie. Me explico: No vivo ni me terminé de morir; sino sufro mientras me voy morfando cerebros ajenos.
Sufrir no es la palabra correcta, pero estás son mis memorias y en ellas pienso equivocarme cuando se me cante el orto.
Como decía más arriba: Hoy salí a buscar algo sin saber que en realidad trataba de encontrarme. Ya está bueno esto de rebotar, de suspirar, de sostener, de marearse, de caer, de aguantar el aire, de flipar, de estornudar, de levantarse y de, en fin, desconocerse.
Es tiempo de soltarse o, más simplemente, hoy ya es tiempo.

jueves, junio 11, 2009

Desde Bblanca

El frío de la mañana me hunde más en mí mismo: Soy una sábana arrollada en una habitación; soy un número, el 208, que no sale en la quiniela.
Y sin embargo hay mucho más en mí, algo tibio que no reconozco pero que me tranquiliza tanto. O serán ideas que se estiran de mañana, quizá, mientras tomo café con desconocidos.
Ideas maravillosas que voy olvidando al desenrollar horas del día.

miércoles, junio 03, 2009

Cancionero de morondanga II

Entre los Silmarils y la Sombra del señor Oscuro me van haciendo invisible.

lunes, junio 01, 2009

Empujoncito

A veces el mal humor dispara verdades que nos enriquecen. Y otras, ni eso.

viernes, mayo 29, 2009

Upa!

-Nunca sabés qué hay abajo de lo que te hace seguir -dijo.
No me lo puse a pensar entonces, parecía una de esas boludeces que alguien dice para sentirse inteligente. Me acuerdo que nos dimos un abrazo antes de que se subiera al avión y se fuera. Pero, mirá vos, hace unos días escuché una canción que hablaba de eso y me acordé. Y entendí.
Lástima que pasaron como 12 años.

viernes, mayo 15, 2009

Revólver de terciopelo

Te revienta la cabeza, pero no por su suavidad.

martes, mayo 12, 2009

Futboleta

Me embroncó haber perdido tres pelotas tontamente. Me dio bronca porque alguna vez fui uno de esos delanteros intratables a los que nadie les saca la pelota.
Así y todo, de repente me cayó una bocha, me inspiré, amagué unas veces y la toqué al gol. Mi compañero no lo metió pero la jugada, como en aquellos años de gambeta, tuvo un dejo magistral. En estos tiempos de ceniza esos destellos iluminan la línea de cal.
Y con eso a mí me basta.

Alfileres negros

Cada noche me arranco el corazón. Pero a la mañana está de nuevo ahí, latiendo.
The english patient.

martes, abril 28, 2009

Cochito se queja

-Debería acostarte, nene, con esa temperatura volviste a tus 15 años.

jueves, abril 23, 2009

Historias de Telemarketers (I)

-No pueden cortar ahora. Los chicos están logueados -dijo la supervisora.
-Ustedes recibieron el mail, a las cuatro y veinte...
-Hay chicos logueados -Me cortó, con tono agrio.
Yo la mire sin resentimientos. Había perdido la cuenta de cuántos de esos maniquíes con suerte había visto sobre una tarima, largando por la boca las huevadas que les soplaban en el culo. La miré sin resentimientos porque me estaba prepoteando, como a cualquier pobre agente que debía bancarla, hora tras hora, día tras día en aquel antro, me estaba prepoteando porque era su única arma. Yo, en cambio, tenía un arsenal considerable.
Nunca me hubiese trenzado con una gruñona desgastada como aquella. Pero, no hay con qué darle a la mala leche, justo ese día la vieja no tuvo suerte. Yo estaba terrible: Llevando encima una noche de berrinches y rechazo, sumado a un amanecer con cansancios y maloshumores, era el asesino perfecto.
Estaba tan molesto que al oír sus quejas se me encendió la caldera. La seguí mirando fijo, impasible, pero por dentro se me desmoronaron los diques: pensé que la vieja me quería comer el culo, y a mí nadie me lo come si no quiero; pensé que debía dormir sola desde hacía bocha; pensé que nadie la tocaba ni con un palo; que era virgen; que era cuáquera o mormona; que era estéril o frígida o republicana. En fin, tantas cosas de mierda pensé, hasta que me volvió a repetir eso de que no bajaba nada, de que había agentes logueados y que yo, justo yo, si quería hacer algo, tenía que conseguir un autorización de alguien con peso.
Eso dijo, de peso, y en mi enfermedad de odio imaginé a un gerente gordo.
-Porque acá estamos trabajando, ¿Entendés, querido? -Cerró.
Ahora sé que el problema estuvo en el querido, o en su forma de decirlo. Además, parecía insinuar que yo no trabajaba, que no sabía lo que era el trabajo, que no me esforzaba ni entendía lo que era doblarse los cuernos con las manos en la masa.
Pobre de vos, chiquita.
Sin responderle, giré para ubicar el tablero eléctrico, la térmica roja, el gran dedazo. Volví a mirar a la vieja y solté, con mi mejor frialdad:
-Mirá, vos ya tenés un mail donde se te informa sobre el corte. Yo tengo un cronograma de implementación aprobado por la dirección del Anses. Si vos no estás de acuerdo, elevá una queja y fundamentala.
No esperé respuesta: Fui hasta el tablero y, contrariamente al principio bíblico, cuando bajé la llave la luz se deshizo.

lunes, abril 20, 2009

¡Papaíto!

Charlie Brown me dijo que le sacara una foto, y yo, como cualquier boludo, sonreí y dije sí. Ahí nomás, mientras enfocaba, me chafaron mi morral.

Tony in the night (¿Y van?)

-Paciencia, Cuchito. Siempre estamos solos esperando la ola.

Cronicas nocturna ¿Uno?

Lo digo, medio poéticamente, porque este asunto me emociona, ¿entiende? Porque a partir de ahora le voy a contar una historia que a usted le importa un carajo –así, crudamente-, pero a mí no. Y si pone la oreja, escuche, que para eso está. Porque esta es la historia de mi vida. Letal, precisa, inocentada.
Mempo Giardinelli, la revolución en bicicleta


Fueron apenas tres calles en una hora de caminata: Jonte, Nazca y Antonio Lopez.
Últimamente me pasan cosas raras dentro. Cosas que disparan sensaciones y necesidades que desconozco o que, más bien, hace rato que no saboreaba. Y por eso, porque se me dio por caminar aunque Diega me había dado monedas y los bondis pasaban uno atrás del otro, arranqué y le di hasta casa. A medida que rodaban las cuadras la ciudad fue enmudeciendo: las charlas de sobremesa, las parejitas hablando en la parada de bondi, la gente comprando en los kioscos, los televisores gritando goles. Todo se fue perdiendo en la distancia y yo me escondí lentamente en ese silencio.
Me sentía único viendo un vacío inmenso en esa hora en que cada caminante que se nos aparece es un sobresalto, un repiqueteo en el pecho. La misma hora en que a los autos se los escucha venir a cuadras de distancia. Y, quizá por esa soledad, me copé mirando cómo la luz amarillenta se escurría entre las hojas de los árboles para morir en el reflejo de los charcos.
Se veía tan irreal.
Hace rato que me pasa, digo, esto de estar cansado y seguir caminando, en las últimas mejor dicho, y sin frenar porque la llegada se intuye a pasitos de bebé. Quizá esté más cerca que mi casa ahora, pienso, mientras escribo estas líneas en una servilleta de panchería con una birome prestada, sentado en un cordón cualquiera de Buenos Aires. Alguna vez ya hice esto, también de noche, en una calle de Montañita o de Guayaquil, pero entonces no escribía por desamores ni nostalgias ni extrañeces, era miedo nomás. La cosa es que si pierdo esta sensación de desapego, de liviandad, de certeza, si no logro plasmarla en algo que me la recuerde en los próximos días, puedo volver a caer en la insipidez de mis últimos meses. Y eso sí que no lo quiero, posta, gracias de todo corazón, pero ya colaboré.
Ahora estoy más cerca de casa y me vuelvo a sentar, necesito dejar algo claro: no es depresión, ni miedo, ni dolor. Es mucho más que eso, mucho más completo: estoy abriendo puertas como un desquiciado porque hasta hace muy poco en mi vida sólo había ventanas y no hacía más que mirar, mirar y mirar como todo se iba yendo.
Como quien dice; estoy en el borde de mi hora más oscura, pero empieza a clarear.
[ACOTO: hoy quisiera reputearte porque ayer yo esperaba otra cosa, pero se está tan tranquilo así, tan silencioso, que no da para arrancar a hablar. Además tenés razón: no más boliches, ni ruidos. No más salidas resacosas, ni dolores de bocha, ni muertes súbitas. Mejor es escribir y caminar, como hoy, mejor salir con tu camarita pelotuda y tu hambre de olvido. Mejor eso y las fotitos que a nadie le mostrás]
Ahora parece curioso: al principio pensé que estos tiempos serían la resaca de mi vida. Después todo fue mutando a una vida resacosa hasta que, hace apenas unos días, empecé a creer en mí. Y por esa confianza dejo atrás este último cordón, a cuatro cuadras de mi casa. Resulta que en estas noches de luces amarillas y limoneros mentales, tener confianza se siente demasiado bien.
Switch off, mané.

domingo, abril 19, 2009

Cochito insiste

-Andate a tu casa, gordito, el aburrimiento seguro (te) lo llevás puesto.

Diálogo de locos

-El aire hace al águila, el semáforo crea al freno y la risa a los payasos.
-¿Y las lágrimas? -Preguntó (a)noche.
-Por hoy olvidate de las lágrimas.

viernes, abril 17, 2009

Consciencia

Lastimar a quienes nos quieren es la peor de las autoagresiones

miércoles, abril 15, 2009

Otros dicen las cosas pero uno las vive

Dicen Los Violadores que del rebaño no soy yo. Dicen también que combatiremos siempre, no entiendo bien cómo ni contra quién pero, pero, pero, pero, concuerdo en que siempre estaremos para dar una batalla más. Y que les daremos, sean quienes sean, combate hasta el fin. Y como que sí, como que siempre fui medio guerrerito y la combatí bajo un sol feliz.

Vos bien lo dijiste, como dijeron los de Árbol, no soy un esqueleto que se ríe de lejos, mané, ni una cosa acuosa con cabeza venenosa. A lo sumo soy una fakin cosa, bastante fakin, que anduvo enterrando fantasmas en el mar y a la que un montón de pescaditos se le acostaron en la lengua.
Entonces mi vida, gordita o flaca como las olas de Valeria, me gusta igual aunque esté enojada por lo que pasó, con o sin maquillar, en pijama, calzoncillos u overall.

Y ahora floto en el aire, desde el domingo, cuando mi cabeza explotó. Y veo. Y vuelo. Y estoy alto, muy alto, y sé que nadie me puede bajar. Porque ahora que floto y no siento lo que toco y nadie me ve pasar, voy a aprovechar para volver a soñar.

Igual, vos sabés, hay que andar precavido
mané, no sea cosa...

martes, abril 14, 2009

Desconcierto

¿El rock puede ser juerte si no hay puti club?

lunes, abril 13, 2009

Mi diario X

Es el doce de abril y hace bocha que no te lleno la piel de garabatos, agendita. Justo desde que lloraste conmigo en unas hojas borroneadas del veintipico de noviembre, cuando todavía queríamos resistirnos, defendernos. Pero no se pudo y ahora estamos acá, este doce de abril, mirando al viejo a las ¿qué, ocho de la mañana? Vos y yo, algunos corredores de verano y estas gaviotas que son siempre las mismas, eternamente blancas y grises.
Perdí la cuenta del tiempo mirando al viejo. No importa mucho, yo sé que con el viejo siempre puedo contar y que así como yo lo miro él me mira a mí. Por eso vine; necesito saberme, verme, encontrarme otra vez, y el mar es la única guía que me queda.
[ACOTO: ¿Y qué vas a preguntar? ¿Lo que preguntaste siempre? ¿Te creés que no me acuerdo? Querés saber quién sos, o qué tenés, o qué te espera. O, peor, querés que te aseguren que todavía tenés algo que dar y que por ese algo te van a venir a buscar, porque sino sería injusto. Pero no es así, porque yo también te he visto y oído y recorrido como vos a mí. Y sé que sos un chiquito con miedo. Uno que sabe que con cada latido la vida se acorta. Pero sabés sólo eso, porque ignorás que lo importante no es la velocidad, sino la densidad. Y yo te veo tan denso preguntándome siempre las mismas cosas]
Hoy tengo un ardor dentro, agendita, y no es por la resaca que me parte el pecho. Es otra cosa, algo que creí que había perdido con el desgaste y que me quema tanto que no me deja dormir, ni pensar, ni hablar, ni mirar a nadie. Y justo ayer, mirá lo que es el destino, justo ayer me compré un libro que me recomendaron, un libro de un tipo que nació en una isla con la que sueño desde que me subí a una tabla, un tipo que odio porque dice y escribe como todo lo que odio. Y sin embargo ese tipo (me) escribió en ese libro: Era una playa magnífica, casi siempre desierta, geométricamente lisa, de arena inmaculada; no cabe duda de que un hombre dotado de auténtico temperamento artístico podría haber sacado provecho de aquella soledad, de aquella belleza. Por mi parte, me sentía frente al infinito como una pulga encima de un pedazo de hule. A fin de cuentas yo no pintaba nada en toda esa belleza.
[ACOTO: Un tiro en el medio del pecho]
Y ahora resulta que fue así nomás, que resignarse fue dejar pasar el tiempo porque sin él, sin el transcurrir incesante de los días, no llegaría nunca el momento en el que estas lágrimas negras me saldrían del pecho. Sin llanto, ni morisquetas ni escándalos. Simplemente yéndose una detrás de la otra, cubriéndome el pecho de negrura.
Pero ese tipo siguió diciéndo(me) en ese libro: Yo le había dado demasiada importancia a la sexualidad, era indiscutible; pero el único lugar del mundo en el que me había sentido bien era acurrucado entre los brazos de una mujer.
De esa mujer.
¿No es increíble, agendita? Estar solo y roto pero no abandonado. Roto en todos los sentidos en el medio de la nada y leyendo algo y sabiendo, ipso facto, que en ese preciso momento está ocurriéndote algo importantísimo para lo que no estás preparado y que, sin embargo, justo y por suerte ocurre en un lugar tan familiar donde todavía queda algo, sublime, enorme, sobre lo que podés hacerte patita para seguir.
[ACOTO: Si lo decís por mí, andate a la concha de tu madre]
Soy una bola de nervios sin manija que se hartó de rodar. Una bola reseca a la que se le acabaron las lágrimas. Pero también soy yo, solo, con mis remitos, mis ganas de alcanzar la serenidad de la rompiente y estas bolas-de-acero que tanto me pesan. Y me la tienen blanda los ardores de una noche de juerga, las amenazas de unos giles o las risas de unas chicas rubias, enruladas y fáciles.
Si supieran lo que me harté de vivir yo, viejo, al lado tuyo y con tantos otros. Si supieran las veces que me arranqué la piel en estos últimos meses. Si supieran cuánto me costó saber que vivir no tiene que ver con haber fracasado sino con haber sentido. Si supieran esos putos.
Y entonces me voy de esta playa; tengo que volverme pa' hacer el bolso porque me dejé muchas cosas pa' mañana y, además agendita, me voy porque me place cerrarte y decirte: ahora, oh inmortalidad, me perteneces*.


*En alemán en el original: Nun O Unsterblichkeit Bist du ganz mein.

El discurso de Cochito

-Espero haber sido claro con esto de los horarios; en esta casa se come a las nueve y a las once se está durmiendo. Si te pasás es porque sos drogadiCto, puto o diseñador gráfico.

Esperando pliegues y más pliegues

Me perdí después del primer roce. Apenas una puta caricia; un suspiro leve que me erizó la piel.
No fue el frío del mar, de la mañana o de mi neoprene agrietado por el desuso. No. Fuiste vos y fui yo. Fuimos todos de nuevo hasta ahí, como siempre, remando como motorcitos sin puta idea pero con tanto güevo.
Porque estábamos juntos otra vez, en mi bochita. Nosotros todos, los que todavía estamos y también los otros; cada una de las viejas caras me sonreía mientras unas montañitas verdes me partían la espalda.
Serie tras serie. Bomba tras bomba.
Me colgué, sí, porque tenía que lustrar mucha memoria y olvidar mucho presente. Y como que me salió un poco bastante, digo, que los muebles del bocho me quedaron bastante limpios aunque no queden muchos, ¿viteh? Hasta te diría que reseteamos la onda, mané.
Ahora leemos al fokin Houellebecq porque sabemos que podemos putearlo y odiarlo aunque en el fondo le admiremos. Porque hay cosas que deben ahogarse en el mar, perderse en el vacío azul, pa' olvidarlas, pa' no tenerlas tan presentes, pa'arrancar como un tren en una nueva estela.
Y te advierto, mané, que no agarré bien ni una. Pero qué carajos me importa, broder, si todavía tengo unos lindos remitos en las manos que nunca me deja(ro)n tirado, qué carajos, si me sobra tanto aguante.
Las olas, como siempre hicieron, vendrán cuando se les cante venir.

domingo, abril 12, 2009

Postales II

El mar descargó su juria en Valeria del Mar.

miércoles, abril 08, 2009

No más velos

Hay mañanas en las que el Sol brilla más juerte.

martes, abril 07, 2009

Re(tro)alimentación

Pasa que estoy cansado de mirarme al espejo y ver un tipo cansado.

Próxima

Viajaba al lado mío en el tren, y lloraba. Yo le veía la cara húmeda y el corazón toto. No supe en qué ni por qué, pero me jodió ver a alguien en lágrimas tan de temprano. Me miró y le guiñé un ojo. Sonrió entre sus mocos y sus dolores, y entonces le alcancé un pañuelo y le sonreí con toda mi nostalgia.
No sé pero, te juro por el barba, que apenas solté el pañuelito el peso que me desgarraba el culo se jue como por arte de magia.

lunes, abril 06, 2009

Un pasado que vuelve

El 13 de noviembre de 2007 publiqué, en citas escogidas:
Un día voy a tirar una bomba sobre esta ciudad. Una bomba anticonceptiva.
Spider Jerusalem.

P.D: Hay días en que nos sentimos rodeados de abortos.

Hoy me guelvo a encontrar con la idea, con las ganas, con la necesidad. Lástima que la bomba no 'tá.

Lecturas adecuadas

Un buen estratega sabe que más allá de sus narices el mundo sigue funcionando, dijo la Gorodischer. Lo leí y lo negué de toque porque no soy estratega; apenas un peón me siento, hoy por lo menos, un peoncito de nada de los que se sacrifican para morfar una torre. Porque, también, cómo dijo Pessoa, he vivido, estudiado, amado, y hasta creído, y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Y sin embargo, aparte de todo eso, llevo en mí todos los sueños del mundo.

jueves, marzo 26, 2009

Embrolles laberínticos

Hay días, papito, en que tu espiral se enrosca tanto que no deja espacio ni pa' abrir los ojos. En esos días te convencés de que necesitás un cucifai, cualquiera, que te ayude a desenrollar espirales, abrir los ojos y salir a la calle para darte el gusto de saber, con la certeza que sólo tienen los nenes, los locos y los desesperados, de que la vida sigue a pesar de todo, a pesar, incluso, de vos.

lunes, marzo 23, 2009

La necesidad

Hace que un hereje trabaje hasta los feriados para ganar unos mangos extras...

sábado, marzo 21, 2009

Engrana(jes)

¡Qué difícil arrancar cuando uno se ha remachado al piso por no sé qué cuestiones!

viernes, marzo 20, 2009

Cochito after-office

Cochito dice que las noches de viernes son hepáticas. Pero que, debido a un alto índice de ingestión etílica, prefiere decir que están borroneadas, y listo.

miércoles, marzo 18, 2009

Pessoa me (re)conoce

Corre una brisa vaga.
Pero mi alma está con lo que veo menos,
Con el buque que entra,
Porque él está con la Distancia, con la Mañana,
Como un vértigo que se anuncia, pero en el alma.


Una nostalgia de algo,
Un perturbador apego ¿a qué vaga patria?
¿A qué costa? ¿a qué barco? ¿a qué muelle?
Que en nosotros enferma el pensamiento,
Y sólo nos deja por dentro un gran vacío,
Una hueca saciedad de minutos marítimos,
Una vaga ansiedad que sería tedio o dolor
Si supiese como serlo...


Y empiezo a soñar, empiezo a envolverme con el sueño de
[las aguas,
Comienzan a engranar bien las correas de transmisión en
[mi alma.
Las aguas me están llamando.
Los mares me están llamando.
Me están llamando, alzando la voz corpórea, las lejanías,
Las épocas marítimas, todas sentidas en el pasado,
[llamándome.


¡Llamado hecho a mi sangre
Desde un amor pasado, no sé dónde, que vuelve
Y aún tiene fuerza para atraerme y arrastrarme
Y hacerme odiar esta vida
Que paso entre la impenetrabilidad física y síquica
De la gente real con la que vivo!

¡Ah, sea como fuere, sea hacia donde fuere, partir!
Largarse por ahí, entre las olas, en el peligro, en el mar.
¡Ir hacia lo Lejos, ir hacia Fuera, hacia la Distancia Abstracta,
Indefinidamente, en las noches misteriosas y hondas,
Llevado, como el polvo, por los vientos, por los vendavales!
¡Ir, ir, ir, ir con todo!
¡Toda mi sangre gime por alas!
¡Todo mi cuerpo se lanza hacia adelante!
¡Trepo por mi imaginación en torrentes!
¡Me atropello, rujo, me precipito!...
¡Estallan mi ansias en espuma
y mi carne es una ola estrellándose en las rocas!


Fernando Pessoa, extraído de Oda marítima.

sábado, marzo 14, 2009

¡cómo no!

Museo internacional de Surf

lunes, marzo 09, 2009

La cosa estatal

Y yo que pensaba que el estado no se organizaba ni se actualizaba pero, vea, entré a la central del ANSES a cambiar sus centrales teléfonicas y, esteeeee, creo que me mandaron a Fort Knox.

sábado, marzo 07, 2009

Postales I

¿Me dirán algo si pillo el farol?

Y la frase final...

Recién terminé Australia y me gustaron dos cosas: las piedras hablan, los hombres cantan, el agua sabe. La vida habla desde las cosas y nos enseña a sentirla, a disfrutarla. Y, finalmente, en verdad, lo más importante de contar una historia es que logramos que la gente permanezca en nosotros, para siempre.
Todo lo demás es Hollywood, y no me importa.

viernes, marzo 06, 2009

Cenata y caminera

Ayer juimos a manshar con la Maruja y me contó de su nuevo laburo, de los managers y los asistentes y el Teatro Maipo, de que taba contenta con el Eduardo, y que él se había mudado y que los Les Luthiers son estrellas de rock.
Después nos juimos tasa tasa con tanta mala juerte que tuvimos que compartir el tasi por falta de efe'tivo.
[Y pensar que el puto cajero del restó no me quiso cambiar cien mangos]
Cuando llegué a casa me pegué un par de gueltas a la manzana porque no quería dormirme, me comían unas terribles ganas de escribir sobre los (buenos) consejos de los que te quieren y las amistades que duran-y-duran-y-duran en el tiempo.
Pero no se me ocurrió nada, así que cerré la libretita, escribí este post y me juí.

jueves, marzo 05, 2009

Desmemoriados

Vos: -¿Sería cabalgando con el demonio?
Yo: -No, demonio no, muy formal.
Vos: -¿Diablo entonces?
Yo: -Nah, ¿qué so' vo', rolintón? La posta es cornudo o corneta.

miércoles, marzo 04, 2009

Postales desde allá

Así me recibía el mar, todas las mañanas, en mis años de pura espuma.

Y esta izquierda nos corrimos con Charly y Diega, y los monos de siempre.

Cochito dice más

-Tincho, pará con el juguito Ades que te está plastificando el cerebro.

Decíamos con Ursula

No hay nada más filoso que la juerga y el seso.

Esas cosas

Venía mirando la ciudad por la ventanuca de un taxi: los peatones con sus paraguas, los cordones manchados de agua marrón, las caripelas de repodridos.
La verdad que la lluvia no enlinda Buenos Aires, sino que la llena de un aire tristón, hasta diría pedorro, como de una sensación de resignación y abandono, muy bajativa.
Decí que los pajarracos hemos levantado vuelo, querido, que si no... mirá... no sé... abríamos la ventanuca, choreábamos un paraguas y nos lo metíamos en el orto, sin cerrarlo.

martes, marzo 03, 2009

Intenciones

Uno procura hacer juerza contra las redes del destino, pero el muy puto siempre te arrastra. Y uno lo acepta, porque sabe que es inútil reempujar cuando el pitico es breve.

lunes, marzo 02, 2009

Memorias vívidas

Volvimos.
No fue con gloria, como en los tiempos en que ninguna ola me negaba sus labios. Ni tampoco fue sólo con esjuerzo, como cuando estaba medio-falto-de-estado. Sino que vino con odio y frustración, pero con mucha risa: me reencontré con Nacho, que volvía de Costa Rica; con Pablito, que se va a Brasil hasta octubre; y ví una nueva generación de pendejitos corriendo las olas que corrimos nosotros.
Pasaron ocho años. Y yo era simplemente el que no venía hace rato, o el que había largado, o el que les había enseñado cuando recién empezaban. Pasaron ocho años con la misma buena onda y los mismos dichos: qué hacés mané; no sabés como explotaban esas bombas; ah, pero estás blanco leche; venite en marzo que va a estar gigante; cómo pesará esa panza; usala, man, que hay tiempo, todavía hay mucho tiempo.
Esa certeza me trajo paz: Saber que, a pesar de tantos años, ese spot, que siempre fue secretamente nuestro, todavía está lleno de vida, de furia, y de algunas buenas olas. Porque nuestra historia, unida a la historia de esa playa, no se terminó con nosotros, continúa en unos pocos otros, en cada verano y en cada olita pulenta que los empuja hacia la arena.
Y es que, posta, la de ellos no es una vida, es un vidón.

viernes, febrero 27, 2009

Ecce hommo

A veces soy el mar, y también su memoria. En otras soy un recuerdo, como las estrellas arrastradas por el viento o el brillo muerto de noches pasadas. Pero la mayoría de las veces soy yo, y punto.

jueves, febrero 26, 2009

Antes de doblar

¿Nadie sabe qué corchos hay a la vuelta de la esquina?

Espejito, espejito, dime quién es más boludito

-Jue perra, como cuesta esta mierda.
Me dijo el espejo el otro día, bah, ayer, mientras me afeitaba; lo decía porque le costaba devolver mi reflejo entre tanto baño empañado pero yo, egoísta al mango, me apropié de sus dichos y los apliqué, o debería decir aplico, a mi larvar cotidiano.

miércoles, febrero 25, 2009

Soda

Quiero un zoom, anatómico, aunque no sé bien a dónde debería apuntar...

martes, febrero 24, 2009

Ratas de laboratorio

Después de intentar apagar una UPS Avaya durante 20 minutos, y de examinarla como lo hubieran hecho los monos, a un compañero se le escapó:
-No hay caso, últimamente estoy demasiado ibérico para hacer las cosas.
Y no quedó otra que desenchufarla.

La tartita de Juan

Tengo todo el zapallo entre los dientes...

Viejos y nuevos

Ayer estaba hablando con El Tony y se cortó la web. Y digo que estaba hablando con El Tony cuando en realidad hablaba con otras personitas también. Pero quería dedicarle este pensamiento a él, en particular.
El Tony fue uno de los malandras que se metió conmigo al agua y se convirtió en mi hermano. También hubo otros, sobre quienes ya hablé y seguiré hablando.
Hace años, El Tony partió de viaje y nunca volvió; se jue buscando LA ola y se pegó de frente con su mujer, un hogar y miles de aventuras. Sin embargo, antes de todo eso, El Tony surfeaba conmigo en la Playita del Puerto, en MDQ, y en el Muelle Roto de Ostende. Y también vivimos muchas aventuras y viajamos y conocimos mucha gente.
Pero ya me estoy perdiendo; decía que ayer, Tony, el hombre de mundo, el viajero, me recordó algo que había olvidado:
-Dejate de hinchar las pelotas, loco: yo me metí con vos entre los dientes del mar, más de una vez, y, que yo recuerde, no hubo un sólo revolcón ni ola machaza que te haya impedido salir a respirar. Nunca.
Ahora la pasa en Sudáfrica, muy cerquita de Jeffries Bay, pegando olones tremendos y esquivando tiburones pero, desde este pequeño lugar, le queríamos mandar uno de esos abrazos que nos dábamos de chiquitines y decirle que sí, que tiene razón, que siempre la tuvo y que, quizá, con un poco de suerte, siempre la tendrá.
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