Subió al ascensor conmigo y me dijo que iba al sexto piso. Yo voy al tercero, respondí, y apreté el botón. Me sonrió y se miró al espejo, acomodándose el pelo. Le dije que era hermosa, le dije así:
-Ni te calientes, si sos hermosa.
El ascensor llegó a mi piso. Abrí la puerta y me bajé, pensando que ya nos encontraríamos en otra oportunidad y con otros tiempos.
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