Recién terminé Australia y me gustaron dos cosas: las piedras hablan, los hombres cantan, el agua sabe. La vida habla desde las cosas y nos enseña a sentirla, a disfrutarla. Y, finalmente, en verdad, lo más importante de contar una historia es que logramos que la gente permanezca en nosotros, para siempre.
Todo lo demás es Hollywood, y no me importa.
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