viernes, octubre 28, 2005

Historias (electivas) a pedido.

Alguien me recriminó que -siendo argentino y proclamándome políticamente comprometido- no hice comentarios sobre las últimas elecciones. Podría refutar su crítica con sólidas razones pero desisto, sin ánimo de entrar en polémicas. Lo último que aclaro: lo que sigue fue una deshazón transitoria, una especie de bajón anímico por saberme dentro de un acontecimiento... No importa. Para vos -criticón- que lo pediste. Ahí va tu commentario:

"Desperté a las seis de la mañana, sobresaltado por una pesadilla que olvidé al abrir los ojos.
Voto en la matriz del pato (contando desde mi casa) porque omití hacer el obligado cambio de domicilio. Estimo que no lo hice por temor a ser reclutado como presidente de mesa, no sé. Desperté en una punta de la capital mientras la urna que recibiría mi voto se impacientaba, en oscuridad, en la punta opuesta. No sabía que hacer -tan temprano era- así que opté por tomar mate y escribir algo sobre las elecciones.
Tal vez la pesadilla fue un intento responsable, un pensamiento residual que me daba vueltas por la cabeza: en cuarto grado me enseñaron -cuarto grado, cuando perdí las electivas de presidente del curso- que votar es una fiesta cívica. Uno anda bastante descreido, ¿vio?, porque la fiesta cívica parece elitista (como en la antigua Atenas, no todos tienen ciudadanía ni derechos). La gente empobrece con cada crisis y los dirigentes -eternamente retratados en la tapa de caras- capean temporales sin despeinarse. Y uno se pregunta: ¿cómo puede ser qué, siendo tan hábiles en el ámbito privado, sean tan deficientes en el público? Nunca hallé una respuesta que pueda satisfacerme, ¿usted sí?
Mientras me lavaba los dientes pensaba en mi voto. Como quien dice, fue una decisión de último momento. Sucede que desde hace un tiempo voto a los perdedores; esto es, mi voto es contra tal candidato y -en un intento fútil- voto a quien se le opone. No, si soy una luminaria yo. ¡Puf!
Escribí un boceto tomando mate, una protoversión de lo que estás leyendo. Terminé de desayunar mientras intentaba -en vano- despertar a mi novia. Volví al mate y al escrito, esta vez para leerlo y decidir que el cajón de las letras malogradas sería su destino. Hablar de política argentina es malograr tinta, deprimirse, desilusionarse. Y, muy a mi pesar, sostengo que es la única esperanza que nos queda.
Salí de casa sin éxito, mi novia seguía durmiendo. Fui en busca de un bondi que me llevase hasta el palacio de la democracia. Tiendo a darle ese nombre a las escuelas porque... Es largo de explicar, sintetizando: si la educación funcionara como debe y la sociedad tuviera el compromiso cívico que reivindica y no practica -y en esto me incluyo-, las escuelas serían palacios democráticos.
Estimo que el lector percibe el desgano que adivino en el trazo de mi lapicera. Escribo con lapiceras porque me gusta que la punta se deslice sobre la hoja, mi letra es asquerosa pero así se vuelve -al menos- legible. Tengo la certeza de que no comprometerse en el voto implica un error, especialmente si por otro lado uno se compromete -en verdad- con una posición política, con intentar algo. Resulta ambiguo que sea yo el que escribe esto. Ambiguo y hasta criminal, si se quiere dramatismo.
Termino el relato en el cuarto oscuro, eligiendo una boleta entre miles, preguntándome cómo es posible que haya tantos candidatos y tan pocas propuestas, intentando adivinar de donde sale la guita para las campañas, buscándole un sentido a la candidatura de Faiad y Casán. Volví a casa en bondi, mirando el documento sellado. Algo me rebotaba por dentro, como una sensación de vacío. Pasada media hora en viaje me inundó la angustia, el sinsabor de creerme cerca de perder la esperanza".

miércoles, octubre 26, 2005

Un 25 de octubre de 2005

Requiem por una Crónica.

Se terminó una forma -original- de hacer periodismo: cerró el vespertino de Crónica, hito en la historia gráfica argentina. Capaz que a nadie le importa (o se considera positivo) pero aquellos que prestamos atención a los medios gráficos sentiremos el vacío dejado por el diario que alguna vez publicó el titular: "Hoy no pasó nada".
Dolidos quedamos sin tu característica tipografía, sadismo y color -amarillo-.

"En el caso de un artista, la debilidad es criminal, siempre y cuando paralice la imaginación".
Oscar Wilde.

Metralleta de citas (15)

Llegamos al final de esta metralleta de citas. Hablando el otro día con un amigo llegamos -porque últimamente voy cerrando ciclos- a la conclusión de que soy un tipo muy impulsivo. Espero que disfruten de las citas, traté de elegir las menos quemadas, ‘obtenidas’ a través de mis ojos, extrayéndolas con mis propias manos de libros ajenos, hermosos, míos, tuyos, de ellos. Todo muy artesanal, todo muy... Y sí.

"Esto se canta en do:
los gatos no se coooomen
los gatos son mascoootaas
no se cooooomen
los gatos no se coooomen
los gatos no se coooomen
los gatos son mascooooootas".
Diego Martín Zeballos.
(baluarte en la tribuna de Argentinos Juniors, con acento popular)

Metralleta de citas (14)

"El autor nunca llega a producir más que presunciones de sentido, formas si se quiere, y el mundo es el que las llena".
Roland Barthes.

Metralleta de citas (13)

"Existe también el tipo que cuanto más cae a tierra, y debería pensar sólo en ponerse de pie, más piensa en volar y se exalta. Es ante todo el gusto de los contrastes y la costumbre de contemplarse. Nadie que no tenga el vicio de mirarse a sí mismo como a otro -un importantísimo otro- puede durante el dolor o la preocupación entusiasmarse, por el contrario, en el placer y la libertad".
Cesare Pavese.

Metralleta de citas (12)

"En el apego de un hombre por la vida hay algo más fuerte que todas las miserias del mundo. La condena del cuerpo equivale a la del espíritu y el cuerpo retrocede ante el aniquilamiento. Adquirimos la costumbre de vivir antes que la de pensar. En la carrera que nos precipita cada día un poco más hacia la muerte, el cuerpo mantiene una delantera irreparable. El juego constante consiste en eludir: esperanza de otra vida que hay que ‘merecer’, o engaño de quienes viven no para la vida misma, sino para alguna gran idea que la supera, la sublima, le da un sentido y la traiciona".
Albert Camus.

P.D: pregunta al público, ¿alguien vive sin ideales?

Metralleta de citas (11)

"Vivir en las antípodas significa, pues, reconstruir el instinto, saber hacer de maravilla naturaleza y de naturaleza maravilla, descubrir lo mudadizo que es el mundo, que en la primera mitad sigue ciertas reglas y en la otra leyes opuestas".
Umberto Eco.

Metralleta de citas (10)

"Es, pues, seguramente un gran mal estar en duda; pero es, al menos, un deber indispensable buscar cuando se está en duda; y aquel que no busca es a la vez desgraciado y muy injusto".
Pascal.

Metralleta de citas (9)

"Una vez, de noche, mientras estaba despierto en la cama, comencé a decir versos, versos demasiado bellos y extraños como para que hubiera pensado en escribirlos, versos que a la mañana ya no sabía, pero estaban escondidos dentro de mí como la nuez pesada dentro de una cáscara vieja y frágil".
Herman Hesse.

lunes, octubre 24, 2005

Metralleta de citas (8)

“Las dos formas sociales de error que conspiran contra la verdad son: el tradicionalismo, que es el sistema ideológico de las clases privilegiadas, y la moda, que es el sistema de los que carecen de ideas propias”.
José Ingenieros.

Metralleta de citas (7)

"Cosa rara, la civilización. Promete tanto, y todo lo que da es producción en masa de mercadería vulgar para gente vulgar".
Raymond Chandler.

Metralleta de citas (6)

"Un hombre sin alma es carne animada esperando la corrupción".
Roberto Eco.

Empieza un ciclo.

¡No tenés idea de lo que costó! / ¡Ni te imaginás las boludeces que podemos decir! / ¡Venite! / De última pensamos repartir verdura podrida, para que la gente se exprese, ¿vio? / DOMINGO 13 a las 21 hs / Hip Bar - Hipólito Irigoyen 640 / Capital Federal

Presentación.

Múltiples necesidades de expresión hicieron
verdad este proyecto. Terminamos
armados de valor aceptando la crítica
(intentémosla constructiva), las correcciones
ajenas y la coincidencia de ideas. Ojalá
puedan compartir un rato con nosotros.

Entrada anticipada $2
Hip Bar
Hipólito Irigoyen 640

miércoles, octubre 19, 2005

Metralleta de citas (5)

"La vida es libertad en razón directa de su intensidad".
José Ingenieros.

Metralleta de citas (4)

"Nuestra época es bastante melancólica como para no desconocer que existe algo que se llama responsabilidad y es importante. Y sin embargo, en tanto todos estarían satisfechos de ejercer el mando no hay nadie que consienta en asumir la responsabilidad".
Sören Kierkegaard.

Metralleta de citas (3)

"Más vale plantar árboles que estatuas, que no crecen, ni alimentan, ni dan abrigo".
Constancio Vigil.

Metralleta de citas (2)

"Este camino ya nadie lo recorre salvo el crepúsculo".
Matsuo Basho.

Metralleta de citas (1)

"El hombre es un Dios cuando sueña y no es más que un mendigo cuando piensa".
Hölderlin.

Intuyendo el capital

En un gesto de grandeza me digno a contestarte y vos, nada.
Trato de que despierte tu humanidad y vos, nada.
Me arrodillo reclamando un justo perdón y vos, nada.
Encima te dedico un escrito en el día de la lealtad y vos, nada.

(gentileza de CTI).

¡Radio Dice! II

"(...) y se lo vé feliz con su amor eterno de ahora. Mientras tanto..."
(Una radio porteña, 18-10-2005)

Metralleta de citas (0)

Hace tiempo transcribo frases que leo -y me resultan remarcables- a un cuadernito. Es un receptáculo mierdoso, amarillento, cargado de tintas de color.
El otro día decidí hacer una recopilación para este sitio y, entonces, saliiiiiiiimos (Oscar Ruggeri dixit).

"Puedo ser que la paciencia sea, como decían, la joya del sabio, pero el hambriento no tenía tiempo, no podía, no debía esperar".
Alfredo Palacios.

lunes, octubre 17, 2005

Requiem for a nerd

Estimado (sic) defensor del capitalismo:
Te has quejado sobre la poca capacidad de los comentarios de blogspot (trescientos caracteres), la cuestionable calidad de mis escritos (punto en el que acordamos), los colores del blog, mi supuesto afán socialista (no lo es tanto). Encima criticàs que los post cambien con el tiempo (los corrijo macho, así me encamino en lo que llamás "cultura de alta performance").
Mi respuesta: a vos, supuesto defensor de un sistema tirano al que suscribís por conveniencia; a vos, que sufrís en tu vejiga la opresión de la negligencia ajena; a vos, que liberás en tu orín el dolor de saberte un revolucionario truncado por deseos de éxito e ínfulas de empleado top. A vos te digo: te quiero.
A pesar de nuestras diferencias te creo un adversario leal.

"Nuestro amor convence al enemigo de que seríamos mejor ejemplo vencidos antes que muertos".
(Comentario hecho en una partida de rol, no se vayan por las ramas).
Niño errante dixit.

Hielo sin luz

La quietud de las cuatro de la mañana me funde con la nada: un micro detenido por culpa de su mecánica defectuosa; un abortado viaje de regreso que anticipa tardanzas y dolores de cabeza. Camino a un lado de la ruta, oyendo crujir cada paso sobre el pasto. El micro se yergue como una sombra amenazante aunque lo sé inerte. Te imagino arriba, en el asiento, acurrucada contra un mochilón y bajo algún abrigo.
La luna brilla -alta en el cielo- contemplando tu respiración, tu serenidad. La observo desde el suelo: paraíso helado de queso y distancia, inalcanzable. El canto de la hierba me llega desde el campo, pasando sobre la banquina; oscuro verde que ruge con las caricias de un viento imperceptible. Y pienso en este escrito, hijo de cegueras e inspiraciones, que se reconstruye críptico, entrecortado.
El olor a tierra y humedad resulta inconfundible.
-Va a llover-. Me digo.
Camino lentamente hacia la cola del micro donde dos hombres se afanan en intentos inútiles. No alcanzo a verles el rostro, la oscuridad y la brillantez amarilla convierten la noche en una escena irreal; me transporto a una novela espacial en que los accidentes (o las batallas) desatan alarmas colorinches.
-Está listo, palmó del todo-. Dice uno.
-¿Y cómo hacemos?-. Pregunto.
-Los iremos trasladando a los móviles que tengan lugar. Habrá que esperar-. Dice el otro.
Imbuido de mi estúpida manía pienso que el tipo debía articular una mejor frase, grandilocuente. Un handy despierta a viva voz y me olvido de la escena: tres hombres alumbrados por el amarillo intermitente de las balizas de un micro herido de muerte. Rodeados de nada.
-Viene un móvil con diez lugares-. Dice el del handy.
-Buscate el bolso-. Me dice el otro.
Y salgo corriendo a encontrarte; no podría afirmar si es que deseo escapar de esa inmensidad que me huele a encierro o desespero por volver a verte.

viernes, octubre 14, 2005

¡Radio dice!

"(...) ¿Te caíste? ¿En serio? Bueno, pero gracias a eso estás con la mejor onda, a la moda, re actualizado, si no te hubieses caído..."
(Una radio porteña, viernes 14-10-2005)

jueves, octubre 13, 2005

Estampas geniales

Un groso de la ironía: Groucho Marx.

"Anoche tomé una típica cena exenta de colesterol: calabacín hervido, leche descremeda y gelatin. No creo que me permita vivir más, pero estoy seguro de que la vida me parecerá más larga".
"Nunca he podido comprender por qué los corredores de cien metros llanos tienen tanta prisa por llegar a la meta. Si se quedaran en la línea de salida no terminarían sudando y cansados en la otra punta. Pero en la vida hay muchas cosas que parecen la carrera de cien metros llanos".
"El hombre de las cavernas dejó de andar en cuatro patas al descubrir que, quien anda sólo con los pies, necesita únicamente un par de zapatos. De modo que el genio primitivo que descubrió a la mujer inventó también la economía, secuencia lógica y necesaria en aquellos tiempos remotos, como en la actualidad". / (Corolario de niño errante: sin economía no hay feminidad posible).
"No hablaremos mucho de la era glacial (entre los cuarenta y cinco y los setenta para la gente de origen latino), de la que se ha dicho erróneamente que fue un período de frigidez".
"(Al camarero de un restaurante) Hoy no tengo tiempo para almorzar. Traiga la cuenta".
"Yo encuentro la televisión bastante educativa. Cuando alguien la enciende en casa, me marcho a otra habitación y leo un buen libro".

miércoles, octubre 12, 2005

Profeta lisonjero

(Historia tristemente verídica)

Andaba recitando amores como listas de supermercado. Apuntándole su voluptuosidad a cuanta mina le andaba cerca. Nunca dio en el blanco. Un día se despachó homosexual para probar mejor suerte. No hubo caso, entre la gordura y la brutalidad de sus modos anduvo más solitario que Sansón en el día del arquitecto.
-¿Qué hacer?- Se preguntó frente al espejo.
-Hay otro camino, un tercero.- Le dijo su reflejo.
Y ahí lo tenés, ahora recita sermones en una iglesia cruza entre polirrubro y feria jipi: aceites, tobilleras, lamparitas, agua, pulseritas, banderas y hasta un sendero de la luz. Todo tiene su precio etiquetado. De culear ni medio pero se lo ve (aparentemente) feliz en las medianoches discursivas donde pretende articular un complicado portuñol.

(Cedido cordialmente por el terrorista literario)

martes, octubre 04, 2005

Momentos impresos

Recuerdo mi primera ola; la estrepitosa caída, la frustración, el miedo. La recuerdo como una introducción a mi descubrimiento surfístico: me reconocí parte del pueblo del mar, esos desquiciados vagabundos que recorren el mundo en busca de emociones que reclaman vidas.
Mis experiencias junto al mar ocupan años y años, e inspiraron páginas de una novela trunca que -como viene la cosa- verá la luz en breve. No tiene sentido extenderse explicando cómo se ve al mundo desde la retaguardia de la rompiente: a través de un vidrio empañado por espuma, convencido de la importancia de mis huevos, enamorado de las tempestades y temeroso de su violencia.
Hace mucho corrimos en una tormenta, tenía tanta fuerza que derrumbó el muelle de Santa Teresita. Aquel día descubrimos algo nuevo: las olas llegaban rugiendo, con nubes de espuma en las que se escondían paredes cristalinas. Recuerdo que una me levantó dejándome ver un horizonte repleto de crestas, oí que alguien decía:
- Allá vienen los hijos del viento.
Y no parecía mentira.
Ella me acompañó ese día, a pesar de las caídas y los golpes se las arregló para llevarme hasta la playa. Hoy descansa en un rincón de mi casa, mostrando orgullosamente sus heridas, como si le dijese a quien la ve que sacrificó el cuerpo por su jinete. Justo en el medio se asoma su alma, tímidamente, rodeada de hebras de carbono.


Línea de madera balsa,
Delicada alma vegetal
Llena tu cuerpo de templanza.
Oda a la experiencia surfística

Un envión sorpresivo,
Ingravidez que precede a la oscuridad.
Luego llegó el vacío,
La espuma y la sal del mar.

lunes, octubre 03, 2005

Imposiciones.

"Allí donde el hombre se presenta como único dueño del mundo y propietario de él mismo, no existe justicia. Es el reino de la arbitrariedad del poder y de los intereses".
La cita es de Benedicto XVI, el nuevo Papa. Es extraño que se hable de la arbitrariedad del poder laico cuando lo que se busca es la imposición de valores religiosos. Suena como una interesante paradoja: en mi ateísmo me considero dueño de mí mismo, ¿acaso es deber de nuestro Dios misericordioso imponerme la creencia de qué no me pertenezco? ¿y lo llamaríamos justicia? Me cuesta creer en la iglesia, mucho más de lo que me costaría creer en una potencia ultraterrena -esto es, la iglesia a veces resulta mucho más incongruente que una zarza flamígera-.
Benedicto parece olvidar el tema del libre albedrío, lo que me hace intuir que el problema es estrictamente político-monetario, desechando conflictos morales.
"La tolerancia, que considera a Dios algo privado y que lo excluye de la vida pública, de la realidad del mundo y de nuestra vida, no es tolerancia, sino hipocresía".
El Sumo Pontífice sigue avivando hogueras de violencia al mismo tiempo que sostiene los evangelios del perdón (otra paradoja). Me parece mucho más hipócrita hablar de perdón y misericordia mientras inflamamos odios y diferencias. Si alguien quiere hacer pública su fe en Dios nadie puede oponérsele, al menos yo no lo haría -me parece una pérdida de tiempo intentar convencer a un fanático-. Distinto es prohibir las manifestaciones religiosas, cosa que no comparto porque me enervan las tiranías (aunque fuese una utopía racional). Dios se aleja del mundo y de la gente por obra y gracia de la Iglesia, de los hombres que la componen; cada día se evidencia más la corrupta política que la domina -como toda institución de poder compone un establishment que busca subsistir-, la sociedad (al menos en Argentina) exige un profunda autocrítica, especialmente con temas candentes como el apoyo de la represión ilegal, los abusos sexuales, el apoyo a políticas de vaciamento durante la década del 90, etc. Pero claro, alguien sostendrá que estas escuetas palabras me las dicta el demonio.
«Si no te arrepientes, vendré y te quitaré el candelabro».
Esta es una cita que hace Benedicto de una supuesta frase dedicada a la iglesia de Éfeso. Ojalá viniese Dios a sacarnos el candelabro en vez de nuestro libre pensamiento. Me gusta ser dueño de la libertad para decidir si quiero ser católico, agnóstico, judío o musulmán (entre tantas otras opciones). Imponerme una creencia -aunque fuese en los actos de estado- suena a discurso bárbaro y radicalizado, digno de la intolerancia que viene dominando la cúpula de la Iglesia desde hace años, cúpula que no hace más que defender sus intereses dejando de lado a feligreses, creyentes y desesperados.
Y después hablan en discursos eternos reunidos en concilios opulentos: hablan de misericordia, miseria y dolor; se llenan la boca de una supuesta fe que abandonaron hace tiempo, como a los indigentes que dicen defender.
¡Qué venga Dios y me saque el candelabro! Prefiero mantener mi tolerancia, mi libre pensamiento antes que conservar una reliquia, un símbolo humano que pretenden conservar otros hombres para los que nunca tuvo mayor sentido que el control de multitudes.

"En las grandes teogonías politeístas todo lo humanizado se fue idealizando; los hombres agregaron o suprimieron atributos a sus dioses, de acuerdo a costumbres, intereses e ideas que se transformaban sin cesar".
El tratado del amor, José Ingenieros.
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