jueves, julio 31, 2008

Onímidos obstinados

Se miró la mano y vio en ella el reflejo de un rayo de luz que se filtraba por la ventana. No le importó saber si era el Sol o el farol de la esquina; traía luz, calor, esperanza.
Se durmió pensando que cuando despertara miles de sonrisas entrarían volando por el balcón para susurrarle carcajadas al oído, carcajadas que sólo él podría escuchar.
Pero al abrir los ojos no escuchó nada y una parte de él siguió durmiendo, esperando que en alguno de sus despertares se rompan las cadenas que encierran su imaginación.

jueves, julio 24, 2008

Me cache

Tuve la certeza cuando me rebané el cogote mientras me afeitaba, justo en el mismo momento en que se me había ocurrido la mejor frase de la literatura mundial: no se puede ser sensible cuando se vive en un mundano mundo repleto de mortales.

lunes, julio 14, 2008

Tantas boludeces...

Dicen que vivir es una eterna sucesión de momentos dulces y amargos. Agregaría que también están los momentos neutros, pongámosle asacarinados, y que estos son los peores. Se entiende, digo, en los que no pasa ni fú ni fá.

Caracho (la vida como helado de dulce de leche)

No hay caso, el futuro siempre se ve borroso. Y uno cree entenderlo y, quizá, hasta anticiparlo si piensa en él con suficiente profundidad. Claro que en esto siempre nos equivocamos porque apelamos a la razón en momentos en que deberíamos apoyarnos en la mera suerte.
Y es que no se puede más que apostar al culo, viejo, si el destino no pierde esa particularidad que lo hace único: su imprevisibilidad.
Después, una vez que nuestra apuesta no se condice con la realidad, elaboramos teorías que intentan tranquilizarnos explicando nuestra existencia mísera: sostenemos que el cambio constante nos previene del embole mortal (comúnmente coronado por un improvisado suicidio).
Y en verdad muchos creemos, con mayor o menor razón, que es precisamente esa incertidumbre la que da a la vida su sabor y color. Pero con el tiempo nos vamos convenciendo de que, si bien es cierto, más nos gustaría disfrutar siempre de nuestro sabor preferido, mechándolo con algunos otros, muy de vez en cuando, como para no olvidarse de por qué nos gusta el placer.
Al fin que todo no se da siempre y, bueno, ante el quilombo reinante uno prefiere elegir lo que le gusta, cuando puede, y arañar lo menos peor cuando ya casi no le quedan chances.

jueves, julio 10, 2008

Señor del almohadón

Recómodo el peludo

Calaf, el regreso

Manducando chupete de cuero

jueves, julio 03, 2008

Recién lo vi

Cerraron casi todos los blogs que empezaron al mismo tiempo que éste.
¡La soledad no tiene fin!

miércoles, julio 02, 2008

Hasta el fondo de las cosas

Me miro en el espejo y no descubro eso que, dicen, me hace ser como soy. Incluso raspo mi piel y esa luz que, dicen, tengo dentro, no sale.
Apenas se muestra un poco de dolor y sangre. Y más tarde un raspón y una cascarita.

Para la próxima uso bisturí.

martes, julio 01, 2008

deseo

Quiso ser un pájaro pero sus alas eran de barro. En el aire se convirtió en un fino polvo que el viento llevaría por siempre de allá para acá.
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