Reconocer que el alma humana es desconocida es la suprema realización de la sabiduría. El misterio final reside en uno mismo. Cuando se haya pesado el sol en la balanza, medido los paso de la luna y dibujado el mapa de los siete cielos, estrella por estrella, todavía quedará nuestro propio ser.
Oscar Wilde.
-Su putosidad sensible y su agudeza filosófica me llenaron bien los huevos -dijo Cochito.
Yo, aunque estaba de acuerdo con Oscar, me llamé a silencio para no pasar filósofo.
Y menos por puto, claro.
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