jueves, marzo 26, 2009

Embrolles laberínticos

Hay días, papito, en que tu espiral se enrosca tanto que no deja espacio ni pa' abrir los ojos. En esos días te convencés de que necesitás un cucifai, cualquiera, que te ayude a desenrollar espirales, abrir los ojos y salir a la calle para darte el gusto de saber, con la certeza que sólo tienen los nenes, los locos y los desesperados, de que la vida sigue a pesar de todo, a pesar, incluso, de vos.

lunes, marzo 23, 2009

La necesidad

Hace que un hereje trabaje hasta los feriados para ganar unos mangos extras...

sábado, marzo 21, 2009

Engrana(jes)

¡Qué difícil arrancar cuando uno se ha remachado al piso por no sé qué cuestiones!

viernes, marzo 20, 2009

Cochito after-office

Cochito dice que las noches de viernes son hepáticas. Pero que, debido a un alto índice de ingestión etílica, prefiere decir que están borroneadas, y listo.

miércoles, marzo 18, 2009

Pessoa me (re)conoce

Corre una brisa vaga.
Pero mi alma está con lo que veo menos,
Con el buque que entra,
Porque él está con la Distancia, con la Mañana,
Como un vértigo que se anuncia, pero en el alma.


Una nostalgia de algo,
Un perturbador apego ¿a qué vaga patria?
¿A qué costa? ¿a qué barco? ¿a qué muelle?
Que en nosotros enferma el pensamiento,
Y sólo nos deja por dentro un gran vacío,
Una hueca saciedad de minutos marítimos,
Una vaga ansiedad que sería tedio o dolor
Si supiese como serlo...


Y empiezo a soñar, empiezo a envolverme con el sueño de
[las aguas,
Comienzan a engranar bien las correas de transmisión en
[mi alma.
Las aguas me están llamando.
Los mares me están llamando.
Me están llamando, alzando la voz corpórea, las lejanías,
Las épocas marítimas, todas sentidas en el pasado,
[llamándome.


¡Llamado hecho a mi sangre
Desde un amor pasado, no sé dónde, que vuelve
Y aún tiene fuerza para atraerme y arrastrarme
Y hacerme odiar esta vida
Que paso entre la impenetrabilidad física y síquica
De la gente real con la que vivo!

¡Ah, sea como fuere, sea hacia donde fuere, partir!
Largarse por ahí, entre las olas, en el peligro, en el mar.
¡Ir hacia lo Lejos, ir hacia Fuera, hacia la Distancia Abstracta,
Indefinidamente, en las noches misteriosas y hondas,
Llevado, como el polvo, por los vientos, por los vendavales!
¡Ir, ir, ir, ir con todo!
¡Toda mi sangre gime por alas!
¡Todo mi cuerpo se lanza hacia adelante!
¡Trepo por mi imaginación en torrentes!
¡Me atropello, rujo, me precipito!...
¡Estallan mi ansias en espuma
y mi carne es una ola estrellándose en las rocas!


Fernando Pessoa, extraído de Oda marítima.

sábado, marzo 14, 2009

¡cómo no!

Museo internacional de Surf

lunes, marzo 09, 2009

La cosa estatal

Y yo que pensaba que el estado no se organizaba ni se actualizaba pero, vea, entré a la central del ANSES a cambiar sus centrales teléfonicas y, esteeeee, creo que me mandaron a Fort Knox.

sábado, marzo 07, 2009

Postales I

¿Me dirán algo si pillo el farol?

Y la frase final...

Recién terminé Australia y me gustaron dos cosas: las piedras hablan, los hombres cantan, el agua sabe. La vida habla desde las cosas y nos enseña a sentirla, a disfrutarla. Y, finalmente, en verdad, lo más importante de contar una historia es que logramos que la gente permanezca en nosotros, para siempre.
Todo lo demás es Hollywood, y no me importa.

viernes, marzo 06, 2009

Cenata y caminera

Ayer juimos a manshar con la Maruja y me contó de su nuevo laburo, de los managers y los asistentes y el Teatro Maipo, de que taba contenta con el Eduardo, y que él se había mudado y que los Les Luthiers son estrellas de rock.
Después nos juimos tasa tasa con tanta mala juerte que tuvimos que compartir el tasi por falta de efe'tivo.
[Y pensar que el puto cajero del restó no me quiso cambiar cien mangos]
Cuando llegué a casa me pegué un par de gueltas a la manzana porque no quería dormirme, me comían unas terribles ganas de escribir sobre los (buenos) consejos de los que te quieren y las amistades que duran-y-duran-y-duran en el tiempo.
Pero no se me ocurrió nada, así que cerré la libretita, escribí este post y me juí.

jueves, marzo 05, 2009

Desmemoriados

Vos: -¿Sería cabalgando con el demonio?
Yo: -No, demonio no, muy formal.
Vos: -¿Diablo entonces?
Yo: -Nah, ¿qué so' vo', rolintón? La posta es cornudo o corneta.

miércoles, marzo 04, 2009

Postales desde allá

Así me recibía el mar, todas las mañanas, en mis años de pura espuma.

Y esta izquierda nos corrimos con Charly y Diega, y los monos de siempre.

Cochito dice más

-Tincho, pará con el juguito Ades que te está plastificando el cerebro.

Decíamos con Ursula

No hay nada más filoso que la juerga y el seso.

Esas cosas

Venía mirando la ciudad por la ventanuca de un taxi: los peatones con sus paraguas, los cordones manchados de agua marrón, las caripelas de repodridos.
La verdad que la lluvia no enlinda Buenos Aires, sino que la llena de un aire tristón, hasta diría pedorro, como de una sensación de resignación y abandono, muy bajativa.
Decí que los pajarracos hemos levantado vuelo, querido, que si no... mirá... no sé... abríamos la ventanuca, choreábamos un paraguas y nos lo metíamos en el orto, sin cerrarlo.

martes, marzo 03, 2009

Intenciones

Uno procura hacer juerza contra las redes del destino, pero el muy puto siempre te arrastra. Y uno lo acepta, porque sabe que es inútil reempujar cuando el pitico es breve.

lunes, marzo 02, 2009

Memorias vívidas

Volvimos.
No fue con gloria, como en los tiempos en que ninguna ola me negaba sus labios. Ni tampoco fue sólo con esjuerzo, como cuando estaba medio-falto-de-estado. Sino que vino con odio y frustración, pero con mucha risa: me reencontré con Nacho, que volvía de Costa Rica; con Pablito, que se va a Brasil hasta octubre; y ví una nueva generación de pendejitos corriendo las olas que corrimos nosotros.
Pasaron ocho años. Y yo era simplemente el que no venía hace rato, o el que había largado, o el que les había enseñado cuando recién empezaban. Pasaron ocho años con la misma buena onda y los mismos dichos: qué hacés mané; no sabés como explotaban esas bombas; ah, pero estás blanco leche; venite en marzo que va a estar gigante; cómo pesará esa panza; usala, man, que hay tiempo, todavía hay mucho tiempo.
Esa certeza me trajo paz: Saber que, a pesar de tantos años, ese spot, que siempre fue secretamente nuestro, todavía está lleno de vida, de furia, y de algunas buenas olas. Porque nuestra historia, unida a la historia de esa playa, no se terminó con nosotros, continúa en unos pocos otros, en cada verano y en cada olita pulenta que los empuja hacia la arena.
Y es que, posta, la de ellos no es una vida, es un vidón.
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