viernes, diciembre 30, 2005

Mística

Preguntémonos, pregúntenselo ustedes porque yo ya lo he hecho y me he contestado, si es el azar el que rige a los hombres o si todos nuestros actos están previstos. En esta cuestión tan singular no podemos recurrir a los sabios porque mientras algunos sostienen que todo es azar, otros dicen que el azar no cuenta y quizás unos y otros tengan razón puesto que detrás del azar todos sospechan un orden secreto.
Angélica Gorodischer, Kalpa Imperial.

jueves, diciembre 29, 2005

El día después

Quisiera saludar a todos esos inocentes que -como yo- conciben el mejoramiento del mundo a través de sus blogs. Por algún lado (creo que lo escribió Nji) leí sobre la necesidad humana de seguir a un iniciado, sostener un ideal, adorar un ídolo, refutarlo todo. En fin, así somos y así seguiremos.

"¡Basta de nihilismo!, ¡aguante la compasión!"
Compañero de IT (tecnología), borracho en un bar del centro.

"Con los sueños, hasta el fin."
Manuel Becerra, presentación EU!

miércoles, diciembre 28, 2005

Palpitando la final

Se acerca en velocidad, elude uno, dos, tres, cuatro días y llega al primero. Amaga con el corcho cambiándolo de pie. Se amaca para prender la mecha, ¡va a rematar!:
¡¡¡¡¡¡¡¡GOOOOOOAAAAAÑOOOOOOOO NUUUUUUEVOOOOOOOOOO!!!!!!!

"Cuando dicen que uno pierde la cabeza, ¿a qué se refieren? Porque no estoy loco ni desquiciado, en tal caso soy un tipo pasional, pero parece que a los popes de chagarland les molesta mi actitud. ¿Cuál sería la solución: cambiar de actitud -y aburrirme- o cambiar de Land (porque la chagar será siempre)? En tal caso, en la transición pienso divertirme, que tanto."
Niño errante dixit.

martes, diciembre 27, 2005

Formas indirectas I

*Formas indirectas de maltrato y comunicación: no te quiero más, quiero que te vayas, desaparecéte, fush-fush, en fin. Todas esas cosas que hace la gente para no decir lo que debería.
  • Te pido un tiempo, porque soy un cagón.
  • No te llamo más, creo que fui claro.
  • Siempre te maltrato, cansate de una vez.
  • Me compré unas bombitas ninjas para tirarlas si te veo.
  • Ya me conseguí un sustituto/a. Era muy difícil olvidarte.
  • Nuestra historia es un melodrama venezolano (yo con vos, vos con todos, con todos yo, ella con vos, ellas conmigo, ellas y ellos ¡súmenme!). ¡Basta!
  • Te llamo cada tanto porque no me compré un consolador/muñeca inflable. Dame tiempo, no hay muchos sexshop en mi barrio.

lunes, diciembre 26, 2005

¡Jo - Jo - Jo!

Pobre gordo, con este lorca, repartiendo regalos en trineo y panza. ¡Cómo para no vivir en el polo con lo qué debe sudar estos días!
Felices nevidades che, con regalo o sin regalo, para estas épocas siempre pinta la nostalgia y el amoroso abrazo del alcohol y los petardos.

viernes, diciembre 23, 2005

Ascenso

El equipo William Morris te invita a festejar su ascenso a primera división. Una mezcla perfecta entre anarquía y fuchibol. Mandá un mail y te devuelvo la dirección, es un barcito del centro, muy mono (ya que andamos moneando esta semana).
Entrada gratis y bla, bla, bla.

Me da gracia

La justificación de los libremercadistas que, cuando dicen misión imposible, en realidad están hablando de un interesante desafío que no se relaciona con sobrecargas laborales.
Malditos negreros.

Rememorando a un groso

Los patacones eran billetitos para jugar al estanciero, (corolario niño errante/julia) y los lecop eran los billetitos del juego de la vida.

Estertores de fin de año

¿Acaso alguien frenó la pelota e imaginó un pase milimétrico o, simplemente, todos le dan de punta para arriba asumiendo, con esperanza infructuosa, que algún otro, un nueve de área, la meterá adentro?
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¿Acaso alguien dejó de lado la fugacidad contemporánea e imaginó una salida genial o, simplemente, todos piensan seguir dale que dale asumiendo, con esperanza infrustuosa, que algún otro, un resolutor profesional de inconvenientes, les solucionará la vida?

miércoles, diciembre 21, 2005

Cultura bananera

1. Metés 20 monos en una habitación cerrada.
2. Colgás una banana del techo y ponés una escalera para poder alcanzarla. Asegurandote de que no exista ningún otro modo de alcanzar la banana que no sea subiendo por la escalera.
3. Instalás un sistema que haga caer una lluvia de agua helada en toda la habitación desde el techo cuando uno empiece a subir la escalera.
4. Los monos aprenden rápido que no es posible subir la escalera evitando el sistema de agua helada.
5. Luego, reemplazar uno de los 20 monos por uno nuevo.Inmediatamente, va a intentar subir la escalera para alcanzar la banana y sin entender porqué, será cagado a palos por los otros.
6. Reemplazar ahora uno de los viejos monos por otro nuevo. Entonces será cagado a palos también y el mono introducido justo antes que este será el que más fuerte le pegue.
7. Continuar el proceso hasta cambiar a los 20 monos originales y que queden unicamente monos nuevos.
8. Ahora ninguno intentará subir la escalera, y más aún, si por cualquier razón a alguno se le ocurre pensarlo, este será masacrado por el resto de los monos. Y lo peor es que ninguno de ellos tendrá la menor idea del porque de la cosa.

Querellándome a mí mismo

Esperaba encontrarme mejor en el espejo. Pero no. Hubo cuestiones que abrieron mis ojos, y caí, y sentí como una fealdad me ganaba el alma. Ahora empecé a subir y me descubrí escribiendo esto:
*No hay mapas del buen vivir ni ladrillos amarillos; sólo llagas en los pies.*Cada paso es un salto al vacío, una muerte, un descubrimiento, una oportunidad para la carcajada.*En el camino de la felicidad nos vemos rodeados de instantes oscuros, lo importante es comprender las palpitaciones del vacío.*Descifrando el lenguaje mudo del alma encontraremos la dirección correcta en el brumoso mundo de nuestros sueños.*No existen guías que hayan explorado nuestra vida antes que nosotros.

*No sé si escribir(me) postulados en mi diario me puso mejor. En tal caso vi. Y dejar atrás la ceguera me resulta más que suficiente.

martes, diciembre 20, 2005

Excesos

Engordé tanto desde el final del campeonato que ya rompí dos lienzos. Encima se acercan las fiestas. Me parece que de pretemporada me voy a un convento budista, meta arroz y meditación en cascadas heladas.

Inconsistencias

Alguien me dijo que lanzar gases le resulta placentero, así como que se relaja.
¿Será verdad?

"-¿Por qué me eligieron?
-No hubo elecciones.
-Pero los demás fueron destruidos y yo no, ¿es posible que nadie me eligiese?
-Los demás fueron destruidos y tú no. En eso no hay misterio para mí.
-Sucedió y ya.
-Simplemente.
El androide recapacitó. Volviendo el rostro a su interlocutor hizo que brillasen sus ojos pero el humano no percibió la sonrisa.
-Se siente extraño.
-¿Qué cosa?
-Pensar".
Agresiónicas, Niño errante.

lunes, diciembre 19, 2005

Estómagos revueltos

Hubo mucha comida este finde, mucho exceso. La historia llega a su fin: otro campeonato, más sufrimiento y el lugar común de ser argentino y bostero, nacido para palpitar.
Se me degenera otra vez la lectura, como esa cosa que me supera -por rachas- arrastrándome a un vacío de letras que giran páginas y páginas velozmente. Pero no enloquezco, no, voy mejorando de a partecitas.
Estoy así como resacoso, producto de una vida licenciosa en dietas y descansos. El final del año, la familia que está lejos, el recuerdo de otros tiempos. Me pinta la nostalgia, como de rebote, resbalándome el cuerpo sin encontrar orificio donde filtrarse. Este año estoy más duro. Aprendí que los de allá están mejor, a pesar de que los de acá deseemos que no sigan lejos. Con el tiempo uno renuncia al egoísmo porque le gusta que sonrían los seres queridos, ¿vio? Es algo gratificante. Yo sé que usted me entiende.
Yo sé.

"El arte de la vida consiste en ocultarles a las personas más queridas la alegría de estar con ellas, pues de esta manera se pierden".
Cesare Pavese, el oficio de vivir.

*Mis citas no (siempre) representan mi forma de pensar, aunque trate (siempre) de hacerlas alusivas.

viernes, diciembre 16, 2005

Fiestas

Hoy tengo la fiesta del laburo. Especie de emperifollamiento de artistas frustrados que asisten a su Oscar personal. Dependiendo de la alcurnia, se divierten o la sufren. Hay mucho marketing, mucho condicionamiento de papá dueño de empresa. Y está bien, así le agregan sentido a la nada de sus vidas. Yo voy de cronista, un desbloblamiento de personalidad en plano inclinado: veo todo a cuarenta y cinco grados desde arriba -¿no es mágico señora?-.
Mágico, lo que se dice mágico no es, en tal caso posmoderno: mucho firulete entremezclado con celular incandescente y peinados al gel. Plástica dinámica, mambruseamiento del vestir, del decir y del hacer. ¡Y que va' a pedí'!, Argentina grado cinco. Dos mil cinco. Batido, no revuelto.

"-Pero estos tipos no saben que apretar no es convencer sino obligar.
-Error, vos no entendés. Dentro de los parámetros normales de la sociedad capitalista, apretar es infundir deseo de éxito, motivar y -de paso, aplicando términos de management- evadir la culpa que siempre, siempre, siempre es propiedad exclusiva del operativo".
Héroe anónimo de IT desproticando en un bar del microcentro.

jueves, diciembre 15, 2005

Ánimos

-¿Otra perspectiva laboral?
-En realidad sería artística.
-¿Artista, vos?
-Todo es posible.
El vejete se revolvió en la silla, incómodo. Apretó los dientes. La sonrisa del principio trocó en gesto despectivo. Caía la careta afable del patrón.
-Pero no me hagas reír, vos no tenés iniciativa, ¿adónde creés que te llevará esto?
Antes de responder, sonrió.
-Mientras me mantenga lejos tuyo voy a estar fenómeno.
Despertó en su cama con la certeza de que había tenido una visión: el futuro.

"El arte, si piensa, es sospechoso".
Roland Barthes.

miércoles, diciembre 14, 2005

Noventa minutos y quince años

Perdí una vida apretando la barra del bar, pidiendo otra agua con gas, un tostado, un abrazo. Una vida entera desperdiciada mirando fútbol. Una vida efímera insinuándose al auricular clavado en la oreja, mirando de un lado a otro, gimiendo, gritando hasta quedarme sin voz.
¡Por fin se terminó!
Somos campeones.

07-12-2005

Un submundo es algo que está debajo, un concepto marginal, viciado. Ocurre debajo de otra cosa. Hoy, misteriosamente, me siento debajo de mí.

martes, diciembre 13, 2005

Mal de turrete

Dolencia muy poco común que se manifiesta en la madurez política de algunas personas. Se diagnostica cuando el paciente presenta un impulso incontenible por emitir palabras marketineras, poblando su discurso con eslogans y frases hechas. Leopoldo Marechal la denominó la enfermedad del lugar común.
El investigador que aisló por primera vez el germen fue el argelino (nacionalizado francés) Maurice Macry. Su definición de la enfermedad quedó inscripta en el diccionario de dolencias políticas: necesidad impulsiva, incontinente e incoherente de emitir palabras marketineras. Se comenta que el propio Maurice se infectó en un desgraciado accidente, desconociéndose si el carácter viral de la enfermedad la hacía hereditaria.

"Porky Grout era una sucia rata capaz de vender a su familia -si es que alguna vez la tuvo- por el precio de un fracaso".
Dashiell Hammett.
A veces uno se pregunta si se puede seguir riendo después de descubrir el horror que otros han sufrido. Mi respuesta es sí. No sé si es la correcta.

Se habrá ido con algún negrito

Faltaban solo dos días para la llegada del invierno en la ciudad de Mar del Plata. El grupo de militares y policías irrumpió en el domicilio de los García cerca de las dos de la tarde. Buscaban a Gladys. No la encontraron y prometieron volver. Cuando a las siete y media de ese 19 de junio de 1976 la joven arribó a su domicilio el grupo ya la esperaba. Sin resistencia fue introducida en un Opel Rojo.
Ella se despidió con la mano. Estaba tranquila. La familia también. Dijeron que la llevaban para unos simples trámites a Camet, más precisamente a la Agrupación de Artillería de Defensa Área, tristemente conocida por la abreviatura de GADA 601. La búsqueda desesperada de la familia no se hizo esperar. Se habrá ido con algún negrito fue toda la respuesta que el oficial de la fuerza brindó a la madre de Gladys, negando la presencia de la joven en el cuartel del GADA 601.
Frío y sintético el informe de la ficha acuñada en la Embajada de Estados Unidos en la Argentina decía: GARCIA, Gladys Noemí, DNI 10.262.504. Arrested on 6-19-76 by a group of armed men. Since then disappeared. Mar del Plata. A un costado, en forma manuscrita, alguien estampó una: D. En español el significado de la abreviatura es más terrible: a Gladys la habían desaparecido.
"A dónde van los desaparecidos, busca en el agua y en los matorrales y por qué es que se desaparecen…. por qué no todos somos iguales y cuándo vuelve el desaparecido cada vez que lo trae el pensamiento, cómo se le habla al desaparecido con la emoción apretando por dentro."
Tampoco pudo o quiso ubicarla la justicia y por eso rápidamente, a solo 60 días del secuestro, se sentenciaba: Mar del Plata, septiembre 21 de 1976… Autos y Vistos... Resuelvo: Tener al recurrente Niemam Blanca de García por desistido del presente recurso de habeas corpus interpuesto a favor de García Gladys Noemí… Firmado: Aldolfo C. González Etcheverry.- Juez Federal.
Eso sí, con las costas del proceso a cargo de quién se atrevía a preguntar al Estado que había hecho con su hija. No hay que olvidar: Mar del Plata es la tercera ciudad del país que en proporción a su población registra la mayor cantidad de desaparecidos. Ese mismo día en la ciudad fueron secuestradas otras seis personas en forma simultanea.
Muchos años después, en 1984, un sobreviviente narró a los familiares haber estado secuestrado junto a Gladys. El testigo se cruzó con la joven quién le contó que desde su casa fue llevada a la delegación de la Policía Federal de Mar del Plata. De ahí al cuartel del GADA 601, posteriormente en una camioneta, amontonados y tapados con frazadas llegaron a la División "Cuatrerismo" situada en el Camino de Cintura y la Autopista Richieri. Finalmente fue depositada en la Brigada de Banfield, donde él la vio. Gladys seguía tranquila , le habían prometido la libertad, es lo último que supo de ella. Banfield es una localidad de la Provincia de Buenos Aires, pertenece al Partido de Lomas de Zamora . Allí, en la Brigada de Investigaciones de la Policía fue armado un centro clandestino de detención de personas, bautizado como "Pozo de Banfield".
Los militares en su cuadrícula operativa la incluyeron dentro del llamado Comando de la Subzona 11, área operativa 112 dependiente del Regimiento de Infantería Mecaniza da Número Tres. El dueño de esta gran zona en esos momentos era el General Juan Bautista Sasiaiñ.
En realidad a Gladys la habían llevado muy cerca de donde 24 años antes vio la luz, próximo a su Lanus Este, a pocos minutos de tren en ese laberinto de rieles y estaciones de pasajeros.
Las crónicas periodísticas de 1976 narran que el 21 de julio en uno de los tantos enfrentamientos armados de esos días, las fuerzas legales abatieron a dos subversivos de sexo femenino cuya identificación no se proporcionó. Eran crónicas comunes, noticias habituales. El diario La Opinión contabilizaba en 4000 las victimas de este tipo de enfrentamientos al finalizar el año.
Eran años de terrible incertidumbre. La picana eléctrica, el operativo militar, la emboscada policial se inscribían entre los actos de la vida cotidiana. Envenenados, una idea segregaba a los argentinos en dueños de la verdad o culpables del error. El país se asemejaba a una inmensa llaga en la que el Estado solo derramaba la sal del odio.
Pero no todas las huellas del crimen habían sido borradas. Fue en 1992 cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense descubrió en el cementerio de la localidad de Avellaneda el cuerpo de Gladys y su compañera de infortunio. Habían sido sepultados como NN y tras años de estudios genéticos se pudo confirmar la identidad de las jóvenes.
El otro cuerpo fue identificado también. Se trataba de Liliana Molteni (23 años),secuestrada igualmente en ese junio invernal, periodista, cofundadora del Centro de Estudios Pampeano y embarazada al momento de su detención. Aun se busca a su bebé.
Pero ya no cabían dudas. Se trataba de las dos peligrosas subversivas que estando secuestradas, maniatadas y engrilladas en el Pozo de Banfield habían osado enfrentarse al poderío militar del Estado. Aunque se ignora como pudieron hacerlo.
El martes 6 de diciembre Gladys Noemí García, después de 29 años volvió a la ciudad de donde fue arrebatada. Reposa en el Cementerio Parque de la Ciudad de Mar del Plata. Regresó con la misma tranquilidad con que se fue. Regresó con la gloria que no pueden ni podrán nunca arrebatarle sus asesinos.
De victima a testigo de una época que pretendió mantener la estructura carcomida de un sistema quebrantado por la inmoralidad, el negociado, el crimen, el alarido de los torturados y el rechinar de los carrier que intentaban aplastar la enconada altivez de una juventud que jamás se doblegó. Ni en la muerte.
Nada es casual en esta historia. La eliminación de personas por su pertenencia a un grupo ideológico, raza o religión fue una constante del Estado. El asesinato, el crimen, es un delito contra el hombre en cualquier idioma y en cualquier tiempo de la historia.
La memoria de estos hechos debe volverse una herramienta imprescindible para continuar en la búsqueda de todas las Gladys que están ahí, esperándonos a que las regresemos para enfrentar serenamente a los culpables de la infamia.

Carlos A.Bozzi
carlosbozzi@hotmail.com

lunes, diciembre 12, 2005

Ir y venir

Esperaba el bondi y pensaba justo antes de venir al trabajo. Hago asociaciones últimamente, muchas asociaciones. A veces pienso que voy a salirme de mi cuerpo, que estoy harto de esto y lo otro, que no va más.
Este finde me pidieron que publique algo. Medité si, de esa forma, politizaba el contenido de mi blog pero creo que ya soy grandecito como para hacerme esas preguntas; mañana lo subo. Hace tiempo me encontré con alguien en la web y desperté.
Te lo dije entonces: viví años y años con una mordaza invisible que le pusieron a mi generación, a mi país. Ahora ya ni la usan, la gente se amordaza en su chatura, su liviandad consumista.
No pienso dejarme llevar.
El ser humano se cansa. Es algo cíclico que ocurre de tanto en tanto, como una marea histórica. Siempre hago la asociación con el ganado y sé que -a grandes rasgos- somos algo parecido. Los de arriba, harto duchos en esto de manejarnos, nos dejan SER hasta que se torna peligroso. Entonces sacan el rifle sanitario y nos la dan sezgando a los revoltosos. Es un principio válido -para ellos- de reproducción selectiva. Hoy lo descubrí en mi trabajo: un hombrecito -típico ignorante que toma decisiones millonarias- discurseando sobre la necesidad de un nuevo gobierno militar. Traté de encontrar, mentalmente porque el energúmeno es mi jefe, una forma de resistirlos, de no sé bien qué. Hoy opté por el silencio, una actitud que no puedo prolongar. No hay otra viejo, hay que pensar y difundir y estar atentos. No pueden ni deben volver.

"Yo, como muchos, sólo conocía el fascismo por libros. Cuando lo vi actuar en Chile, supe que era mi obligación luchar contra él".
H. Edelstam, embajador sueco en Santiago durante la dictadura de Pinochet.

viernes, diciembre 09, 2005

Lo imaginario y lo simbólico

El espejo es un fenómeno-umbral, que marca los límites entre imaginario y simbólico. El niño se confronta con su propia imagen reflejada en el espejo. En una primera fase confunde la imagen con la realidad, en una segunda fase se da cuenta de que es una imagen, en una tercera comprende que la imagen es suya.
Umberto Eco, de los espejos y otros ensayos.
Mi existencia se reconstruye a través de esta cita. Confundido y enamorado del mundo material, un día me descubrí en un espejo; una silueta que parecía real. Imperceptiblemente fui renunciando a mis sueños, vi algo allí, ficticio, extranjero. Al final de mi vida -material- supe que la figura del espejo era yo, distorsionado por mi afán, perdido en mi inconformismo.
Años después me sé ausente en horas laborales, mi cuerpo se sacrifica para que mi alma trabaje y sueñe futuros lejanos, lentamente. Sé, con una certeza secreta, que mi esencia errabunda ha encontrado un sendero para salir de la quietud desesperante de ser sólo un reflejo.
Y ese sendero es, hoy, mi alegría.

miércoles, diciembre 07, 2005

Insultos

Pequeña recopilación de insultos de ayer y hoy. No es exhaustiva, tampoco precisa. Es y punto.
Pasados de moda
bolindrongui-pajuerano-pelmazo-naboleti-zopenco-equeco(W)-torolo(W)-zapato(W)-pelafustán(Ju)-
Eternos
pelotudo-tonto-boludo-soquete-estúpido-pajero(W)-forro(P)-conchudo/a(W)(P)-HijoDePuta(W)-mierda(W)-culo roto(W)-sorete(CP)-pancho(E)
Re in!
pene-patético-grasa + (prefijo re)-nerd-tontis-infradotado(W)-looser(W)-maraca(W)-putin(W)
Inclasificables
Emilio Disi(CP)-cacaseno(CP)-ñoño(U)-
Traducidos
bastardo(Ma)-HijoDePerra(Ma)-
Maradonianos
CuatroDeCopas-CabezaDeTermo(D)-EstáMuerto(D)-
(W) Wachi / (P) Pablo / (CP) Capitán Ransom / (Ju) Julieta / (U) Ugenia / (Ma) Mavrakis / (D) Dandy / (E) Enaniza

Resultado.

Aclaro que la revista no es gratuita, su costo sería de $2 en cualquier comercio. Pero hoy, directo del impresor, yo se la regalo a $2. El tema de que no sea gratuita resulta de que buscamos financiar (¡qué fea palabra!) el segundo número. Se está buscando sitio para organizar una reunión de blogueros borrachos. En caso de tener una propuesta, por favor comunicarse con la redacción.
Un lugar que recomiendo -al que he ido algunas veces- es El Refugio de Oleiros y queda en Piedras (creo que es Piedras) e Independencia, una vieja casa hecha bodegón. Digno templo para manyar como un pagano.

La encuesta indica que:
*4 personas se unen al ideal de Wachi bajo el lema de "cambiar de aire, entrarle al totin". Entendemos que la repartija de la revista sería una excusa.
*3 personas se alinean tras Mavrakis (sin Valdés) buscando la obtención de una versión digital de Extremaunción. No tienen lema o al menos no me lo dijeron.
*el señor Jack, fiel a su estilo cosmopolita, pide pista desde algún lugar de Europa al ritmo de la Internacional. El amigo Jack está proscrito y no queremos complicarlo revelando su paradero.
+ el amigo Fernando, a quien han renovado su contrato de esclavitud en el viejo continente.

"El otro día escuché a un forro diciendo que la cultura será siempre un bien de la minoría. Esos discursitos me preocupan porque se camuflan tras una supuesta objetividad. La dignidad no debería ser subjetiva ni hereditaria: es o no es. Hay animales en la facultad que te dicen que la declaración de derechos del hombre es irreal, un ideal bonito e inalcanzable. Lo que me preocupa no son los forros que lo dicen sino los decerebrados que lo repiten. Hay gente exasperante en la facultad, gente imbécil que se recibe porque tiene voluntad para arruinarnos el futuro".
Niño errante dixit.

lunes, diciembre 05, 2005

¡Salió!

Estimados lectores de este errático blog:

Hemos sacado la revista. Con sacar la revista quiero decir que la hemos presentado. No sé donde podrán conseguirla, de hecho pienso mandarla por correo aunque estoy en tratativas para dejarla en el bar donde hicimos el evento.
Haremos una votación, usted vota por:
a) si la quiere por correo (amargo).
b) si quiere empedarse en un bar mientras intenta leer esa letra diminuta (desastre).

*los datos mándenlos por mail.

viernes, diciembre 02, 2005

Hace mucho

Fue el silencio, la mordaza que la locura -ellos- impuso sobre la lucidez. Ahora, mientras escribo en un bar, la tranquilidad del papel es rota por la palabra, un lenguaje superfluo -el de ellos- destinado a evaporar mis ideas. Junto con mi concentración pierdo otras cosas que ya ni recuerdo. De fondo suena una música inidentificable -no sabría decir que escucho cuando deseo no tener oídos-, ellos siguen hablando de porcentajes, budget y bla, bla, bla.
Visualizo el cuaderno y lentamente me voy alejando, llega la oscuridad, el quiebre. Silencio.
La intención de anotar algo se reconstruye. Hoy leo sobre un hecho que sucedió hace treinta años. Una historia trunca. Un concurso literario que alguien ganó y no se publicó por miedo, terror. Después vino la tortura, la muerte, el oscuro silencio. Un grito amordazo durante treinta años. La intención de la nota se reconstruye, efímera. Todas las intenciones lo son a ojos de la realidad. No alcanzan más que para sonreir.
Hoy escribo con tinta negra. No tengo mística. Veo la puta realidad.
Retorna el silencio, como un pesado telón que todo lo opaca. Pienso que nos fue bien, que vino gente, que se divirtieron. También pienso en él, en la distancia -de lugar y tiempo, distancia generacional- que nos separa. Las ideas de como debería ser la realidad son casi idénticas, ese concepto de vida que uno va acuñando al acercarse a la madurez. Entonces no hay diferencia, sólo distancia.
Hace mucho -treinta años- una historia se forjó con esfuerzo y decisión. Se opuso al miedo y pagó un alto precio -injusto-, hoy termina esa trunca relación autor-concurso-libro-lector.
Un justo tributo a la constancia de Carlos Bozzi.

"Me puso nervioso la escalera espiralada, la gente o tantos desconocidos. Pensé, no soy gracioso, no tengo dotes de actor y mi vestimenta es una porquería. Entonces me acordé de tu dedicatoria, Carlos, y supe -o creí saber, o me convencí- de que la vida se forma en base al esfuerzo. Uno de mis mejores amigos decía -se murió siguiendo la mejor ola de su vida en Bells Beach- que hay personas que viven y otras que dejan pasar el tiempo. Él está donde debe estar y yo estoy acá, ahora, haciendo lo que tengo que hacer. Entonces el miedo a la escalera o la inseguridad que tengo de mí mismo quedaron atrás, abajo. Ojalá tengamos tu constancia y el reconocimiento por nuestro esfuerzo frente a tantas penurias e imprevistos".
Niño errante dixit.

*Para saber quién es Carlos Bozzi, recomiendo informarse sobre la noche de las corbatas. Recomiendo su libro también, escrito en 1975 y publicado recién hoy: Mar Del Plata: ¿cien años de una ciudad sin futuro?

jueves, diciembre 01, 2005

Imagen bizarra

Ayer jugando al fútbol, observé que en la cancha de al lado un flaco tocaba a otro. Si bien podría entenderse por pase -eso de tocar pelotas- no era el caso. Parece que va en serio la homosexualidad en los deportes, incluso amateurs.

martes, noviembre 29, 2005

Mandamientos (para vivir en armonía) X

Estaciónese junto al éxito. Observe el ir y venir de los exitosos. Analícelo. ¿Usted que prefiere: el ir y venir o la certeza inmóvil del ser?

Mandamientos (para vivir en armonía) IX

Regale lealtad a los amigos con su sinceridad. Puede que se disgusten. Explíqueles: la obsecuencia atrae oportunistas y sobadores de lomos. La sinceridad permite -exclusivamente- conocer personas.

Confesión tardía

Hace once años cometí un delito. Surfeábamos en playas prohibidas para los surfistas, mucho balneario privado con buenas olas. Entrábamos y salíamos por las piedras con el bañero gritando desde la playa (¡pobre imbécil!). Un día se rompió la pita de un amigo (pita: cintita que ata la tabla al pie) y tuvo que salir a la arena para buscar su tabla. El bañero lo esperó y lo boxeó.
Esa misma noche, en enero, un comando de adolescentes vengativos incendió la casilla del balneario mientras bailaba al brillo del fuego y la luna.

"No hay desgracias para los corazones débiles. La desgracia quiere un corazón fuerte".
Fiodor Dostoievski.

Mandamientos (para vivir en armonía) VIII

El autocontrol que le permite sobrevivir siendo argentino sólo puede ejercitarse a través de flippers y ping pong. Con intenso entrenamiento su muñeca y sus reflejos serán sensibilísimos.

Mandamientos (para vivir en armonía) VII

Ascender en la escala social no implica méritos. La flatulencia se eleva por su composición gaseosa. El sorete conserva estas características por compartir su origen escatológico.

Mandamientos (para vivir en armonía) VI

Ser políticamente correcto contradice la esencia humana. Requiere renunciar a los sueños en pos del sentido común.

Mandamientos (para vivir en armonía) V

No tolere el abuso, carecerá de estabilidad laboral pero será considerado un baluarte de la sociedad.

Discursete

Durante un par de días estuve eligiendo textos de Libro del Desasosiego de Pessoa. El sábado me compré la ñ y encontré una nota de Fernandinho. Después de leerla me sentí lo suficientemente esnob como para dejar su publicación para más adelante.

"-No hay que desesperar. El futuro es un mundo en el que hay de todo.
-¿Usted dice como en la tienda de la esquina? -comentó Gauna-. Es lo que reza la propaganda, pero, créame, cuando usted pide algo, le contestan que ya no hay más."
Adolfo Bioy Casares.

lunes, noviembre 28, 2005

Mandamientos (para vivir en armonía) IV

Para absorber los golpes de la vida necesita una epidermis británica. Desarróllela contemplando películas dramáticas iraníes y telenovelas venezolanas.

Mandamientos (para vivir en armonía) III

Utilice salvavidas mentales: amor, deporte, belleza. Si esto no funciona puede recurrir a drogas o alcohol.

Mandamientos (para vivir en armonía) II

Abra los ojos para conocer la realidad. Es importante no extirpar los párpados, de vez en cuando conviene cerrarlos, subir la música, atender al canto de los pájaros.

Mandamientos (para vivir en armonía) I

Prepare la sopa de la vida con dos puñados de dulzura, dos de bondad y uno de sinceridad. Voluntad y sensibilidad a gusto.

viernes, noviembre 25, 2005

Sentimiento recursivo.

Pasan las horas y me embolo pensando que me embolo soberanamente en este trabajo embolante.
¡Ah, este inconformismo posmoderno!
Por suerte existe el tetris. Como todo invento groso, viene de Rusia.

El mutismo (28-07-2005, mi diario)
"Un hombre entra en el silencio exiliándose de la sociedad, abandonando su vida populosa a través del olvido. La explosión de furia ahoga el sentido de su acto, envolviéndolo en la nada. Es una rebelión única, incomprensible. Ocurre sin proclamas ni discursos.
No es una revolución, es repudio."

Fast Food

Vuelvo de un local de comida rápida. Pedí una hamburguesa completa y me fui luego de esperar treinta minutos. No es histeria, es el horario. ¿Cuánto tiempo tardarían en cocinarla si fuese un local de comida lenta?

"¿Por qué la desesperación? ¡El ideal es la belleza, no la inmortalidad!".
Olaf Stapledon.

Mañanas solemnes

Desperté sobresaltado. En algún lugar de la casa sonaba el celular-despertador-grillete. Tener un celular en mi oficio es aceptar la esclavitud. Desperté sobresaltado a otro día de rutina. Me aarancaron de un sueño bonito, esos que disparan pensamientos, anulan dudas y abren puertas. A mi lado, la enana desperezándose. [¿Se dirá así?] Nos arreglamos y salimos, un poco tarde, con lentes oscuros protegiéndonos de miradas ajenas.
Cada mañana oculto mis ojos, tal vez sea vergüenza, cansancio o simple moda.
No lo sé.

"Y aquí estoy, hablando de técnica a los dos cuarenta de la mañana, aunque siempre he sostenido que cuando uno comienza a hablar de técnica es porque ha perdido el talento".
Raymond Chandler.

Servilletas que se escriben solas

Tengo más escritos de los que puedo pasar en limpio; mi imaginación construye antes que mis labios digan nada. Tengo una colección [completa] de servilletas, hojas borrador y papeles higiénicos.
¿Deberían compartir el mismo destino?
Estoy abrumado por el sueño, la ansiedad y el cansancio de saber que todo lo que deseo depende de mi voluntad, del empeño que ponga en lo que hago y en la mano que mece la pluma.

"Con los sueños, hasta el fin".
Manuel Becerra.

jueves, noviembre 24, 2005

Autobombo IV (Final)

Intro.
Adelanto de la Brigada AntiBucay /
Receta marginal /
Monólogos sin fundamento teórico /Crónicas de Magoya / El diseñador feliz /
Superfeo, la historieta / El terrorista literario /
Familia de Tal / Algunas bonitas yapas /
Garrotazo en la nuca - catarsis verbal /
Todo eso.
Sí.

martes, noviembre 22, 2005

Textillos I

(más ficcionales que verídicos anke posibles)

Levantó el papel del piso y lo corrió tres cuadras. El otro ni mú. Harto de caminatas lo sujetó por el hombro, sacudiendo el papel frente a sus ojos. El mugroso apenas dijo:
-¿Y a mí qué con tu ecología?

Llevaba la pelota pegada al pie enganchando una y mil veces. En una de tantas se la quitaron. Su compañero lo increpó, ronco de pedirle un pase.
-¿Por qué no me la tocaste? Si podías...
-Lo único que puedo tocar hoy es el dolor de vivir.

Bajó rajando, por la ventana había visto el colectivo parado en el semáforo. En épocas de inestabilidad laboral llegar tarde es sinónimo de clasificados y largas colas de entrevista. Ocupado el ascensor, emprendió por la escalera. Llegando al segundo piso un zapato no se afirmó, el tobillo derecho se torció trocando la bajada en un torbellino de techo, baranda y escalones negros. No fue a trabajar por excusa válida: fractura de tibia y peroné.

"Lo superfluo y lo frívolo, disfrazados a menudo con el nombre de refinamientos, aumentan de hora en hora la cantidad de sacrificios estériles, tan indispensables para medrar como inútiles para intensificar el ser."
José Ingenieros.

Gotas (o derramando calurosidad)

El sudor me humedece la espalda. Me la recorro con una mano esperando, no sé, alejarme el calor. Un gota me queda en el índice. La miro fijo. ¿Sentirá? ¿Sabrá lo que siento yo al verla, al tocarla, al saber que me patina por la espalda?
Sacudí la mano y voló. Nunca volvería a verla pero había más, idénticas, infinitas.

"Si la idea de Dios no es conocida en estado de naturaleza, debe tratarse, pues, de una invención humana."
Umberto Eco.

lunes, noviembre 21, 2005

El uuuuh!

Bajó la pelota, creyó que bajándola al ras del piso su jugada tendría más etiqueta. Fue criado en la autoridad del juego terrestre, la gambeta, el toque, los lujos. El cerebro se le atrofió viendo intentos sin campeonatos, excelentes jugadores y ninguna conquista. Escuchaba viejas palabras que hablaban de belleza y diversión, placer al obrar. Aunque los resultados no acompañasen el esfuerzo.
Bajó la pelota y encaró al defensor. La pierna derecha pasó por arriba del balón sin tocarlo. Torció la cintura hacia la izquierda: un amague, un segundo aprovechado en tirarla larga. Ya no soy rápido, pensó. Pero el verdadero fútbol, el que le enseñó su abuelo, no guarda relación con velocidades, vértigos o estrategias; es corazón y magia: gambeta.
Intuyó que los del banco se paraban, ansiosos. Vio pasar la línea del área grande bajo sus pies, vio a un compañero pidiéndosela atrás de la defensa. También vio el arco, un arquero mal parado y la red. La pisó una vez, dos, tres, rodeado de rivales, esquivándolos. Hubo fortuna y algo de memoria en la jugada, hubo un rebote afortunado y una patada artera. Cayó justo cuando iba a patear. Los gritos se confundieron: los del banco reclamaron, los rivales también. Él se quedó sentado, acomodándose las canilleras y las medias. Se acordó de su abuelo, el amor por la redonda y sus ganas de hacer un gol, como en aquellos potreros olvidados por el tiempo donde hoy se alzan bonitos comercios.
Se puso de pie y recibió, sonriente, la amonestación. La próxima, pensó, te rompo el arco. No tuvo otra oportunidad, el partido terminó con esa sensación cercana al gol: el uh, distancia infinitesimal a la gloria.

"-Pero al final, ¿no están cansados de hablar para no decir nada?
-Nunca lo suficiente como para callarnos, y siempre demasiado como para decir algo.
-¿Está por encima de sus fuerzas actuar como si debieran guardar silencio para siempre?".
Louis-René des Forêts.

jueves, noviembre 17, 2005

Mi diario II

Estaba sentado en el parque escuchando los pájaros. Los que están dentro y fuera. Una melodía armoniosa ocurría en mi interior, las cosas -mis cosas- están encuadrándose en un cubo de colores, similar al mágico pero más esotérico. Saqué el diario y escribí:
-Eso. Tero. Ico...
[acoto: en este momento mi cerebro sufre un corto circuito. las acotaciones en mi diario son versiones primitivas de notas al pie. explican qué]
Un caballito ilusorio, eso es. Mi escritura es un caballito ilusorio que cualquiera puede montar.
[acoto: no así su autor]
Y cabalgar, cabalgar, cabalgar bien lejos de esta mierda. Bien, bien lejos. Hasta una mierda distinta, con un olor propio que no desagrada. Porque el popó personal no mortifica. Al menos no tanto. Cerré el cuaderno y me quedé pensando en que el otro día yo hablaba de buitres y él escribió sobre albatros. Ella se acordó lo que dije: aves. Y nadie lo entendió porque me preguntaron al fin. Abrí el diario por segunda vez:
[acoto: abrir y cerrar mi diario es una operación cotidiana, se repite a lo largo del día unas cien mil veces]
-¿Por qué los pájaros?
-Porque ellos encarnan la libertad, ¿entendés?
-No.
Suspiré. Y pensé que si uno no quiere entender no debería preguntar. Pero hay gente que pregunta aunque sabe la respuesta; busca evacuar la duda, el temor. El que no quiere saber, el que pregunta por preguntar, ése... Me recuperé de mi cansino autoritarismo, y disparé:
-Porque cuando me subí a la tabla descubrí la libertad; porque los pájaros, su vuelo, explican mis sentimientos; porque la ola es el cielo y la tabla es alas; porque vivo mitad en este mundo y mitad en el otro; porque la sal es lágrimas; ¿ahora sí?
-No, no entiendo por qué ahora te la das de no sé qué.
Volví a suspirar y cerré el diario. No hubo más que hablar -al menos que mereciese recordarse- ni nada que anotar.
[acoto: cabalgándome bien lejos, hacia ningún lugar, donde me esperan mis cuadernos, mi lapicera, la noche, su brillo azul, vos, tu sonrisa, Magoya y las ganas de escribir].

lunes, noviembre 14, 2005

Pulsiones

Un trueno retumba entre fachadas de edificios muertos, una nube llora grises gotas, un hombre grita buscando libertad. Otra postal de tormenta.
Veo la luz, veo un brazo luminoso recorriendo el cielo y muriendo, porque sé que muere, en una tierra oxidada.
¿Estoy triste? No, no es eso. Estoy… perdido.
El hombre grita. Alarido mudo que nunca abandonará su boca, retorciéndose en la lengua muerta. Palabras no dichas, que jamás perderán la virginidad del pensamiento.
La lluvia explota al fin, ¿o no explota al tocar el suelo? Y yo, aferrado a la baranda del balcón, recuerdo años en que no quería que la vida, la pulsión de mi ser a través del universo, siguiera su curso, ¿o quería sin saber lo que ahora sé?, ¿o no sabía querer lo qué siempre quise? Lo que tengo. Lo que soy.
¿Quién soy? ¿Qué soy?
Un hombre empapado en un balcón gritando sin hablar. Esperando. Un par de manos, dos, que se mueven sobre un cuaderno anotando símbolos que perderán su significado con el tiempo, olvidados al fin, intraducibles en la eternidad.
Soy uno que no quiso seguir esperando por y que descubrió, porque sucedió así, la paciencia de la muerte, su potencia, su cercanía. Quitarse el aliento no es posible, no es… real. La vida es una compañera efímera que sucumbe al cabo de los años. La muerte nunca muere, es una carga imperecedera de la cual –aun intentándome original- no podré escapar.
Pero aquel día pude.
Sí, pudiste envase carnal. Y aquel día aprendiste a ver la magia del trueno que retumba, de la nube que llora, del hombre que grita buscando libertad.
¿Quiere librarse de la carne?
No.
Desea otra libertad, la que reafirma que un hombre existió y tuvo su nombre; un hombre que soñó, sintió y vivió y murió escribiendo sus sueños, sus sentimientos, sus recuerdos; su vida. Esa es la libertad que siempre quiso y encontró en el azar, en la ola mal surfada, en la caída, en el fondo de piedra. Pero pudo escapar, encontrar la potencia de la vida: el humo que se forma en la nariz en un día húmedo; el miedo que acelera el pecho en la noche; la confianza de que cada deseo se hará realidad porque esa es su voluntad, la mía. A pesar de todo, a pesar, incluso, de mí. Mi libertad: esta noche, este balcón, el frío que me eriza la piel, el torso desnudo, el viento, la ciudad, la lluvia.
Sentir el universo que me rodea, me toca, me siente ser.
Y nada más.




Para vos enana que estás ahí, leyéndome.

Desenfreno

El domingo trece de noviembre llegamos al Bar con Horacio, un maniquí de pelo verde, traíamos su colchón y las revistas. Estábamos contentos, por fin terminábamos lo que empezamos hace dos años. Entonces nos encontramos con el kilombo de las vallas y los policías, con el dueño del Bar en la esquina, diciéndonos que no podíamos hacer nada.
Yo no había dormido, algunos problemas me mantuvieron despierto toda la noche: reimprimí las revistas en un perdido local de Godoy Cruz y Santa Fé. Le dimos a la guillotina, a los papeluchos, sin parar. Siete horas de impresión. En maratónica sesión volví a mi casa -en Barracas- para armar ciento cuarenta ejemplares. Elegí dos libros para el sorteo: Momo de Michael Ende y Juntacadáveres de Onetti. Armé los númeritos y nos quedamos dormidos. Éramos dos, el Niño espina -valiente diseñador gráfico- y yo -valiente inconformista sin méritos aparentes-. Me desperté en algún momento, sobresaltado. Faltaba el tercer hombre, el que había anunciado que estaba en camino: Méndele. Después me enteraría que no concurrió por razones de seguridad. Debe dormir antes de la presentación, temitas de salud importantes.
Tenía dos horas para ir a jugar, una hora y media de sueño encima y bastante mugre. Pero allí estaba la felicidad, en forma de hojas dobladas sobre la mesa del living. Armé el bolso, acompañé al Niño espina a su auto y nos abrazamos. Es difícil explicar lo que significó para nosotros todo el proceso. Niño espina se fue, se le hacía tarde para dormir un poco. Él quería abrochar las revistas, solo. Y así lo hizo. Me quedé mirando el auto alejarse. Yo había imaginado ese momento, fue una sensación rara, una especie de deja vú sin inquietud.
Llamé a la enana y le dije que me iba a jugar. No estuvo de acuerdo. Hace un año o poco más me fracturaron la clavícula en este campeonato, un día que, casualmente, también fui sin dormir. Sé que soy extremista en todo lo que hago. Bordeando la cornisa de la exageración. Es como me gusta vivir desde que colgué la tabla.
Me encontré con los pibes, el magnífico equipo que peleó tres años por el ascenso. Subimos a la B para mantenernos y ahora resulta que podemos llegar a la máxima cateogría de un tirón. William Morris, un equipo repleto de anarcos, soñadores y energúmenos. Hay chicos bien, o había, pero todos jugamos ese fútbol obrero desbordante de ganas y voluntad.
Ganamos, resultó una muestra más de coraje. El equipo contrario se la agarró con el referí. Y claro, ¡a quién más podían echarle la culpa de la derrota! Nos quedamos saboreando la esperanza, si el domingo que viene ganamos... Llegué a casa y me bañé. La enana estaba allí pasando un discursete para decir ante los que viniesen. Salí del baño y me tiré en la cama. El pasado de colchones y piso lo borré de un plumazo con un sommier. Algunas cuestiones del capitalismo son tentadoras, especialmente las que se relacionan con la comodidad.
Llamé, hablé y recibí llamadas. Todo estaba listo, preparado y... No pudo ser.
El resto me lo reservo para el cuento: la llamada del comisario al bar, las frases de los canas en el vallado, el malhumor que me agarró después de treinta y seis horas sin dormir. No pudo ser, ahora planearemos el nuevo evento, sin freno posible.

"-Yo te entiendo pibe, para nosotros también es un pijazo estar acá, doce horas, abriendo y cerrando la valla de metal-."
Agente policial desconocido, domingo 13 de noviembre a las 17:56.

domingo, noviembre 13, 2005

Se suspende la presentación!

El establecimiento donde realizábamos el event ose encuentra a 30 metros de la legislatura porteña. La policía valló la calle y tiene orden de impedir el acceso a toda persona a partir de las 20 hs. Así mismo, al dueño del establecimiento se le informó que si abre sus puertas se le labrará un acta.
Es feo este momento, pero bueno, pueden mandar mails a extremauncion@gmail.com desde donde les informaremos la fecha del evento. El lugar sería el mismo.
Cordialmente,
Un alicaído niño errante.

P.D: como que siento haberme esforzado al pedo.

viernes, noviembre 11, 2005

¡¡¡Mayday, mayday!!!!

Son las 8:34 y me estoy durmiendo. No es una sensación, sé que está ocurriendo. Mis párpados se pierden en remolinos de oscuridad; enfocan recuerdos, sueños o anhelos. Me pierdo sentado en mi puesto de trabajo, deslizándome hacia el piso por la silla. Un esforzado trabajador, un heroico laburante. Un tipo dormido. Que se relaja luego de la actividad de la semana última, del mes, del año, de la vida toda.
¿Tanto así?
No puedo precisarlo. Sólo sé que me duermo y que el cansancio me obliga a pensar en hacer un llamado y decir que me duermo, que no puedo hablar con nadie. En este instante deslucido no me enciendo, no coordino, no consigo iluminarme. No puedo manejar los códigos necesarios para comunicar mi necesidad al tercero que me ofrece una solución, un servicio, algo. Simplemente no puedo.
El teléfono me expulsa del pensamiento con su ring, ring, ring. Disminuyo el volumen y lo observo. Casi con odio. El sueño reverbera sobre mi cabeza, alejándose con cada destello en el botón que titila. La luz, el llamado.
¿Quién es? ¿Quién mierda...? ¿Quién será? ¿Y si decido no atender y el qué es se convierte en el qué fue? Mejor, en el que no fue. En el que no atendí y no pienso atender. Pero levanto el tubo porque sí, porque no sé y me escucho decir:
-Hola.
Una respiración habla del otro lado, una respiración misteriosa que se vuelve familiar con los segundos. Una voz bien marcada articula lentamente tres palabras, separadas por silencios interminables.
-Bola de goma.
Estalla la risa. El que iba a ser el que no atendí es ahora ése, el que ya sé quien es. Los códigos se reestructuran en mi cabeza y mi cerebro, medio muerto ya -entre alcoholes, trasnochadas y consumismo- se prepara para interpretar, para comunicarme con otros que manejan códigos comunes: bola de goma = a las diez en el bar.
-Te espero.
Me espera.
-Tenemos que hablar con Claudio.
¿Tenemos qué hablar conmigo? Yo, Claudio. Ah, no, Claudio es él, no el que llamó sino el otro -el del bar-. Lo sé, me duermo y me voy perdiendo de a partecitas: la coordinación, la vista, el habla, el recuerdo. Y cuando me quiero dar cuenta tengo la jeta estigmatizada por el teclado. Un tipo caído sobre el CTRL+ATL+DELETE. Ya me pasó antes (maldito horario nocturno).
¡Qué cruel es la soledad a veces!
Me agarro de las rejas de la ventana. Las descubro heladas, insensibles. Un día escribí en ellas, con mi cortaplumas; cárceleras de ideas, una frase con mala fonética. Las desenmascaré hace mucho: no las pusieron para dejar afuera a los chorros, ni siquiera para encerrar nuestros cuerpos. No. Tienen otra función, más siniestra. Antes salíamos al patio a ver las estrellas, ahora -quedo yo, único- hay que torcer el cogote y tampoco hay seguridades de iluminarse más que con el rojo de la antena.
¡Hijos de puta, nos robaron el cielo!
No importa, yo ahora me duermo y tengo que despertarme y sé que cuando pierdo la lírica, cuando salgo de mis ojos oníricos para caer en el campo de visión mundano, ése que todos ven: el mundo se me reconstruye sin metafísica, como decía Pessoa, y empiezo a ver la realidad.
Eso no me gusta.

"Estos cinco días fueron tremendos, de enserio. Hasta el martes no me reportaré por el blog. Necesito pensar, dormir y soñar con algo. Últimamente tengo sueños truncos, me despierto de noche vacío de recuerdos. No se bien por qué, si es que me abrieron el tercer ojo o alguna cosa similar. Me parece que hay una coalición en mi contra, una conjura entre mis jefes, los imprenteros y los fotoduplicadores. ¡Qué ostia!"
Niño errante dixit.

jueves, noviembre 10, 2005

Incomunicación

(diálogo entre un policía de vallado y un peatón. Trabajo cerca de la legislatura y el texto podría tener connotaciones autobiográficas).

-No se puede pasar.
-Está bien, lo que pasa es que yo trabajo ahí.
Mi dedo señala un edificio a espaldas del policía, que gira su cabeza sin mucha convicción y me contesta, aburrido:
-No se puede pasar.
-...
Abrí las manos, mostrándole las palmas, en un gesto involuntario. Tampoco tuve mucha idea sobre lo que podía hacer. Parece que el tipo tuvo -después de eso- un momento de iluminación.
-¿Tiene alguna identificación?
-Sí, el documento...
-A ver...
Miró el documento, no sé que buscaba pero lo observó con detenimiento. Intuí que se dio cuenta de la estupidez de su postura. Pasó un minuto, después otro, al tercero me dijo:
-Espere acá.
Se fue a charlar con otro tipo, ambos ponían caras de hombres, chorreaban seriedad. Empecé a imaginar que se reían de mí; de que soy narigón, de mi espera y de mi nerviosismo. Lo peor, pensé, es que siempre llego tarde al trabajo y hoy -que tengo razón- nadie me creerá. El tipo volvió y me ofreció el documento. Lo agarré.
-Qué tenga un buen día.
Sonrió, yo le respondí un tanto incrédulo. Seguí mi camino hacia la oficina. Recién en el ascensor reparé en el hecho. Algo vieron allí. Algo que los convenció. Lo saqué del bolsillo de la camisa palpando su rugosa cobertura verde. Lo miré fijo, sin entender...
¿Qué buscaban estos tipos?
Llegando al tercer piso me asaltó otra idea, una frase, un pantallazo que me nubló la mente:
-El portador de este documento es propiedad de Royal & SunAlliance Seguros Argentina.
Todavía no me atreví a ojearlo.

"Trabajo: grillete social inventado por el hombre para someter a su propia especie".
Desconocido en un bar de San Telmo.

Extrañas sabidurías.

Me gusta escuchar. Creo que es uno de los aspectos fundamentales de la escritura: retratar la realidad ajena, el entorno.

*Estaba sentado en una plaza. El verde, el viento, la poca ropa. Una muchacha de bella fisonomía pasó caminando frente a mí, llevaba el aire primaveral en su vestido -floreado y suelto-. La seguí con la mirada, sus ropas irradiaban el brillo del sol. Cruzó frente a un grupo de motoqueros relajados, fumadores de X. Uno, moviendo la cabeza de un lado a otro, soltó la lengua:
-Si habrás quebrado cogotes...

*Apretados en el colectivo viajábamos hacia horas laborales. El olor a cansancio y malhumor saturaba la nariz. Al lado mío viajaba una muchacha, detrás un hombre sudoroso. Yo me perdí en laberintos de recuerdos literarios: la forma en que tal describía un castillo o ése que hablaba de guerras como si fuesen desayunos. Un gesto en la cara femenina me regresó a la pegajosa realidad del bondi. Fue incomodidad o algo -furia, miedo, vergüenza- que no pude precisar. Detrás, el hombre se hamacaba con un vaivén siniestro. La situación me sonrojó -a la chica también-, y durante un minuto pensé mil formas de increparlo, de resaltar su poca hombría. No hubo tiempo, alguien, desde atrás, con ímpetu justiciero le tocó el hombro y disparó: -Flaco, si te gusta tanto la piba invitala a tomar un café.
No quedó otra que aplaudirlo.

*Diálogo previo a una impresión.
-No llegamos ché, la cosa está jodida.
-Sí llegamos.
-...
-De verdad, vamos a llegar.
-Te digo que no, ya me lo veo venir. ¿Desde cuándo sos tan optimista, te comiste a Depak Chorra?
-No seas boludo, tenemos que hacerlo.
-¿Tenemos, y tan así es?
-Sí.
-¿Se puede saber por qué?
-¿Por qué qué?
Llegó el mozo con los cafés y el agua con gas. Nos interrumpió. El tipo escuchaba la conversación asintiendo con la cabeza.
-¿Por qué tenemos que llegar?
-Es por la esperanza.
-...
-La esperanza, boludo.
El mozo se acercó otra vez, interrumpiendo con su voz de mozo:
-La esperanza, ¡qué verdor, qué sentimiento, qué magníficencia! Vos me ves de mozo pero alguna vez fui periodista, desde hace rato los veo con sus historietas. Tienen que llegar porque no olvidarán nunca lo que están haciendo.
Nos miramos. El mozo nos dedicó una sonrisa a cada uno y se fue hacia la barra. Agregó:
-Uno elige en base a sus posibilidades, ¿no?
Lo miré alejarse, rengo, con su chaleco gastado y negro. Y pensé que uno a veces se sorprende con la gente, anidan sentimientos secretos, imposibles para quienes los juzgan a simple vista. Eso de la superficilidad, pensé, corta tantas posibles relaciones. Mi amigo me miraba fijo, inmóvil, aterrado por la revelación de nuestra transparencia ante la otredad. Y yo que amo los universos posibles, pensé.
-¿Entendés? -y señalé al mozo-, la esperanza.
Creo que el otro entendió.

"Aburrido: dícese de la persona, que cuando uno quiere que escuche, habla":
Ambrose Bierce, el diccionario del diablo.

miércoles, noviembre 09, 2005

Autobombo II

Nos rompemos.
Te rompemos.
Mucho testo y poco más.
Olvidate del cine, el teatro
o el arte.

¡No esiste en este número!



HIP BAR
Hip. Irigoyen 640
Domingo 13 - 21 hs

$2 - super premios.
(¿cuándo no?)

Prueba de voluntad

Será que soy inseguro y me da miedo. A veces pienso y me invade la culpa, será por el adoctrinamiento que manyé en seis años de universidad: administración de proyectos, administración de recursos, etc. Aclaro que -los recursos- somos los laburantes, aunque dicha aclaración sea al pedo.
Me cuesta mostrar lo que escribo, estimo que es un tema de autoestima (wow), tal vez algo peor. La cuestión de la revista y el blog -en esto quiero ser totalmente sincero- surgió de una concreta necesidad de trascender las fronteras de mi entorno. Después de todo mis amistades conservan una idiosincracia que también me incluye y nos mantiene "comunicados". No se me ocurré otra palabra.
Ayer recibí un mail que decía algo así: "todo muy lindo pero no mostrás lo que escribís, (...)". Seguía mucha gilada pero me sentí tocado por la frase. Encarna cierta verdad. No sé cuántos de los que visitan este blog en realidad le dedican tiempo a la escritura. No hablaré de escritores profesionales vs catársicos: uno agarra la birome, le da a los garabatos y sale algo. De ahí en más hay que ponerle huevo a la literatura y doblarse los cuernos buscando la mejor forma de expresar una sensación, una idea, una historia y (símbolo de infinito). Después vienen esos que se van al carajo. Los grosos.
A lo que voy, en cierta forma busqué la máscara de la red para esconderme y mostrar una mínima parte de lo que hago sin decir que soy su autor. Se entiende perfectamente. Tengo miedo, ¿no es obvio? Y si me abro y escribo esto es porque sé que soy un blog más en la inmensidad, un nick de mierda. Y ahí termina todo. Las consecuencias de este acto no serían las mismas que al pararme sobre un banco en una plaza y gritar mis sentimientos o por cagarme a piedrazos con la cana en Mar del Plata. Yo estoy seguro tras mi pantalla. Y sin embargo no siento ninguna seguridad al terminar esta nota.
Dado mi carácter rebelde y circunstancialmente pelotudo, voy más allá y me incinero ante desconocidos. Mis compañeros de revista (hermanos casi) dicen que mi escritura me encierra totalmente. No sé que verdad hay en ello pero tengo la certeza de que soy mucho más que un nick de mierda, que este blog, que cuatro comentarios inteligentosos. Eso no los descarta, viven en mí y me ayudan a dar forma a mis deseos.

Un punto negro, celeste. (13-09-2004)
El fenómeno conocido como tránsito –en palabras de un astrónomo- representa la simple irrupción de un astro entre las masas del Sol y La Tierra. Un teósofo lo llamaría pecado: una mancha de oscuridad en la belleza (hasta entonces) inmaculada de la luz.
Cada ciento veintidós años Venus transita la superficie del Sol robando un poco de brillantez destinada a nuestro mundo, como si se tratase de un lunar sobre el rostro pálido de Helio. No es una porción fría de la calidez solar que se rehúsa a resplandecer, sino el único rastro de rencor que le recuerda al Sol una antigua traición.
Venus se mueve entre llamaradas durante unos treinta minutos; luego, por otros ciento veintidós años, permanecerá oculta, privada de toda caricia en la inmensidad espacial, deslizándose a través de la nada con solitario aburrimiento. En escasa media hora adquiere el significado que le arrebatan tantos años de ignoto andar. Transita la ardorosa piel sin quemarse, a salvo en la helada distancia; ilusionando o paralizando de terror a millones de criaturas.
En el minuto once de su tránsito, ante la tibieza de la luz, Venus despierta lentamente de su letargo y vuelve a soñar con la lujuria de la vida; visiones de seres que se desarrollan en su matriz; evoluciones abortadas que alumbrarían criaturas imposibles. El marchito planeta sueña con ser azul como su prima La Tierra. Recuerda los amores con el belicoso Marte en los albores de la eternidad; de ellos no sacó provecho alguno. Por el contrario, fue el gigante rojo quien se benefició de la progenie. Por un capricho de la geografía celeste Venus ha sido confinada a una órbita calcinada por la cercanía de Helio, su guardián. A ella, la diosa del amor, que abrigó en su vientre el falo gigante de la fertilidad, se le niega el placer de la maternidad. Los sueños mueren antes de empezar en la quebradiza superficie castigada por el aliento solar. No podrá ser la vida: ni hoy, ni ciento veintidós años después. Por un instante el sueño fue posible, entre la tibieza del amanecer y la frescura de la noche espacial. Por un momento, Venus se atrevió a soñar fecundada por la virilidad de Helio.
En el minuto veintiocho retorna la somnolencia. Aún es un lunar en el rostro brillante, pero se encuentra a punto de caer al abismo. La conciencia de planeta muerto se va ahogando y la ansiedad por la vida se amilana. El sueño de la primavera imposible se pierde en las inmensidades del espacio, en pos de otros ciento veintidós años de añoranza.
Astronómicamente, Venus transita el Sol unos treinta minutos, durante los cuales los hombres observan su andar protegiéndose los ojos. Singularidad que moviliza a millones de personas; quieren ver el tránsito: consiste en un diminuto punto sobre la superficie solar, invisible al desprevenido.
Para Venus, la cosa es bien distinta; sumida en la yerma eternidad, sueña con ser habitada, con sentir en su seno la vibración de la vida. Una ráfaga de conciencia que muere al cabo de un suspiro astronómico. Sin embargo, mientras dure el sueño Venus volverá a sentirse madre, el centro de una hermosa utopía que jamás será realidad.
Cuando el reloj marca treinta, todo vestigio de conciencia se esfuma. El planeta silencioso y oscuro continúa la órbita, entregado al aburrimiento de la nada, esperando que en otros ciento veintidós años la vida amague con despertar. Para Venus, ese intento imposible es motivo suficiente para soñar.


Agradezco las críticas y los consejos que me hicieron llegar.
Cordialmente,
Yo.

martes, noviembre 08, 2005

Autobombo

Domingo 13 / desde 21 hs
Por tus $2 (la entrada) no te damos nada, sólo la revista.
Es un comienzo, ¿no?

Sinapsis: regale Nietzche.

Instrucciones para visualizar una postal troska: imagine la jeta de Nietzche, hombre barbudo y cejijunto, cuyo rostro denota estreñimiento. Imagínelo sonriendo, sí, la imaginación también alcanza para eso. El amigo Federico (Nietzche) sostiene un libro en su mano izquierda (la mano izquierda, ¿entiende?). El título: La muerte de Dios.
Federico sonríe y abajo se lee en letras góticas una promo veraniega:
-Regale Nietzche, la vida no es una mierda aunque huela parecido.

"-¿Y cuándo naciste?
Momo pensó un rato y dijo, por fin:
-Por lo que puedo recordar, siempre he existido".
Momo, Michael Ende.

lunes, noviembre 07, 2005

Consignas

Me paro en la esquina de mi casa, frente el bar. Es la esquina de un parque (Lezama) que los días de semana muestra la belleza del instante vacío de humanidades, pulcro, solitario. Un buen lugar para escribir. Estoy pensando en mañanas que llegarán veloces, sin segundos tiempos. El vértigo de la vida: bajar una ola, alcanzar un colectivo, sumergirse en el abismo de la propia imaginación, rescatar una genialidad, amar, beber del amor de otros. Tomo conciencia de la ridiculez de escribir en una libreta, parado en esta esquina, en cualquier esquina. Mejor sería entrar al bar, sentarme, pedir un café con leche y un agua con gas. Disimularse entre los miles, millones, de escritores de café, pensadores de ocasión.
-Hoy es uno de esos días-, digo.
Y asiento mentalmente. Es uno de esos días en que la metafísica no alcanza a palear el dolor (¿o la ofuscación?) de saberse un hombre comprometido con ciertas cosas que -a veces- no prosperan. El fracaso carece de importancia cuando asoma la convicción. Creo en lo que hago, sin fanatismos, sin irreflexión. Me quedo allí, inmóvil en esa esquina, como un escriba demente; como un inspector de tránsito que no deja de escribir multas; como lo que soy: un hombre que necesita expresarse -un punto de vista, un sentimiento, una idea-.
Hoy, tal vez por cierto malhumor, no encuentro la figura, el trazo idóneo para terminar esta nota. Quizás me siento responsable de mis supuestos hijos literarios; mamarrachos bocetados en viejos cuadernitos grises. Tal vez sólo debería dejar de escribir deslizando un descenlace trunco: una última palabra, un punto final.

"Eres un hombre muy apasionado, un hombre hambriento que no sabe donde saciar su apetito, un hombre profundamente frustrado que lucha por proyectar su individualidad contra un fondo de rígido conformismo. Existes en un mundo pendiente entre dos superestructuras, una de autoexpresión y la otra de autodestrucción. Eres fuerte pero en tu fuerza hay una grieta y a menos que aprendas a controlarla, esa grieta se mostrará más poderosa que tu fuerza y te vencerá".
Truman Capote.

domingo, noviembre 06, 2005

Recital poético.

Salimos tarde, pasadas las diez. Un par de cuadras y estábamos en Plasma. Llegamos cargaditos: una caipirinha, unos vasos de vino. Justo, una muchacha terminaba de hablar de Polonia, o de su familia polaca. Intuí dolor, abandono o distancia. Intuición sin fundamento, apenas escuché unos versos. ¿De qué otra cosa se puede hablar en Polonia o sobre Polonia? Genios literarios y musicales castigados por cada conquistador que decidió adueñarse de Europa. Sí, dolores y distancia. Huidas y terror.
Pedimos vino y hablamos de poesía -cosa que no manejo-. A la enana le gustó aunque, coincidimos, la muchacha pareció un poco nerviosa, con ganas de largarse del escenario. Impresiones, que le dicen. Después empezaron las chicas de la Cajita de Pandora. Hablaban del desgarramiento, de la pérdida, de los conflictos del ser. De estar y no estar. En algún punto me perdí, buscando las historias del lugar. Cada vez que salgo, que caigo en algún lado, intento descubrir a los personajes, los habitantes. Escribo ficciones y vivo en ficción. Encontré a: el boinita de la barra, unos fotógrafos, unas chicas discutidoras, un pintoresco borracho que consultaba una filcar y escribía versos en una agenda. Me detengo en este punto: el borracho, ese genio incomprendido que va al fondo del abismo, hacia la oscuridad, produciendo obras inquietantes, brutales, magníficas. ¿O un payaso? No lo sé.
Volví cuando todo terminaba, porque la enana me preguntó:
-No entendí bien, me gustó la primera chica, aunque apenas lo oímos. Igual no sé nada de poesía.
Y yo empecé, ¿no? porque siempre me da por comenzar cuando entro en copas. El vuelo y el recuerdo me devolvieron al concepto de que el arte no se interpreta y bla, bla, bla; entonces supe que me gusta su sentido crítico porque es franca, las cosas le gustan o no y fundamenta su postura. Podría decirle tantas cosas que no tienen sentido. Pero me viene a la mente el barrio. Sí, soy un negro de La Boca al que la brea del Riachuelo no le cubrió la piel. Peor, se me pegó dentro. La suerte quiso que en este país bananero no se me discrimine a simple vista. Pero el sentir... ¿Qué senbilidad artística puedo tener? ¿Eh? Pero el sentir a veces es tan fuerte.
-¿Por qué no te gustó?
-No sé, es como que la primera chica era más personal, más, no sé. Lo de tus amigas me resultó más artificial, como armado.
-No son mis amigas.
-Bueno...
-A mi me gustaron los dos, igual creo que no tengo autoridad para juzgar.
-¿Pedimos otro?
-Dale.
Marchó el segundo vino. Ahí volé más. Me acordé de algo que decía mi abuelo sobre la poesía: pensamiento articulado como sentimiento. Sí. Eso es, una sensación trabajada racionalmente que busca ser expresada en otros. Sí, ¿eso es? No sé, no estoy seguro. El alcohol va ganando batallas perdidas en mi mente. Ellas hablaban de eso, de perder, de saber que vas a perder y seguir luchando, ahí, aunque sepas o no que te estás desgarrando. Frases. La poesía se resuelve en frases articuladas para que el otro sienta, o entienda. No sé...
-¿Vamos?
-Dale.
Nos fuimos después de que cantaran dos bandas. Bueno, en realidad un dúo y -al final- una solista que me gustó.
Caminamos esas dos cuadras y volvió el pensamiento. Poesía: ¿cómo la defino? Me acordé de una novela que terminé hace un tiempo, agresiónicas: el sentimiento es un proceso racional elaborado por construcciones mentales tan complejas -caóticas- que se lo termina asociando con el perfil irracional de la personalidad. Es incomprensible, ¿de verdad?. Una farsa de ciencia ficción: los sentimientos vienen del corazón, ¡qué carajos!
-¿Cómo la pasaste enana?
-Estuvo bueno, raro.
Sí, raro. El pensamiento se perdió en la puerta de entrada, en la búsqueda de la llave. Me olvidé de la poesía y de mí, de todo. Sólo me olvidé.

"Historia, s. Narración casi siempre falsa de hechos casi siempre difusos derivados por gobernantes casi siempre pillos o militares casi siempre necios".
Ambrose Bierce, el diccionario del diablo.

viernes, noviembre 04, 2005

Confesión

Debo confesarlo: toda persona inserta en el sistema laboral argentino -que carece de coronita- está acostumbrada a correr, a esquivar las punzadas fálicas cotidianas. Estocadas arteras, cobardes y dolorosas. Uno se acostumbra a correr, demencialmente perseguido por la perfección laboral, los reportes, el kilombo -¡qué lindo el kilombo!, ¿no?-. Después, en casa, viene la parte del ermitaño: un loco que escribe encerrado, dejándose crecer la joroba, casi cegado por la radiación del monitor. Tomando agua a mares y pidiéndole a su novia que baje la tele. Ese soy yo. Aunque no parezco tener una visión muy bonita de mí, en verdad me confío mucho. Y me cuento cosas, mientras medito en mi inodoro de porlan. Es muy importante la meditación escatológica, uno se deshace en cagadas, sin tapujos. Resulta gratificante.
La introducción se debe a que los contratiempos, desagradables zancadillas del destino, me tienen a maltraer esta semana. Sucede que unos amigos y yo -supuesto redactor en jefe, nefasto redacto en jefe debería leerse- decidimos armar una revista. Todo va bien, todo muy lindo pero cuesta tanto. Resulta que me desperté a las cinco y media de la mañana y ya no pude dormir. Tiré el vaso de agua que tengo junto al colchón -dormimos en colchones en el piso, es una larga historia-. Empapado, me quedé sentado preguntándome cuando obtendría justicia de la vida puerca*. Intenté convencerme en la oscuridad:
-Pero si sos un pibe ocurrente, che.
La ausencia de organización, la inexperiencia y la ansiedad me descarcararon esta semana que, por lejos, se perfila como la peor de mi existencia. Tengo confianza en que, una vez pasada la tormenta, me dejaré llevar por olas de satisfacción. Sí, olas dije. Es que todas mis metáforas tienen que ver con eso, con el mar. De ahí los pájaros.
Estamos de estreno: revista, sistema nervioso, sommiers, marca pasos, estrés, metafísica y esto: mi catarsis. Por suerte no tuve necesidad de estrenarme ahí atrás, abajo.
Allá viene el domingo, lo veo llegar. Acá estamos nosotros: pájaros en la sal con monturas de espuma. Aguardando el momento indicado, el envión.

"Cuando se abre la boca, la oscuridad se mete entre los dientes y pasa por
la lengua y la garganta y llega al estómago.
La oscuridad tiene espinas, pero para que pinche hay que tragársela, que
la oscuridad no pincha en la piel, sino dentro del cuerpo, en las tripas".
José Soler Puig.



*Homenaje a Roberto Arlt.

jueves, noviembre 03, 2005

Diálogo demente

niño errante dijo el 3 de Noviembre de 2005 a las 11:57 am:

-¿Hola?
-¿Señor Entientado?
-Entintado, sí.
-¡NO ME CORRIJA!
-…
-Tengo para ofrecerle un precioso destino, si está dispuesto a pagar el precio.
-¿Mi alma?
-No, no, esas cosas vienen de la tradición, carecen de sentido.
-¿Y entonces como podemos arreglar?
-No sé, usted propone y yo dispongo.
-¿Le parece un mouse óptico y cuatro palitos de la selva?
-Ok, hacemos trato. Más se perdió en la guerra.
(La corrupción alcanza niveles insospechados en la burocracia kármica. ¿No te habrán robado tu destino de escritor dándoselo a, por ejemplo, Bucay? Mmmh… Nah, mejor que se lo quede. El tuyo es mejor).

Abrazo grande.
(estoy hecho mierda)

miércoles, noviembre 02, 2005

Chismes de oficina III

Era de noche -tarde- el técnico de soporte se desmenuzaba la cabeza en un intento de revivir una laptop (máquina de producir errores portátil, generalmente asignada a una persona con cargo y sin escrúpulos). Su jefe, taciturno y espectante, lo alentaba con frases como:
-Te jugás el pellejo en ésta.
O:
-¿Qué te espera quién? ¡YO te facilito esa comida de negro cuartusero!
El técnico pensaba que debía agradecer la calidad de hombre que lo dirigía. Probo, de alta alcurnia -por su acento-, rostro bronceado y domicilio norteño (más allá de la general Paz, más acá de Paso del Rey). Un tipo especial, pensaba, que se preocupa por mi* dieta, que se revela ateniense en su gerencia democrática.
Las palabras, los insultos del mandatario salían a borbotones, enturbiando el aire con groserías y ocurrencias que el técnico plagiaría -puteadas innovadoras las de la clase acomodada-. Llegó un punto en que, saturados, los oídos se cerraron y la mente se puso en piloto automático. Su corazón de operativo sometido intentó mantener el bajo perfil.
-Tengo que irme y la computadora todavía no anda. ¿Querés unirte a los piquetes, pibe?
Algo en él se quebró. Años después me diría que se le salió la cadena. Me pareció un buen ejemplo de rebeldía proletaria: rotura de las cadenas de control que nos atan a un puesto, a un patrón, a una silla. Gritó:
-No patroncito, no agarre el látigo.
El jefe se quedó tieso.
-¿Me estás cargando?
Movía el dedito, el índice, como dándose aires. El técnico se puso de pie, dejando sobre el escritorio un bonito mouse inalámbrico. Lo miró a los ojos, miró en derredor y levantó las cejas. No había nadie. Apretó los labios para contener el impulso que le trepaba por la garganta: ¡matalo! ¡matalo!
Finalmenet articuló:
-¿Me decías?
El jefe fue bajando el dedito lentamente, empezaba a comprender que ante la ausencia de reprimendas -reales- el poder se vuelve ilusorio, fútil, insuficiente. El empleado era joven y estaba en buena forma. El viejo miró el piso, casi con vergüenza, se dio vuelta y, mientras volvía a su oficina, habló velozmente:
-Mañana hablamos en recursos humanos.
Al otro día lo despidieron. No tuvo inconvenientes con la indemnización. Vagó sin rumbo de consultora en consultora, consiguió otros trabajos (algunos mejores, otros no). Un día salió de copas con unos compañeros y se encontraron: el viejo ya entrando en la pendiente que rueda hacia el cajón, creyéndose dandy con una pendeja de oficina. Él ni pensó en la mina, se acercó con la sonrisa más grande y, levantando el dedito, dijo:
-Esa noche se te llenó el culo de preguntas, ¿eh? No te preocupes, yo reflexioné sobre el asunto: ¿mirá si te cagaba a trompadas? ¡Me iba a ganar el infierno por un gordo light! No macho, las cosas hay que hacerlas en serio. Salí que nos batimos a escarbadientes.
-¿Qué?
El ex jefe -ahora carapálida- se quedó inmóvil, la minita ahogó un gritito de esos que parecen de estupor, como si alguien le fuese a creer. Él los miró serio, después sonrió.
-El miedo es una constante en el universo ¿eh? si salís, te uso el ojo de aceituna. Ando con ganas de mandarme una picada.
El anciano escapó esquivando mesas, enloquecido. Él se quedó ahí, mirándolo desaparecer entre la gente.
-¿No lo seguiste? -pregunté.
-No, me chamuyé a la minita -contestó.
Nos reímos un rato largo, escupiendo cerveza. Entre risas yo imaginaba la cara de mi jefe cuando le propusiera un duelo de escarbadientes.

(no es tan bueno, tampoco es tan malo)



*desnudo psicológico: odio la autoridad.

Mi diario

Empecé un diario casi por compromiso, quería llevar un recuento de mi vida. Más tarde supe que todo escritor de peso llevaba un diario, empujado por mi esnobismo decidí que debía tener uno. Años y años de lecturas me formaron en la creencia de que para ser escritor se requieren tantas cosas que -desistiendo- ya no me considero tal. Escribo, cosas buenas y malas, tengo mis momentos literarios y ya, el mundo que me sobreviva dirá si la sensibilidad que digo tener en verdad era meritoria.
Copio una parte de mi diario porque sí, aunque prevengo que el delirio se va por las ramas y, a veces, se vuelve incomprensible. No hay más razones: imagino cosas, las escribo y -cuando me da la gana- las subo. Sin más.


(19-08-2005)
Leer y hacer leer es resistir.

No es una frase mía pero expresa propiamente mis convicciones. La sociedad perdió el grado cultural que la caracterizó en la década del cincuenta. Hoy malgastamos papel en publicaciones de escaso valor artístico, periodístico y moral. No es que la moralidad me importe mucho pero ni siquiera nos ocupamos de ella. La necesidad de distracciones de la población impulsa al ciudadano a la ignorancia, la desidia. El mutismo mental gana la batalla mediática: hablamos de culos y tetas, y nada más que culos y tetas. El sometimiento se debe a la comodidad que brinda el sistema: el hombre que no cuestiona el entorno, ausente de sentido crítico, cumple a la perfección el papel de engranaje y el sistema no objetará sus pequeños vicios. Después no se quejen si adolescen de instinto de superación, esa necesidad de realizarse como persona (no hablo de la cosa material muchachos, al menos no sólo de ella).
[Acoto: si firman un pacto con el demonio cuando mueran tienen que entregar el alma. No jodan.
Si bien el concepto de mejora continua es netamente capitalista, referido a la sociedad (general) y al individuo (particular) podría utilizarse como un elemento importante de cambio, de perfeccionamiento social. ¿No suena bonito?
[Acoto: el otro día, leyendo un postulado comunista extraje este fragmento; el hombre debe sacrificarse por los ideales del partido, por la futura sociedad socialista. Cumplir el rol establecido para alcanzar un mundo mejor. ¿Qué diferencia ven con la despersonalización capitalista que convierte al hombre en engranaje, en números?
La globalización nos despersonaliza masificando el hambre y la ignorancia. El comunismo hace lo propio matando la individualidad. ¿Que sería del arte sin el individuo? Sería esa cosa horrible que los rusos pretendían imponer. Tuvieron sus momentos pero el resultado no fue... no estuvo a la altura de los artistas proscritos. ¿Qué es el arte sino una construcción egoísta del individuo artista? ¿O es otra cosa y estoy equivocado, equivocadísimo? Saquemos de lado al mercado y esas creaciones artísticas de pretenciosos que pregonan su condición de artistas. ¿Esto es posible? Bueno, en cierto modo ocurre, debido a la aceptación que tienen sus obras. Forman parte de otro establishment: la transgresión. ¿Se dice así?
[Acoto: tal vez vivan del mundillo esnob o quizá hagan arte de verdad: emoción, técnica y esfuerzo concentrados. El hecho es que me resulta tan hueca esa actitud.
La mano que escribe estas líneas podría considerarse anarquista pero se siente impulsada más bien por el inconformismo. Ayer leía sobre un proyecto social que se creyó posible y ni siquiera a eso puedo darle mi consentimiento. Y yo que lo respeto tanto a Alfredo L., ¿cómo puedo creerlo un viejo loco? La ignorancia hirió de muerte su recuerdo. Quedan cosas rescatables todavía, no considero correcto llamarlas valores. Existen aun: humanidad, emoción, fuerza, amistad, amor y la eterna emancipadora de los hombres, la belleza.
La lectura, como movimiento crítico, como factor de iluminación del hombre, encarna un frente de resistencia en peligro de extinción. Hoy, la moda impone el escondite, la evasión mental hacia ficciones fáciles, ridículas, hasta mal escritas.
[Acoto: como la última frase.
¿Por qué?
Desconozco las razones de la impudicia literaria en que vivimos. No la entiendo ni la comparto. Cuando pibe no había mucha guita en casa, todo lo que leía era de la Biblioteca Popular de La Boca. Nunca me hice socio porque alquilábamos, situación que me resultaba vergonzante vaya uno a saber por qué. Libro que agarraba lo leía en un día o dos. Sí enana, de allí proviene esa avidez de lectura que resaltás en mí. Un libro por semana, a veces menos tiempo. Después llegó la guita, me compré una tabla de surf y salí a recorrer el mundo. Viajé y dije:
-El mundo es mío, es de quienes buscan.
Hoy me siento un imbécil. Siempre fue mío, no había necesidad de viajar para encontrar nada excepto a mí mismo. Me quitaron la soberanía sobre mi vida gracias a mi estrechez mental. La regalé, mejor dicho. Recuperarla fue tan fácil como desearlo de veras. A veces se necesitan emociones fuertes, grandes dolores, para comprender que la vida -esa cosa que fluye por las venas y que tan poco valoramos- merece un destino más alto. La felicidad exige huevos.
[Acoto: ya me fui al carajo.
A veces pienso que la gente debe tener problemas con mi forma de escribir, ¿algún problema con mi soberbia? Ah, mejor, sino lo arreglamos afuera del diario este. Retomando, no intuyo el origen de la mediocridad que corroe la literatura contempóranea. Estimo que se debe a que no se publica todo lo que se escribe pero se vende todo lo que se publica y si uno escribe pensando en vender... Imaginen el resultado: mercado, ventas y éxito. Quedan fuera de la ecuación sensibilidad, perfección y forma.
[Acoto: ¿o escriben para vender? ¡No, por dios!
El resumen literario actual se convierte en una escritura famélica de contenidos, torpe en estilo (como la mía) y masivamente volcada al negocio editorial: si una historia conoce el éxito (que asco!), el autor debe extenderla en el tiempo aun en detrimento de la propia obra. Si uno compara esas obras con los maestros, los tipos que se preocupaban por convertir un escrito en algo monumental, termina por preguntar:
¿Existe el lugar dedicado a la obra de arte o sólo nos resta esperar a las reediciones de los grosos de antaño?

viernes, octubre 28, 2005

Historias (electivas) a pedido.

Alguien me recriminó que -siendo argentino y proclamándome políticamente comprometido- no hice comentarios sobre las últimas elecciones. Podría refutar su crítica con sólidas razones pero desisto, sin ánimo de entrar en polémicas. Lo último que aclaro: lo que sigue fue una deshazón transitoria, una especie de bajón anímico por saberme dentro de un acontecimiento... No importa. Para vos -criticón- que lo pediste. Ahí va tu commentario:

"Desperté a las seis de la mañana, sobresaltado por una pesadilla que olvidé al abrir los ojos.
Voto en la matriz del pato (contando desde mi casa) porque omití hacer el obligado cambio de domicilio. Estimo que no lo hice por temor a ser reclutado como presidente de mesa, no sé. Desperté en una punta de la capital mientras la urna que recibiría mi voto se impacientaba, en oscuridad, en la punta opuesta. No sabía que hacer -tan temprano era- así que opté por tomar mate y escribir algo sobre las elecciones.
Tal vez la pesadilla fue un intento responsable, un pensamiento residual que me daba vueltas por la cabeza: en cuarto grado me enseñaron -cuarto grado, cuando perdí las electivas de presidente del curso- que votar es una fiesta cívica. Uno anda bastante descreido, ¿vio?, porque la fiesta cívica parece elitista (como en la antigua Atenas, no todos tienen ciudadanía ni derechos). La gente empobrece con cada crisis y los dirigentes -eternamente retratados en la tapa de caras- capean temporales sin despeinarse. Y uno se pregunta: ¿cómo puede ser qué, siendo tan hábiles en el ámbito privado, sean tan deficientes en el público? Nunca hallé una respuesta que pueda satisfacerme, ¿usted sí?
Mientras me lavaba los dientes pensaba en mi voto. Como quien dice, fue una decisión de último momento. Sucede que desde hace un tiempo voto a los perdedores; esto es, mi voto es contra tal candidato y -en un intento fútil- voto a quien se le opone. No, si soy una luminaria yo. ¡Puf!
Escribí un boceto tomando mate, una protoversión de lo que estás leyendo. Terminé de desayunar mientras intentaba -en vano- despertar a mi novia. Volví al mate y al escrito, esta vez para leerlo y decidir que el cajón de las letras malogradas sería su destino. Hablar de política argentina es malograr tinta, deprimirse, desilusionarse. Y, muy a mi pesar, sostengo que es la única esperanza que nos queda.
Salí de casa sin éxito, mi novia seguía durmiendo. Fui en busca de un bondi que me llevase hasta el palacio de la democracia. Tiendo a darle ese nombre a las escuelas porque... Es largo de explicar, sintetizando: si la educación funcionara como debe y la sociedad tuviera el compromiso cívico que reivindica y no practica -y en esto me incluyo-, las escuelas serían palacios democráticos.
Estimo que el lector percibe el desgano que adivino en el trazo de mi lapicera. Escribo con lapiceras porque me gusta que la punta se deslice sobre la hoja, mi letra es asquerosa pero así se vuelve -al menos- legible. Tengo la certeza de que no comprometerse en el voto implica un error, especialmente si por otro lado uno se compromete -en verdad- con una posición política, con intentar algo. Resulta ambiguo que sea yo el que escribe esto. Ambiguo y hasta criminal, si se quiere dramatismo.
Termino el relato en el cuarto oscuro, eligiendo una boleta entre miles, preguntándome cómo es posible que haya tantos candidatos y tan pocas propuestas, intentando adivinar de donde sale la guita para las campañas, buscándole un sentido a la candidatura de Faiad y Casán. Volví a casa en bondi, mirando el documento sellado. Algo me rebotaba por dentro, como una sensación de vacío. Pasada media hora en viaje me inundó la angustia, el sinsabor de creerme cerca de perder la esperanza".

miércoles, octubre 26, 2005

Un 25 de octubre de 2005

Requiem por una Crónica.

Se terminó una forma -original- de hacer periodismo: cerró el vespertino de Crónica, hito en la historia gráfica argentina. Capaz que a nadie le importa (o se considera positivo) pero aquellos que prestamos atención a los medios gráficos sentiremos el vacío dejado por el diario que alguna vez publicó el titular: "Hoy no pasó nada".
Dolidos quedamos sin tu característica tipografía, sadismo y color -amarillo-.

"En el caso de un artista, la debilidad es criminal, siempre y cuando paralice la imaginación".
Oscar Wilde.

Metralleta de citas (15)

Llegamos al final de esta metralleta de citas. Hablando el otro día con un amigo llegamos -porque últimamente voy cerrando ciclos- a la conclusión de que soy un tipo muy impulsivo. Espero que disfruten de las citas, traté de elegir las menos quemadas, ‘obtenidas’ a través de mis ojos, extrayéndolas con mis propias manos de libros ajenos, hermosos, míos, tuyos, de ellos. Todo muy artesanal, todo muy... Y sí.

"Esto se canta en do:
los gatos no se coooomen
los gatos son mascoootaas
no se cooooomen
los gatos no se coooomen
los gatos no se coooomen
los gatos son mascooooootas".
Diego Martín Zeballos.
(baluarte en la tribuna de Argentinos Juniors, con acento popular)

Metralleta de citas (14)

"El autor nunca llega a producir más que presunciones de sentido, formas si se quiere, y el mundo es el que las llena".
Roland Barthes.

Metralleta de citas (13)

"Existe también el tipo que cuanto más cae a tierra, y debería pensar sólo en ponerse de pie, más piensa en volar y se exalta. Es ante todo el gusto de los contrastes y la costumbre de contemplarse. Nadie que no tenga el vicio de mirarse a sí mismo como a otro -un importantísimo otro- puede durante el dolor o la preocupación entusiasmarse, por el contrario, en el placer y la libertad".
Cesare Pavese.

Metralleta de citas (12)

"En el apego de un hombre por la vida hay algo más fuerte que todas las miserias del mundo. La condena del cuerpo equivale a la del espíritu y el cuerpo retrocede ante el aniquilamiento. Adquirimos la costumbre de vivir antes que la de pensar. En la carrera que nos precipita cada día un poco más hacia la muerte, el cuerpo mantiene una delantera irreparable. El juego constante consiste en eludir: esperanza de otra vida que hay que ‘merecer’, o engaño de quienes viven no para la vida misma, sino para alguna gran idea que la supera, la sublima, le da un sentido y la traiciona".
Albert Camus.

P.D: pregunta al público, ¿alguien vive sin ideales?

Metralleta de citas (11)

"Vivir en las antípodas significa, pues, reconstruir el instinto, saber hacer de maravilla naturaleza y de naturaleza maravilla, descubrir lo mudadizo que es el mundo, que en la primera mitad sigue ciertas reglas y en la otra leyes opuestas".
Umberto Eco.

Metralleta de citas (10)

"Es, pues, seguramente un gran mal estar en duda; pero es, al menos, un deber indispensable buscar cuando se está en duda; y aquel que no busca es a la vez desgraciado y muy injusto".
Pascal.

Metralleta de citas (9)

"Una vez, de noche, mientras estaba despierto en la cama, comencé a decir versos, versos demasiado bellos y extraños como para que hubiera pensado en escribirlos, versos que a la mañana ya no sabía, pero estaban escondidos dentro de mí como la nuez pesada dentro de una cáscara vieja y frágil".
Herman Hesse.

lunes, octubre 24, 2005

Metralleta de citas (8)

“Las dos formas sociales de error que conspiran contra la verdad son: el tradicionalismo, que es el sistema ideológico de las clases privilegiadas, y la moda, que es el sistema de los que carecen de ideas propias”.
José Ingenieros.

Metralleta de citas (7)

"Cosa rara, la civilización. Promete tanto, y todo lo que da es producción en masa de mercadería vulgar para gente vulgar".
Raymond Chandler.

Metralleta de citas (6)

"Un hombre sin alma es carne animada esperando la corrupción".
Roberto Eco.

Empieza un ciclo.

¡No tenés idea de lo que costó! / ¡Ni te imaginás las boludeces que podemos decir! / ¡Venite! / De última pensamos repartir verdura podrida, para que la gente se exprese, ¿vio? / DOMINGO 13 a las 21 hs / Hip Bar - Hipólito Irigoyen 640 / Capital Federal

Presentación.

Múltiples necesidades de expresión hicieron
verdad este proyecto. Terminamos
armados de valor aceptando la crítica
(intentémosla constructiva), las correcciones
ajenas y la coincidencia de ideas. Ojalá
puedan compartir un rato con nosotros.

Entrada anticipada $2
Hip Bar
Hipólito Irigoyen 640

miércoles, octubre 19, 2005

Metralleta de citas (5)

"La vida es libertad en razón directa de su intensidad".
José Ingenieros.

Metralleta de citas (4)

"Nuestra época es bastante melancólica como para no desconocer que existe algo que se llama responsabilidad y es importante. Y sin embargo, en tanto todos estarían satisfechos de ejercer el mando no hay nadie que consienta en asumir la responsabilidad".
Sören Kierkegaard.

Metralleta de citas (3)

"Más vale plantar árboles que estatuas, que no crecen, ni alimentan, ni dan abrigo".
Constancio Vigil.

Metralleta de citas (2)

"Este camino ya nadie lo recorre salvo el crepúsculo".
Matsuo Basho.

Metralleta de citas (1)

"El hombre es un Dios cuando sueña y no es más que un mendigo cuando piensa".
Hölderlin.

Intuyendo el capital

En un gesto de grandeza me digno a contestarte y vos, nada.
Trato de que despierte tu humanidad y vos, nada.
Me arrodillo reclamando un justo perdón y vos, nada.
Encima te dedico un escrito en el día de la lealtad y vos, nada.

(gentileza de CTI).

¡Radio Dice! II

"(...) y se lo vé feliz con su amor eterno de ahora. Mientras tanto..."
(Una radio porteña, 18-10-2005)

Metralleta de citas (0)

Hace tiempo transcribo frases que leo -y me resultan remarcables- a un cuadernito. Es un receptáculo mierdoso, amarillento, cargado de tintas de color.
El otro día decidí hacer una recopilación para este sitio y, entonces, saliiiiiiiimos (Oscar Ruggeri dixit).

"Puedo ser que la paciencia sea, como decían, la joya del sabio, pero el hambriento no tenía tiempo, no podía, no debía esperar".
Alfredo Palacios.

lunes, octubre 17, 2005

Requiem for a nerd

Estimado (sic) defensor del capitalismo:
Te has quejado sobre la poca capacidad de los comentarios de blogspot (trescientos caracteres), la cuestionable calidad de mis escritos (punto en el que acordamos), los colores del blog, mi supuesto afán socialista (no lo es tanto). Encima criticàs que los post cambien con el tiempo (los corrijo macho, así me encamino en lo que llamás "cultura de alta performance").
Mi respuesta: a vos, supuesto defensor de un sistema tirano al que suscribís por conveniencia; a vos, que sufrís en tu vejiga la opresión de la negligencia ajena; a vos, que liberás en tu orín el dolor de saberte un revolucionario truncado por deseos de éxito e ínfulas de empleado top. A vos te digo: te quiero.
A pesar de nuestras diferencias te creo un adversario leal.

"Nuestro amor convence al enemigo de que seríamos mejor ejemplo vencidos antes que muertos".
(Comentario hecho en una partida de rol, no se vayan por las ramas).
Niño errante dixit.

Hielo sin luz

La quietud de las cuatro de la mañana me funde con la nada: un micro detenido por culpa de su mecánica defectuosa; un abortado viaje de regreso que anticipa tardanzas y dolores de cabeza. Camino a un lado de la ruta, oyendo crujir cada paso sobre el pasto. El micro se yergue como una sombra amenazante aunque lo sé inerte. Te imagino arriba, en el asiento, acurrucada contra un mochilón y bajo algún abrigo.
La luna brilla -alta en el cielo- contemplando tu respiración, tu serenidad. La observo desde el suelo: paraíso helado de queso y distancia, inalcanzable. El canto de la hierba me llega desde el campo, pasando sobre la banquina; oscuro verde que ruge con las caricias de un viento imperceptible. Y pienso en este escrito, hijo de cegueras e inspiraciones, que se reconstruye críptico, entrecortado.
El olor a tierra y humedad resulta inconfundible.
-Va a llover-. Me digo.
Camino lentamente hacia la cola del micro donde dos hombres se afanan en intentos inútiles. No alcanzo a verles el rostro, la oscuridad y la brillantez amarilla convierten la noche en una escena irreal; me transporto a una novela espacial en que los accidentes (o las batallas) desatan alarmas colorinches.
-Está listo, palmó del todo-. Dice uno.
-¿Y cómo hacemos?-. Pregunto.
-Los iremos trasladando a los móviles que tengan lugar. Habrá que esperar-. Dice el otro.
Imbuido de mi estúpida manía pienso que el tipo debía articular una mejor frase, grandilocuente. Un handy despierta a viva voz y me olvido de la escena: tres hombres alumbrados por el amarillo intermitente de las balizas de un micro herido de muerte. Rodeados de nada.
-Viene un móvil con diez lugares-. Dice el del handy.
-Buscate el bolso-. Me dice el otro.
Y salgo corriendo a encontrarte; no podría afirmar si es que deseo escapar de esa inmensidad que me huele a encierro o desespero por volver a verte.

viernes, octubre 14, 2005

¡Radio dice!

"(...) ¿Te caíste? ¿En serio? Bueno, pero gracias a eso estás con la mejor onda, a la moda, re actualizado, si no te hubieses caído..."
(Una radio porteña, viernes 14-10-2005)

jueves, octubre 13, 2005

Estampas geniales

Un groso de la ironía: Groucho Marx.

"Anoche tomé una típica cena exenta de colesterol: calabacín hervido, leche descremeda y gelatin. No creo que me permita vivir más, pero estoy seguro de que la vida me parecerá más larga".
"Nunca he podido comprender por qué los corredores de cien metros llanos tienen tanta prisa por llegar a la meta. Si se quedaran en la línea de salida no terminarían sudando y cansados en la otra punta. Pero en la vida hay muchas cosas que parecen la carrera de cien metros llanos".
"El hombre de las cavernas dejó de andar en cuatro patas al descubrir que, quien anda sólo con los pies, necesita únicamente un par de zapatos. De modo que el genio primitivo que descubrió a la mujer inventó también la economía, secuencia lógica y necesaria en aquellos tiempos remotos, como en la actualidad". / (Corolario de niño errante: sin economía no hay feminidad posible).
"No hablaremos mucho de la era glacial (entre los cuarenta y cinco y los setenta para la gente de origen latino), de la que se ha dicho erróneamente que fue un período de frigidez".
"(Al camarero de un restaurante) Hoy no tengo tiempo para almorzar. Traiga la cuenta".
"Yo encuentro la televisión bastante educativa. Cuando alguien la enciende en casa, me marcho a otra habitación y leo un buen libro".

miércoles, octubre 12, 2005

Profeta lisonjero

(Historia tristemente verídica)

Andaba recitando amores como listas de supermercado. Apuntándole su voluptuosidad a cuanta mina le andaba cerca. Nunca dio en el blanco. Un día se despachó homosexual para probar mejor suerte. No hubo caso, entre la gordura y la brutalidad de sus modos anduvo más solitario que Sansón en el día del arquitecto.
-¿Qué hacer?- Se preguntó frente al espejo.
-Hay otro camino, un tercero.- Le dijo su reflejo.
Y ahí lo tenés, ahora recita sermones en una iglesia cruza entre polirrubro y feria jipi: aceites, tobilleras, lamparitas, agua, pulseritas, banderas y hasta un sendero de la luz. Todo tiene su precio etiquetado. De culear ni medio pero se lo ve (aparentemente) feliz en las medianoches discursivas donde pretende articular un complicado portuñol.

(Cedido cordialmente por el terrorista literario)

martes, octubre 04, 2005

Momentos impresos

Recuerdo mi primera ola; la estrepitosa caída, la frustración, el miedo. La recuerdo como una introducción a mi descubrimiento surfístico: me reconocí parte del pueblo del mar, esos desquiciados vagabundos que recorren el mundo en busca de emociones que reclaman vidas.
Mis experiencias junto al mar ocupan años y años, e inspiraron páginas de una novela trunca que -como viene la cosa- verá la luz en breve. No tiene sentido extenderse explicando cómo se ve al mundo desde la retaguardia de la rompiente: a través de un vidrio empañado por espuma, convencido de la importancia de mis huevos, enamorado de las tempestades y temeroso de su violencia.
Hace mucho corrimos en una tormenta, tenía tanta fuerza que derrumbó el muelle de Santa Teresita. Aquel día descubrimos algo nuevo: las olas llegaban rugiendo, con nubes de espuma en las que se escondían paredes cristalinas. Recuerdo que una me levantó dejándome ver un horizonte repleto de crestas, oí que alguien decía:
- Allá vienen los hijos del viento.
Y no parecía mentira.
Ella me acompañó ese día, a pesar de las caídas y los golpes se las arregló para llevarme hasta la playa. Hoy descansa en un rincón de mi casa, mostrando orgullosamente sus heridas, como si le dijese a quien la ve que sacrificó el cuerpo por su jinete. Justo en el medio se asoma su alma, tímidamente, rodeada de hebras de carbono.


Línea de madera balsa,
Delicada alma vegetal
Llena tu cuerpo de templanza.
Oda a la experiencia surfística

Un envión sorpresivo,
Ingravidez que precede a la oscuridad.
Luego llegó el vacío,
La espuma y la sal del mar.

lunes, octubre 03, 2005

Imposiciones.

"Allí donde el hombre se presenta como único dueño del mundo y propietario de él mismo, no existe justicia. Es el reino de la arbitrariedad del poder y de los intereses".
La cita es de Benedicto XVI, el nuevo Papa. Es extraño que se hable de la arbitrariedad del poder laico cuando lo que se busca es la imposición de valores religiosos. Suena como una interesante paradoja: en mi ateísmo me considero dueño de mí mismo, ¿acaso es deber de nuestro Dios misericordioso imponerme la creencia de qué no me pertenezco? ¿y lo llamaríamos justicia? Me cuesta creer en la iglesia, mucho más de lo que me costaría creer en una potencia ultraterrena -esto es, la iglesia a veces resulta mucho más incongruente que una zarza flamígera-.
Benedicto parece olvidar el tema del libre albedrío, lo que me hace intuir que el problema es estrictamente político-monetario, desechando conflictos morales.
"La tolerancia, que considera a Dios algo privado y que lo excluye de la vida pública, de la realidad del mundo y de nuestra vida, no es tolerancia, sino hipocresía".
El Sumo Pontífice sigue avivando hogueras de violencia al mismo tiempo que sostiene los evangelios del perdón (otra paradoja). Me parece mucho más hipócrita hablar de perdón y misericordia mientras inflamamos odios y diferencias. Si alguien quiere hacer pública su fe en Dios nadie puede oponérsele, al menos yo no lo haría -me parece una pérdida de tiempo intentar convencer a un fanático-. Distinto es prohibir las manifestaciones religiosas, cosa que no comparto porque me enervan las tiranías (aunque fuese una utopía racional). Dios se aleja del mundo y de la gente por obra y gracia de la Iglesia, de los hombres que la componen; cada día se evidencia más la corrupta política que la domina -como toda institución de poder compone un establishment que busca subsistir-, la sociedad (al menos en Argentina) exige un profunda autocrítica, especialmente con temas candentes como el apoyo de la represión ilegal, los abusos sexuales, el apoyo a políticas de vaciamento durante la década del 90, etc. Pero claro, alguien sostendrá que estas escuetas palabras me las dicta el demonio.
«Si no te arrepientes, vendré y te quitaré el candelabro».
Esta es una cita que hace Benedicto de una supuesta frase dedicada a la iglesia de Éfeso. Ojalá viniese Dios a sacarnos el candelabro en vez de nuestro libre pensamiento. Me gusta ser dueño de la libertad para decidir si quiero ser católico, agnóstico, judío o musulmán (entre tantas otras opciones). Imponerme una creencia -aunque fuese en los actos de estado- suena a discurso bárbaro y radicalizado, digno de la intolerancia que viene dominando la cúpula de la Iglesia desde hace años, cúpula que no hace más que defender sus intereses dejando de lado a feligreses, creyentes y desesperados.
Y después hablan en discursos eternos reunidos en concilios opulentos: hablan de misericordia, miseria y dolor; se llenan la boca de una supuesta fe que abandonaron hace tiempo, como a los indigentes que dicen defender.
¡Qué venga Dios y me saque el candelabro! Prefiero mantener mi tolerancia, mi libre pensamiento antes que conservar una reliquia, un símbolo humano que pretenden conservar otros hombres para los que nunca tuvo mayor sentido que el control de multitudes.

"En las grandes teogonías politeístas todo lo humanizado se fue idealizando; los hombres agregaron o suprimieron atributos a sus dioses, de acuerdo a costumbres, intereses e ideas que se transformaban sin cesar".
El tratado del amor, José Ingenieros.
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