martes, febrero 28, 2006

Jerga imposible.

(desde el arcón, me vino una imagen)
El más chico mira hacia el mar, remando con impaciencia. Una cresta se yergue como una pared cristalina. Mira a su compañero, que viene un poco más atrás.
-Entrá un olón, brother.
El más viejo sabe que se acercan a la última rompiente. Tienen que dejar pasar la primera de la serie e intentar cruzar esa línea invisible donde las olas deciden morir antes de que llegue la última, la más grande. Si se apuran corren el riesgo de quedar en medio.
-Waitala que viene con arrastre, cuando se empiece a doblar la filtramos.
El chico acelera el ritmo, no quiere que la espuma lo empuje hasta el fondo. Sin girar la cabeza, responde:
-Está re chupada, la puta madre.

Memoria antigua.

El baño de mi casa está decorado con fotos de Fernando de Noronha.
Cuando el tiempo era joven unos amigos, sin saberlo, fueron a morir allí. Fundieron sus cuerpos entre el mar y el olvido.
Resurgió el tema hace unos días, cuando leíamos una nota de aquel paraíso. Mi novia -autora de la exposición fotográfica del baño- se amargó creyendo que me apenaban esas fotos.
El recuerdo de una juventud extrema me trae el sabor de la memoria, sabor a sal y algas que la realidad intenta aplacar. Es mi única posibilidad para volver al mundo de los vivos; evocando la imagen de los desheredados, los muertos. Hoy, más que nunca, necesito su memoria y su fuerza.
Explotan los sueños, plagados de recuerdos y sentimientos viejos, humanos, eternos.
No me apena. Me enorgullece saberme allí, detenido el tiempo en un instante mágico, donde una autopista cristalina giraba sobre sí misma.
Sentirme lejos.
Cayendo.
Por siempre vivo en mi audacia suicida.
Esas fotos no me apenan, me reviven.


"La certeza del conflicto entre el mar y yo no me ilusiona ni me alegra. Existe como una certeza que me motiva a remar con más fuerza, buscándome en cada ola, perdiéndome en la caída.
Salgo a la superficie y recuerdo el inicio del conflicto: no soy más que un diminuto punto negro en la superficie del mar. Un anónimo punto, olvidable. Y sin embargo creo ser tantas cosas."
Perú, 13-01-1999

Mi diario III

06-02-2006
Saltar sobre el fuego no implica -siempre- un sacrificio. Las llamaradas arden en cuerpos inflamables y gracias al amianto -o la convicción- podemos librarnos de la quemazón.

lunes, febrero 27, 2006

La re-vuelta.

Estaba helándome en el agua pero la vi. Entraba desde el fondo, vomitando espuma. Giré la tabla y empecé a remar, largas brazadas. Llegó el borde y me levantó muy alto dejándome caer por el labio de la ola. Me paré y casi patino, pero todavía llevo ese viejo equilibrio. Entonces la surfié.
Sí, todavía estoy vivo y a pesar de tanto tiempo, todavía puedo volver.

viernes, febrero 10, 2006

Rolling

Hoy empiezo mis vacaciones.
Sí, de enserio.

Habra mucha agua entre mi mente y el tedio.
Mucha agua, posta-posta.

Por mi salud mental cerraré el quinchito hasta fines de febrero.
Diviértanse de mientras.

jueves, febrero 09, 2006

Metralleta de citas (21)

Volví detrás del escritorio y me derrumbé en el sillón. Al cabo de un rato el teléfono volvió a sonar, por supuesto. Al cuarto timbrazo apoyé la cabeza en una mano, tomé el tubo y me lo llevé a la cara.
-Servicios fúnebres El Último Consuelo -dije.
Una voz femenina tartamudeó:
-¿Qué-é? -y estalló en una carcajada. Era un chiste habitual entre la policía en 1921. Qué ingenio. Afilado como el pico de un ruiseñor. Apagué las luces y me fui a casa.
Raymond Chandler, La hermana menor.

¿?

Tal vez la soledad sea el motor de la escritura. Tal vez no. Pienso en el miedo que me causa la oscuridad cuando estoy escribiendo y lo único que escucho es el ruido de la birome sobre el papel. Pienso en el miedo como si fuese una certeza horrible, un anticipo de que la noche será larga y terminaré perdido en laberintos de imaginación y distancia. Tal vez la soledad es el disparador de la escritura, el resto me lo dicta la noche.
Ayer (¿o debería decir hoy?), 01:36 hs.

Metralleta de citas (20)

Hay días así. Todo tipo con el que uno se encuentra es un fracasado. Uno empieza a mirarse al espejo y a dudar.
Raymond Chandler, la hermana menor.

lunes, febrero 06, 2006

¿pensaré en universe o en DBx?

>>login imaginación niño errante...
> >
>Te juro -como que me dicen cucho- que
>si me sale vivir acá,
>en las alturas,
>te juro,
>si me sale
>tiro la cacona
>pa' trás,
>tooooda la cacona.
>Me escaparé de esta ciudad europeísta
>con ínfulas de latin-cachavacha,
>con su veranos agobiantes y su conga-transit-tatú-carreta,
>con sus deseos de british-island
>-pa' flotar hasta Inglaterra-.
>Sí,
>si sale el transfer mi lápida dirá:
>este fiambre era un fenómeno que se cagó en la leche.
> >
> >
>>
>> logoff...

Capilla's blues

Estuve un par de horas, con un calor de mierda y nubes bajas. Lo supe en un instante. Miré al Uritorco y allí estaban, humedad y asfixia.

jueves, febrero 02, 2006

Servilletas que se escriben solas IV

Argentinidad: (ficción) 1 Aplicado a quien parece excesivamente genial. 2 Cualidad para el saber. 2(bis) Carencia de habilidades concretas. 3 Cuando se incuba tristeza. 4 Don de la charlatanería y las artes manuales. 5 Saltinbanqui, ladrón, chanta, etc (tiende a infinito). 6 Tenue nacionalidad que se adjudica a cierta tribu de hispanoparlantes habitantes del culo del mundo, en su extraña religión onanística practican el culto a ellos mismos, también, convencidos de su don divino reiteran fórmulas políticas equivocadas para -según ellos- demostrar su esencia falible. 7 Delirio, fiebre.
Diciembre 16, 2002, 3 hs - En algún lugar de mi escritorio.

Servilletas que se escriben solas III

Resistir los empujones de la vida es el oficio principal de todo buen argentino.
Agosto 13, 2004, 10:30 hs - Bar Dios los cría (actualmente La Yeta del Sapito).

Metralleta de citas (19)

-Gobierna tu bote. Todavía puedes tener mucha suerte. Me gustaría comprar alguna si la vendieran en alguna parte.
Ernest Hemingway, el viejo y el mar.

Metralleta de citas (18)

-Pero el hombre no está hecho para la derrota -dijo-. Un hombre puede ser destruido pero no derrotado.
Ernest Hemingway, el viejo y el mar.

miércoles, febrero 01, 2006

Descomprimiendo II

Desde el parqué observo la sombra luminosa de una vela jugando con el techo, suena el cannon de Pachelbel.
Recuerdo haber criticado la fugacidad contemporánea en algún momento, ¿hoy tal vez?
Al final de la segunda botella el presente se enturbia y el único testigo es el rojo traslúcido, su aroma y el sabor del olvido.
La difusa luz borronea una sombra -mi enana- que acaba de bañarse.
Vuelvo al recuerdo de la fugacidad que adivino en el paso del tiempo, este instante irrepetible.
Es el misterio de la humanidad: transcurrir la vida encontrando el cómo que devela parte del secreto.


-Disculpame, ¿por casualidad tenés hora?
-¡Ojalá! Sólo tengo años, muchos, cada vez menos llevaderos.
Niño errrante, respuestas estúpidas a preguntas frecuentes.
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