Estaba saboreando un mate recién cebado, con espumita y sabor fuerte. No era el primero, que viene amargado y con sotrozo de yerba. Ni el segundo, que es como el primero pero sin elementos sólidos.
El calorcito del sol entraba por la ventana, mientras yo escribía en un cuadernito las giladas que se me iban ocurriendo. Eran imágenes simples, sacadas de la vida cotidiana, tontas si se quiere. Entre tantas, se me presentó una más grasosa y nítida que las demás: la de uno de esos churros que me zampaba en la playa. Estaban como embarazados por un dulce de leche espeso. Bien anti-hepáticos.
Entonces grité el título de este post, y salí para la panadería 5' antes del granizo.
2 comentarios:
jajajja me encantó el grito! siempre hay que buscar el placer y correr el riezgo que el granizo te enganche.
Saludos desde Mundo Aquilante!
Malditas pelotitas. Gracias por la visita.
Cordialmente,
Yo.
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