Podría decir que lamento todos los errores que cometí el año pasado. También, podría decir que estaba muy perdido y que eso me hizo equivocar la senda.
Eso sería fácil, pero no sería verdad.
Yo elegí el camino más largo y pedregoso. Ése fue mi error. Pero también mi acierto.
No puedo dejar de ser sincero: No quise, ni quiero, ni querré que otros paguen el precio de mi felicidad. Pero fue así, otros pusieron la libra de carne en mi lugar. Reconozco que me equivoqué y que con mis errores lastimé a muchas personas, tristemente debo decirlo en plural aunque una singularidad tampoco eliminaría la tristeza de tal verdad. Lastimé a personas que vieron en mí al que soy pero no al que era entonces.
No quise lastimarlos. Nunca lo hubiese querido.
No voy a pedirles perdón porque, como dije antes, no soy políticamente correcto. Quizá lo mejor hubiese sido que no me encontraran en aquellos tiempos porque, irremediablemente, estaríamos hablando de esto que hablamos hoy.
Aquello sucedió y la responsabilidad es mía. La acepto, como también acepto que la suma de todos mis errores me llevó a un gran cierto: enfrentar mi soledad antes de conocer a alguien. Alguien que finalmente conocí.
Y debo decir que sólo de eso, hoy, me siento orgulloso.
4 comentarios:
Salud, entonces.
Salus, y mucha bebida!
Cordialmente,
Yo.
Amen!
Y con tu espíritu.
Cordialmente,
Yo.
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