Empiezan días más largos, más vívidos. Como siempre, el hombre se replantea la existencia al llegar la fecha en que se rememora su nacimiento. El balance no es -aún-, perturbador: no hice lo que quise pero soy lo que deseo.
¡Parece un tonto trabalenguas!
Tal vez lo sea, tal vez soy un idiot savant. No hay en mi mente, ahora, cosa más ambigua que un genio idiota. Me considero un personaje contradictorio: simple en la superficie; oculto un rostro que guardo para mis deseos, un secreto que no libero por miedo al oprobio. La inseguridad me obliga a expresarme usando como medio la máscara masiva de la red. La inmensidad de una nada que me confunde con millones de voces, con infinidad de mensajes.
Los sueños persisten, en la pluma, en la locura, en las ganas de escribir. De ellos alimento mis escritos, mis delirios. Sigo ocultándome detrás de postulados incomprensibles, de telones mentales que me defienden de la otredad. No importa la incomprensión, la extrañeza, aún estoy tras la estela de la forma y del contenido. Cuando la búsqueda llegue a su fin será momento, entonces mostraré al mundo -me mostraré-. Sin caretas ni mensajes cifrados sólo resta mi verdad.
"... saboreaba las bellezas de la noche, cuando parece que todo descansa, las estrellas se mueven más silenciosamente que el sol; y nos sentimos movidos a creer que somos la única persona en toda la naturaleza absorta en soñar."
Umberto Eco, La isla del día de antes.
1 comentario:
"...lo fabuloso de la contradicción es haber dicho algo alguna vez..."
niñoespina dixit
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