Dicen Los Violadores que del rebaño no soy yo. Dicen también que combatiremos siempre, no entiendo bien cómo ni contra quién pero, pero, pero, pero, concuerdo en que siempre estaremos para dar una batalla más. Y que les daremos, sean quienes sean, combate hasta el fin. Y como que sí, como que siempre fui medio guerrerito y la combatí bajo un sol feliz.
Vos bien lo dijiste, como dijeron los de Árbol, no soy un esqueleto que se ríe de lejos, mané, ni una cosa acuosa con cabeza venenosa. A lo sumo soy una fakin cosa, bastante fakin, que anduvo enterrando fantasmas en el mar y a la que un montón de pescaditos se le acostaron en la lengua.
Entonces mi vida, gordita o flaca como las olas de Valeria, me gusta igual aunque esté enojada por lo que pasó, con o sin maquillar, en pijama, calzoncillos u overall.
Y ahora floto en el aire, desde el domingo, cuando mi cabeza explotó. Y veo. Y vuelo. Y estoy alto, muy alto, y sé que nadie me puede bajar. Porque ahora que floto y no siento lo que toco y nadie me ve pasar, voy a aprovechar para volver a soñar.
Igual, vos sabés, hay que andar precavido mané, no sea cosa...
2 comentarios:
Subo al árbol lo más alto que puedo, no para ver más, subo para dejar el suelo, para verlo.
Eso, dijo. Y sigue.
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