Un buen estratega sabe que más allá de sus narices el mundo sigue funcionando, dijo la Gorodischer. Lo leí y lo negué de toque porque no soy estratega; apenas un peón me siento, hoy por lo menos, un peoncito de nada de los que se sacrifican para morfar una torre. Porque, también, cómo dijo Pessoa, he vivido, estudiado, amado, y hasta creído, y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Y sin embargo, aparte de todo eso, llevo en mí todos los sueños del mundo.
2 comentarios:
Definitivamente, me gusta tu forma de expresarTE.
¿Usted dice? Últimamente me ando piqueteando la escritura...
Cordialmente,
Yo.
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