viernes, noviembre 25, 2005

Mañanas solemnes

Desperté sobresaltado. En algún lugar de la casa sonaba el celular-despertador-grillete. Tener un celular en mi oficio es aceptar la esclavitud. Desperté sobresaltado a otro día de rutina. Me aarancaron de un sueño bonito, esos que disparan pensamientos, anulan dudas y abren puertas. A mi lado, la enana desperezándose. [¿Se dirá así?] Nos arreglamos y salimos, un poco tarde, con lentes oscuros protegiéndonos de miradas ajenas.
Cada mañana oculto mis ojos, tal vez sea vergüenza, cansancio o simple moda.
No lo sé.

"Y aquí estoy, hablando de técnica a los dos cuarenta de la mañana, aunque siempre he sostenido que cuando uno comienza a hablar de técnica es porque ha perdido el talento".
Raymond Chandler.

2 comentarios:

Polonia dijo...

es que los ojos son dispositivos delicados.
no se los puede exponer así como así apenas levantado de la cama, porque aún están empapados de las imágenes del sueño.

Unknown dijo...

cronopio: es verdad, la delicadeza de la mirada soñada es la que, sostengo, me permite seguir creyendo en el mañana.
Cordialmente,
Yo.

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