Bajó la pelota, creyó que bajándola al ras del piso su jugada tendría más etiqueta. Fue criado en la autoridad del juego terrestre, la gambeta, el toque, los lujos. El cerebro se le atrofió viendo intentos sin campeonatos, excelentes jugadores y ninguna conquista. Escuchaba viejas palabras que hablaban de belleza y diversión, placer al obrar. Aunque los resultados no acompañasen el esfuerzo.
Bajó la pelota y encaró al defensor. La pierna derecha pasó por arriba del balón sin tocarlo. Torció la cintura hacia la izquierda: un amague, un segundo aprovechado en tirarla larga. Ya no soy rápido, pensó. Pero el verdadero fútbol, el que le enseñó su abuelo, no guarda relación con velocidades, vértigos o estrategias; es corazón y magia: gambeta.
Intuyó que los del banco se paraban, ansiosos. Vio pasar la línea del área grande bajo sus pies, vio a un compañero pidiéndosela atrás de la defensa. También vio el arco, un arquero mal parado y la red. La pisó una vez, dos, tres, rodeado de rivales, esquivándolos. Hubo fortuna y algo de memoria en la jugada, hubo un rebote afortunado y una patada artera. Cayó justo cuando iba a patear. Los gritos se confundieron: los del banco reclamaron, los rivales también. Él se quedó sentado, acomodándose las canilleras y las medias. Se acordó de su abuelo, el amor por la redonda y sus ganas de hacer un gol, como en aquellos potreros olvidados por el tiempo donde hoy se alzan bonitos comercios.
Se puso de pie y recibió, sonriente, la amonestación. La próxima, pensó, te rompo el arco. No tuvo otra oportunidad, el partido terminó con esa sensación cercana al gol: el uh, distancia infinitesimal a la gloria.
"-Pero al final, ¿no están cansados de hablar para no decir nada?
-Nunca lo suficiente como para callarnos, y siempre demasiado como para decir algo.
-¿Está por encima de sus fuerzas actuar como si debieran guardar silencio para siempre?".
Louis-René des Forêts.
4 comentarios:
Si me dieran a elegir (y esto es pura masturbación mental, porque la elección no existe, o por lo menos nadie sabe dónde se vota), te cambio un buen "¡uuuuh!" por tres o cuatro goles feos, de ésos en que se le pega de puntín y rebota en cinco piernas antes de entrar.
A.E: ¡jajaja!, el resultadismo está matando al fobal che, no hay caso. No importa, todavía quedamos algunos.
su altergo: una gambeta es algo que se ve poco en primera. Es un regate, una finta, una eludición. La última palabra, de no existir, la inventé.
Cordialmente,
Yo.
Mira si serás...escribiendo, que hasta tus "gambetas" parecen posibles.
niñoespina: recuerdo esos campeonatos donde nuestras gambetas fueron posibles. Y mi morfonidad también.
Cordialmente,
Yo.
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