Me vestí y salí pa'l trabajo, medio apurado.
En la esquina de casa doblé rápido y choqué a otro peatón. Era un chaval al que se le notaban ganas de puñetazos
Me putió. Le pedí disculpas. Me volvió a putiar.
Entonces le sonreí y seguí caminando.
-No te calentés, pibe -le dije sin detenerme-. Además, arrancar la mañana a trompicones es de giles o borrachos.
Él también sonrió, me hizo fakiu y se fue sin mirar atrás.
Un sitio de sueños y giladas varias. Se dijo que también había literatura pero de tan dudosa calidad que -ahora- preferimos omitirla.
miércoles, diciembre 14, 2011
jueves, diciembre 01, 2011
Nakín de los búhos
Comprendió que en la línea recta se fatigaba la memoria. Porque la memoria sólo perdura si se reinventa.
Liliana Bodoc.
Y por eso voy a recordarnos en nuevas historias viejas. Para que volvamos a encontrarnos con diferentes nombres, hasta el fin de la eternidad.
Liliana Bodoc.
Y por eso voy a recordarnos en nuevas historias viejas. Para que volvamos a encontrarnos con diferentes nombres, hasta el fin de la eternidad.
martes, noviembre 29, 2011
Desespero (de entre el asfalto)
Observo la gota entre mis dedos. Es un diminuto prisma, apenas caliente. Una porción del sudor que resbalaba por mi espalda. Y que hace un instante me abría en canal, como una hoja afilada, ardiente.
La apreto, a la gota, entre la punta de mis dedos, como si quisiese aplastar al calor, así de fácil. Pero antes de que termine con ésta, antes de que se evapore, caiga al suelo o vuelva a colarse entre mis poros, una nueva línea de fuego me recorre la espalda.
Y entonces vuelvo a sentir ese calor que anticipa, siempre, la vergüenza de saberme pegoteado a mi camisa.
La apreto, a la gota, entre la punta de mis dedos, como si quisiese aplastar al calor, así de fácil. Pero antes de que termine con ésta, antes de que se evapore, caiga al suelo o vuelva a colarse entre mis poros, una nueva línea de fuego me recorre la espalda.
Y entonces vuelvo a sentir ese calor que anticipa, siempre, la vergüenza de saberme pegoteado a mi camisa.
miércoles, noviembre 23, 2011
Mañanas de terror
Descubrir que no te queda ropa interior limpia, después de terminar de planchar las camisas del trabajo, es digno de una película de Hitchcock
viernes, noviembre 18, 2011
Embroncado
Ando caliente por descubrirme profeta: cuando afirmé que nos iban a romper el tujes con lo de internet, muchos se me cagaron de risa. Ahora resulta que lloramos todos juntos.
Me chache en dié'...
Me chache en dié'...
lunes, noviembre 14, 2011
De graneros, pajonales y otras alfalfas
Tengo varias excusas pa' explicar mi ausencia, pero la que tiene más contundencia se relaciona con la pajerización de mis manos.
Creo que en determinados momentos de la vida, uno debe sacarse el gorro, estrujarlo entre las manos, agachar la cabeza y decir: soy un pajero.
Creo que en determinados momentos de la vida, uno debe sacarse el gorro, estrujarlo entre las manos, agachar la cabeza y decir: soy un pajero.
lunes, agosto 22, 2011
viernes, agosto 19, 2011
Mi reino por un churro relleno (o de como fui ametrallado por el deseo)
Estaba saboreando un mate recién cebado, con espumita y sabor fuerte. No era el primero, que viene amargado y con sotrozo de yerba. Ni el segundo, que es como el primero pero sin elementos sólidos.
El calorcito del sol entraba por la ventana, mientras yo escribía en un cuadernito las giladas que se me iban ocurriendo. Eran imágenes simples, sacadas de la vida cotidiana, tontas si se quiere. Entre tantas, se me presentó una más grasosa y nítida que las demás: la de uno de esos churros que me zampaba en la playa. Estaban como embarazados por un dulce de leche espeso. Bien anti-hepáticos.
Entonces grité el título de este post, y salí para la panadería 5' antes del granizo.
El calorcito del sol entraba por la ventana, mientras yo escribía en un cuadernito las giladas que se me iban ocurriendo. Eran imágenes simples, sacadas de la vida cotidiana, tontas si se quiere. Entre tantas, se me presentó una más grasosa y nítida que las demás: la de uno de esos churros que me zampaba en la playa. Estaban como embarazados por un dulce de leche espeso. Bien anti-hepáticos.
Entonces grité el título de este post, y salí para la panadería 5' antes del granizo.
jueves, agosto 18, 2011
Palabras que atrasan (I)
El otro día abordo el bondi, sin monedas. Y mientras trato de enfocarle la SUBE (tarjeta) a la maquinita, el bondisero pega tal frenada que casi me saca por el parabrisas.
Naturalmente se me escapa un:
-¡Recórcholis!
Y una vieja que va en la primera fila de asientos se me ríe, tapándose la boca con la punta de los dedos, mientras sube y baja los hombros.
Me siento un pelotudo.
Naturalmente se me escapa un:
-¡Recórcholis!
Y una vieja que va en la primera fila de asientos se me ríe, tapándose la boca con la punta de los dedos, mientras sube y baja los hombros.
Me siento un pelotudo.
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