Venía mirando la ciudad por la ventanuca de un taxi: los peatones con sus paraguas, los cordones manchados de agua marrón, las caripelas de repodridos.
La verdad que la lluvia no enlinda Buenos Aires, sino que la llena de un aire tristón, hasta diría pedorro, como de una sensación de resignación y abandono, muy bajativa.
Decí que los pajarracos hemos levantado vuelo, querido, que si no... mirá... no sé... abríamos la ventanuca, choreábamos un paraguas y nos lo metíamos en el orto, sin cerrarlo.
3 comentarios:
Para nada la enlinda.
Coincido con vos, la entristece, la nubla, la empaña...
un saludo,
V
Decí que estaba de buen humor (muy)sino terminaba tan caradeculo como todos, como todos. TODOSSS.
V: La empaña, es la palabra correcta.
Limín: dichosa usted, que andaba bien. Que viajar en tren jue una verdadera experiencia.
Cordialmente,
Yo.
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