Calor demoníaco este, que me obliga a larvar sobre la cama como un gusano de sábanas.
Uno se vuelve adicto al sueño y le da como loco a la siesta.
Y pasa el tiempo, enloquecido también, como el conejo demente de la nueva Fierro al que le atrasa el reloj.
2 comentarios:
Qué agradables esas siestas de verano, dónde todo es pegote.
Y esperá a tener tu cachorro.
Oh, mi cachorro y yo, disfrutando del AA. Mientras tú te fundes en Pueyrredón.
Cordialmente,
Yo.
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