La lluvia cae en gotas. Y la miro caer. Descubro en ella -en la lluvia que es gotas- un reflejo cristalino, casi puro. Me veo a mí mismo goteando a través de la lluvia y sueño con espejos pequeños donde miraré la diminuta forma de mi alma. Pero no son espejos sino gotas cristalinas que componen la lluvia, deslizándose por el paraguas y cayendo, inevitablemente, a un charco.
Ese algo, como una sensación resbalosa compartiendo un destino de barro, es mi ánimo de los días lluviosos.
6 comentarios:
a mi me pasa, que cuando llueve, me vuelvo lluvia, y es una sensacion rara, siento que cada vez que llueve, estoy naciendo.
Let it be...
o
Déjese fluir
Aaah, ¿cómo no sentirse revitalizado frente a la lluvia, aunque sea ácida?
Fluyo, navego cual barquito de papel por el cordón de una infancia que no se quiere olvidar. Sí.
Cordialmente,
Yo.
lo mejor de la lluvia es que la ciudad es MIA
ok....sone como el loco de cinema paradisso ("la piazza e mia, la piazza e mia")
bueno, hay grandes hitos literarios sobre la propiedad: gollum, ricardo III, el fantasma de cumbres borrascosas, etc.
Usted no está loca, a lo sumo, tocadita.
Cordialmente,Yo.
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