-Nunca sabés qué hay abajo de lo que te hace seguir -dijo.
No me lo puse a pensar entonces, parecía una de esas boludeces que alguien dice para sentirse inteligente. Me acuerdo que nos dimos un abrazo antes de que se subiera al avión y se fuera. Pero, mirá vos, hace unos días escuché una canción que hablaba de eso y me acordé. Y entendí.
Lástima que pasaron como 12 años.
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