-Jue perra, como cuesta esta mierda.
Me dijo el espejo el otro día, bah, ayer, mientras me afeitaba; lo decía porque le costaba devolver mi reflejo entre tanto baño empañado pero yo, egoísta al mango, me apropié de sus dichos y los apliqué, o debería decir aplico, a mi larvar cotidiano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario