Dos velas atestiguan el cambio de década. Quizá sea vean borrosas por mi enchotamiento o el pésimo sensor de mi nuevo celular.
Llegué a treinta en medio de un festejo plagado de gritos y borrachos, con más ganas de dormir que de arrancar pa' perderse en la noche. Y está bien, ahora somos discutidores de sillón, que engordan sus fundamentos libro tras libro, después de, años atrás, haber enflaquecido por resacas y moretones en la cara.
Los tiempos cambian y, por suerte o desgracia, nosotros también cambiamos con ellos.
2 comentarios:
¡Albricias! Y que la nueva década que arranca venga con fortuna, salud y nuevas habilidades en el Fútbol 5.
Oh, AE, muchas gracias. Cambiamos la gambeta por la garra, igual empiezan con G.
Cordialmente,
Yo.
Publicar un comentario