El tipo quiso ganársela diciendo muchas boludeces. Y la mina, yo la veía de perfil, empezó a mirar a los costados buscando algún salvavidas pero, con tanta mala suerte, que no encontró ningún bañero en ese bar.
A mí me dio gracia, al tipo miedo. Y parece que con el miedo le entraron ganas de pishar porque al rato salió disparando al baño.
Fue muy graciosa la cara que puso al volver y descubrir la mesa vacía. Ella había salido pitando ni bien se cerró la puerta del tualét.
moraleja: si ven zozobrar el galeón, preferible es retirarse antes de hacer el ridículo. Todos sabemos que del ridículo, como del cementerio, no se vuelve.
4 comentarios:
Me recordó una vez que presenciaba una situación similar, el chamuyo era taaaaan flojo que yo murmuraba piba rajá que estás a tiempo
saludos y que le sea leve el regreso!
Esa era la sensación: (onda telepática) huye niña, huye!(/onda telepática)
Parece que hubo conexión y ella recibió el mensaje.
Le agradezco la guena onda.
Cordialmente,
Yo.
Jua. Comico. volveré a ver que escribe...
¿Qué pitaba la mina?
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