lunes, enero 02, 2006

Mcdonalización

Fin de año convulsionado: fechas de cierre, siniestros colosales, el pago de la deuda externa, empleados que se rajan y amontonan gato tras gato en sus cajones. Cualquier suceso genera comentarios en los que se deja pasar el tiempo junto a las máquinas de café. Ellos se van -los empleados- escapando de la urbe incendiada por el verano, ¿y nosotros? Debería aclarar que soy empleado de una empresa de seguros, una multinacional. Debería aclarar también que tenemos una póliza del Jumbo de Lugano, creo innecesario graficar la paranoia que inflamó la oficina por el incendio del supermercado.
Nosotros nos quedamos. No hay heroísmo en la decisión de afrontar el temporal, no hay una visión utópica del asunto; hay que cambiar el parque informático y no hay mejor fecha -según los popes nativos- que el mes de enero.
¡Glorias y alabanzas a nuestro señor el mercado! Me cache en die’, si yo antes era un desglobalizado feliz, el problema es que no me alineo. El problema de la línea de pensamiento -recto, paralelo, perpendicular- que uno sigue en la vida es que a veces, siempre, no se tenga opción: el fundamentalismo de la geometría. Así lo llamo.
Y cómo no me alineo y pretendo ser feliz -que ridiculez ese concepto socialista de la felicidad del individuo- es que sufro en las vacaciones, en las escaramuzas diarias del trabajo, en mis vivencias callejeras, en fin, en lo cotidiano. Hace tiempo renuncié a la creencia -infundada- de mi genialidad. Uno es una persona común que ve lo que pasa y, y ahí está lo diferente, se pregunta por qué las cosas son como son y por qué no hacemos nada para cambiarlas. Lejos de presentarme como columnista quiero -ante todo- hacer notar esto de la pregunta, la curiosidad, ¿vio? La curiosidad, ese bien tan escaso en estos días: ¿cotiza en bolsa? Siempre me pregunto qué rayos* le pasa a la gente que no cuestiona ni nada. Amargos, eso son. Y si no son amargos son esclavos, respuesta que me entristece soberanamente las pelotas. No me gusta andar con pelotas entristecidas.
La mcdonalización de la vida se instituye a través de formulitas americanizantes y ridículas. Sí, sí, los americanos somos americanos pero uno cuando dice americano no se refiere al continente sino a los de arriba. No, a Dios no (o sí), a los de allá arriba, al norte. Antes de lo de papá Noel. Formulitas del tipo: buenas tardes mi nombre es Pirulo, en que lo puedo ayudar (hay una discusión filosófica importante de si es correcto el "le" o el "lo"), decimos nosotros porque eso denota que somos un equipo y no individuos desconectados de la organización, el cliente siempre tiene la razón (¿por qué?), hay palabras rip* y palabras up* y es muy importante que las sepan (la atención telefónica resulta una especie de disquito humano interactivo), si alguien de más rango te pide algo se lo tenés que hacer en el momento (no sé por qué recordé la Ley de Obediencia Debida), especialmente si es un gerente (o un general). Normas, en eso se define la experiencia laboral contemporánea. Normas que erradican la creatividad y generan una respuesta instintiva, que no alcanzo a entender por lo sencilla.
Finalmente te miden: empuje (¿la fuerza?), coraje (¿el estrés?), inventiva (el arte de funcionar sin directivas) y lealtad. Uno termina por creerse un soldadito, un muñequito de plástico que viene y va, que juega a las guerritas y se cree único, importante con su pistolita de plástico, protegido por su casquito de plástico. En el fondo sabe muy bien, en su corazón de hidrocarburo inyectado, que sólo es un juguete.

12 comentarios:

G. dijo...

Usted me sorprende... me hace acordar al pitufo gruñón.
Está empezando un año, y recorro blogs leyendo a la gente quejarse, pero usted se gana el premio.
El bloguero más quejoso de 2006.

FELIZ AÑO NIÑO!!!, y no se preocupe, que es chico aun para quejarse de la mcdonalizacion.

Unknown dijo...

wachi: ah, pero no me quejo, es algo que me pidieron que escriba. De enserio.
Cordialmente,
Yo.

El Dandy dijo...

Niño el infierno laboral tiene diversos circulos. Hasta ahora no me toco pertenecer como al que describe.

Le deseo que tenga un 2006 cojonudo, aunque creo que no le faltan.

julieta dijo...

y el otro?
antes había otro..

Unknown dijo...

por 50 centavos mas le damos un 2006 con papas fritas grandes :)

Unknown dijo...

sonria, lo estamos filmando :)

vinilica vegana dijo...

Pude ser que uno solo sea un soldadito más de la bolsa llena de soldaditos, que si se pierde alguno poco importa... 100%plástico, made in China... puede ser...
Pero podemos salvarnos, creo que ser concientes de lo que pasa ya es un avance, el tema es que quedarse por ahí y no hacer nada al respecto es peor que ignorarlo todo; automáticamente nos convierte en soldaditos
infelices.

Unknown dijo...

dandyman: pos claro señor que el infierno tiene innumerables círculos, algunos tienen más contacto que otros. Todos tienen el ardor en común.
julieta: el otro hizo plush, que tanto. En realidad no me gustaba.
iceman: ¡cómo se nota que te quedaste en el 2001! ¡Maldito emigrante, jajaja!
anónimo: me gustó su idea de anarquismo benéfico (si es que hay otro diferente). Con respecto a felicidad socialista, es una joda que le hago siempre a un compañero de que sólo seremos felices cuando todos seamos iguales. Meta poco probable, una chanza.
vinílica: ¡Ah, no! Sí nos quedamos en el inconformismo vamos muertos. Concuerdo en que la única forma es involucrarse, como se pueda.
anónimo(bis): se me está despachando con la filosofía hombre, y después me dice que no es bueno dando consejos. Y claro, es humilde el sabio. Criticar es positivo en tanto y en cuanto uno lo haga desde adentro hacia afuera, aportando a la otredad y a sí mismo. Estamos de acuerdo en que nadie, o casi nadie, lo hace. Es feo saberse en falta, a veces resulta inevitable.
callecita: ¡Feliz año! Estaba temiendo por su integridad, no me contestó el mail che. ¡No es justo que me anda usustando así, eh! Con respecto a la "polémica", no se pelien, son distintas formas de ver lo mismo: a yo.
Cordialmente,
Yo.

julieta dijo...

Ahh lo volaste, ok, creí que ya estaba soñando con blogs cosa que me preocuparía en demasía.
Los laburos no me apasionan, y tampoco me apasionan las no-pasiones sobre los ellos, yo que se, pa eso me pagan viejo, pa que no me guste.
Cuando me encuentro meditando sobre una gilada que me dijeron en la oficina me flagelo, tengo tantas otras cosas para pensar en el baño, por ejemplo leer la etiqueta del desorante.

Unknown dijo...

yul: soy partidario de hacer cosas positivas en el baño, como por ejemplo leer. Por suerte me quité la manía de leer los prospectos de medicamentos. No sé cual es la razón, tal vez abandonar un pasado drogadíctico.
Cordialmente,
Yo.

P.D: aclaro que el escrito fue a pedido, ostia, lo puse aquí para que quien lo pidió lo pueda leer.
P.D: usted no delira, en tal caso, no por mi culpa.

Scaramouche dijo...

Usted lo ha dicho todo, Niño. No hay nada más que agregar.

Barbara Din Art dijo...

Es cierto que es muy triste que nadie se cuestiones nada. Y no sé si es más triste aún ver a quienes creen que cuestionan cosas y en realidad sólo repiten posturas antagónicas, pero sin cuestionamiento alguno. A mí también me entristece y no me gusta estar triste. Por suerte, de vez en cuando encuentro a alguien que pregunta y se pregunta y observa y curiosea, y me sale el sol internamente por un rato. :)
B-sos
Barby

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